MARGARET MEAD

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MARGARET MEAD

Antropóloga estadounidense.

(1908-1978)

Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que verdaderamente lo ha logrado.

He pasado la mayor parte de mi vida estudiando las vidas de otros pueblos; con el fin de que los occidentales puedan entender su propia vida.

Cuando observamos las diferentes civilizaciones y vemos los muy distintos estilos de vida a los cuales el individuo ha debido conformarse y a cuyo desarrollo ha debido contribuir, sentimos renovarse nuestra esperanza en la humanidad y en sus potencialidades.

En Occidente tendemos a considerar que nuestra solución es superior a la de los samoanos, acostumbrados como estamos a encauzar los impulsos sexuales por sendas muy estrechas y aprobadas socialmente. Pero a la luz de las soluciones samoanas, podemos considerar que el precio que tenemos que pagar por ello es demasiado caro.

Si debemos luchar, si debemos ganar, si debemos tener delante mientras luchamos una meta por la cual estemos dispuestos a luchar, la meta deber estar formulada en términos norteamericanos, en una mezcla de fe en el derecho y de fe en el poder de la ciencia: confía en Dios y mantén seca la pólvora.

Hay un tipo de persona inadaptada que no lo es por tener alguna debilidad física o mental, sino porque sus disposiciones innatas chocan con las normas de su sociedad.

La de las hermanas es posiblemente la relación más competitiva dentro de la familia, pero una vez las hermanas han crecido, se convierte en la relación más fuerte.

Fui educada para creer que la única acción que valía la pena hacer era contribuir a la suma de información correcta en el mundo.

De todos los pueblos que he estudiado, desde moradores de la ciudad hasta indios moradores de barrancos, siempre compruebo que al menos el 50% preferiría tener al menos una jungla entre ellos y sus suegras.

EPÍGRAFES FLANTÁSTICOS PARA ESCRITORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora