Advertencia:
Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...
Desde por la mañana el alfa estuvo malhumorado pues tras pasar una noche de insomnio, se levantó temprano y al mirar por la ventana, vio a Louis y a Niall subirse a la camioneta de este e irse.
Tan solo había unas horas que la pareja se había unido y el ojiverde no podía soportar la idea de verlos juntos, la sola idea de saber que el jardinero tocaba al omega le hacía hervir la sangre.
—Amor, ¿Qué te parece si les hacemos una fiesta a la parejita?—dijo Karen irrumpiendo en la biblioteca, donde Harry se había encerrado para recrearse en su propio tormento.
Este gruñó molesto.
—Amor, ¿estás bien?—preguntó la alfa desconcertada.
—No...no estoy bien...tengo muchos problemas y es difícil encontrarles solución.
La morena se acercó melosa y dejó un suave beso en la mejilla de su enfadado esposo.
—Tranquilo amor, les encontrarás solución...siempre lo haces...anda dime, ¿Qué te parece lo de la fiesta?.
Harry se apartó de esta y caminó molesto por la estancia.
—No me parece bien...ellos recién comienzan, deberías dejarlos tranquilos—dijo finalmente mientras apretaba sus puños.
Karen rió.
—¿Qué tiene de malo que quiera celebrar con ellos?.
El alfa se detuvo en seco y la miró fijamente.
—¿Por qué tanto interés en ellos?...me parece que estás demasiado feliz de que esos dos se uniesen, nunca te he visto tan entusiasmada con la vida amorosa de los empleados.
La alfa rió de nuevo.
—Pues claro que estoy feliz...aunque Louis es un hombre, me preocupaba mucho que terminase fallándonos como las demás.
Harry la miró fijamente.
—¿Por que iba a fallarnos?, explicate.
—Bueno pues que si Louis está interesado en Niall, es un omega menos con el que tengo que lidiar si hubiese terminado babeando y gimiendo por mi marido, ¿No es así?.
El alfa gruñó nuevamente.
—¿Ya estás otra vez con eso?...¡estoy cansado de tus malditos celos enfermizos!....¡Maldita sea!, ¡Estás loca!.
La alfa lo miró asombrada.
—Harry...amor, tú nunca me habías gritado de esa manera, ¿Se puede saber que te ocurre?.
El ojiverde estaba furioso, tanto que si hubiese tenido al beta delante lo hubiese despedazado.
—Necesito irme...necesito estar solo—dijo finalmente saliendo de allí y caminando hacia el exterior de la casona.
—Pero amor...amor, ¿Qué ocurre?—Karen salió tras él.
—Déjame tranquilo por un instante, mujer... te he dicho que necesito un momento a solas—el ojiverde caminó hasta el coche y se subió en él, acto seguido lo arrancó y salió de allí como alma que lleva el diablo.
—¡Harry!...¡Harry!—gritó la alfa llamándolo aunque fue en vano, su esposo no se detuvo.
El alfa pisó el acelerador con rabia y condujo durante un buen trecho hasta que finalmente se detuvo a un lado de la carretera y tras apagar el motor, golpeó el volante mientras maldecía una y otra vez su suerte.
—¿Por qué yo?...¿Por qué Louis?...¿Por qué ahora?...¡Maldita sea!...¿Cómo voy a soportarlo?, ¿Cómo voy a vivir sabiéndolo de otro?.
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