Advertencia:
Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...
Al día siguiente Louis estaba muy intranquilo tras pasarse la noche buscando una excusa para abordar las preguntas de los niños y no decepcionarlos.
No quería por nada del mundo verlos tristes pero tampoco podía prometerles que algún día irían a la playa pues estaba visto que sus padres no dejarían que eso ocurriese.
Dudoso caminó hacía la habitación de estos y tras soltar un suspiro desalentador abrió la puerta.
—Buenos días niños...Arriba esos culetes... venga que ya es hora de comenzar otro maravilloso día—les dijo mientras abría las cortinas.
—Mmmm...¿qué tiene de maravilloso?—preguntó Peter adormilado y tapando su cabeza con la almohada.
El omega sonriendo le descubrió y le dio una suave palmada en la espalda.
—Pues que ha salido el sol, los pajarillos cantan y hoy estudiaremos nuevos y curiosos temas que os encantaran.
—Louis pero tengo más sueño—habló James sentado en la cama y frotando sus ojitos.
—Nada de más sueño...ya ha sido suficiente, ¿Acaso no quieres saber como fue que los dinosaurios vivieron en la tierra?—preguntó el ojiazul acercándose al más pequeño y acariciandole el cabello.
—¿Dinosaurios?, wow...si...si quiero saberlo.
—Pues venga, fuera de la cama que pronto comenzará la clase.
Candy fue la última en levantarse y asearse, ésta no dejó de mirar a Louis fijamente mientras daba vueltas en su cabeza a como un hombre omega podía ser tan gentil con ellos.
Cuando ya estuvieron listos, todos bajaron a desayunar encontrándose a Greta en las escaleras.
—Apurarse niños...venga que el desayuno no esperará por vosotros todo el día—dijo molesta mientras daba varias palmadas.
El omega la miró fijamente.
—Desde ahora le digo que no vuelva a dar órdenes a mis niños...ellos son cosa mía. La institutriz soy yo y ellos están a mi cargo.
La mujer dejó de palmear y también lo miró.
—Yo siempre he tratado así a los niños... esa es la única forma que obedecen y tú no eres nadie para desautorizarme... mientras los señores no me digan nada, yo lo seguiré haciendo...por si no te has dado cuenta, yo llevo mucho tiempo en esta casa y ellos me aprecian como uno más de la familia y tú tan solo eres un recién llegado, ademas por el ritmo que llevas no creo que eches mucho tiempo en esta casa... eres otra perra en celo a la que la señora acabará echando a patadas.
—¿Qué has querido decir con eso?
La omega sonrió con descaro.
—Pronto saldrás a patadas de aquí.
Louis tenía ganas de golpearla pero no lo hizo, en lugar de eso le sonrió ampliamente y siguió bajando las escaleras tras los niños.
—Eres otro como todas y acabarás igual que ellas—murmuró la ama de llaves apretando los puños—...esta familia es mía y solo mía.
Ya en el comedor, los niños saludaron a su padre, el cual por sorpresa vieron que estaba sentado en la cabecera de la mesa.
—¿Papá no irás al trabajo hoy?— preguntó Peter confuso.
El alfa ojiverde sonrió tras besar a sus tres hijos y asintió.
—Si, si iré pero más tarde.
Louis también saludó a Harry y acto seguido se sentó a la mesa.
—Bien...¿y qué haréis hoy?—habló el ojiverde mientras disfrutaba la rica mezcla de olores del ambiente.
—Hoy Louis nos hablará de los dinosaurios—respondió rápidamente James muy contento.
—Oh vaya, eso es muy interesante ... deberéis estar muy atentos a la explicación de vuestro maestro—dijo el alfa mirando al omega sin dejar de sonreirle— él os enseñará cosas extraordinarias, ¿No es así?.
El ojiazul asintió conforme.
De repente Karen irrumpió en el lugar.
—Oh vaya, ¿nadie me espera?.
—Buenos días mamá—hablaron los niños al unísono mientras se salían de sus sitios para besar a la alfa.
—Querida, creí que ya te habías ido.
La alfa bufó molesta mirando al omega.
—Si...iba de salida pero Greta me ha dicho algo que creo que debemos discutir con la institutriz.
Louis y Harry se miraron.
—¿Conmigo señora?.
—Si… por favor vayamos a la biblioteca.
El omega asintió y se levantó para seguir a los alfas.
Al llegar todos tomaron asiento.
—Bien omega— comenzó diciendo la morena—…¿Puedes explicar por qué has increpado a la ama de llaves?, ¿Quién te crees?.
Louis la miró sorprendido y algo asustado.
—Yo no la he increpado, simplemente le dije que yo estaba para ocuparme de los niños...creo que para eso estoy aquí.
La alfa rió irónicamente mientras el ojiverde miraba al omega fijamente.
—Ella se ha quejado de que la has regañado por hablarle a mis hijos y que además la has insultado.
—¿Qué?, ¿Cómo?...le juro que yo no he hecho eso...simplemente le dije que los niños eran mi trabajo y yo los educaría, nada más.
—¿Estás diciendo que ella miente?, ¿Por qué iba ha hacer una cosa así?, Greta lleva años con nosotros y nunca ha dado problemas.
El omega comenzó a temblar y a soltar un fuerte aroma amargo pues vio que la alfa estaba furiosa y temía perder su trabajo.
—S-Se lo ju-juro señora, yo no hice e-eso.
—Harry di algo—habló entonces la morena acercándose a este.
El ojiverde suspiró y se levantó para tranquilizar a la alfa.
—Querida, seguro que es un malentendido sin importancia...Louis me habló de esto anoche y creo que tiene razón a reclamar su derecho a hacer su trabajo...tú sabes que el ama de llaves es muy estricta y a veces puede extralimitarse....dejemos esto correr, los comienzos son siempre difíciles.
La alfa asintió conforme mientras se abrazaba a Harry.
—Está bien...quizás tengas razón...olvidemoslo.
El alfa dio un beso a su esposa y luego miró al omega.
—Tranquilo Louis, no temas todo está bien...ahora ve con nuestros hijos.
El omega asintió aún tembloroso y rápidamente se fue mientras suspiró aliviado pensando en lo agradecido que estaba de que Harry fuese su jefe.
En realidad el alfa le parecía todo un sueño y le recordaba mucho a Zayn pues además de apuesto, cariñoso y amable, se le sumaba lo comprensivo que era.
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