GUILLERMO CABRERA INFANTE

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GUILLERMO CABRERA INFANTE

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GUILLERMO CABRERA INFANTE

Escritor  y guionista cubano.
(1929-2005)


Donde empieza la música tienen que morir las palabras.


Le soy fiel a mi memoria, aunque mi memoria me sea infiel.


Todos regalamos adulación a los fuertes y aceptamos la adulación de los débiles.


Dos y dos serán siempre cuatro y el día que sean cinco es hora de echarse a correr.


Hay que hacer una campaña en la ONU, donde sea, para declarar genocida al tiempo.


Si hay algo que detesto más que bajar una escalera oscura es subir una escalera oscura.


Las que no sean de talle gracioso, de andar zalamero con gracia sin par, ésas no son cubanas.


La vida (y esa otra vida, la historia) se ha movido más por la rueda de la vanidad que por el pistón del sexo.


El arte (como la religión o como la ciencia o como la filosofía) es otro intento de imponer la luz del orden a la tiniebla del caos.


En algunos casos ni siquiera se conserva la literatura y queda la arquitectura sola como testigo mudo pero elocuente: un edificio vale mil palabras porque es una imagen dura que dura. El gran descubrimiento de mi vida fue la ciudad de La Habana. No solamente descubrí la ciudad sino que descubrí un cosmos, descubrí un hábitat y descubrí un mundo particular. Para mí eso fue decisivo. Porque era la explosión de la vista, la explosión del olfato, del oído, del gusto. Todo eso yo lo recordaré toda mi vida y, cuando lo estaba apreciando, no pensaba que lo iba a recordar tanto.


La memoria es todo. Sin memoria no hay nada. La nostalgia está hecha de memoria, la lectura está hecha de memoria y, por supuesto, el recuerdo está hecho de memoria. Es imposible moverse en cualquier dirección literaria sin contar con la memoria. El mismo fenómeno de leer una línea: si tú no tienes memoria al final y no recuerdas lo que ha venido antes, no has leído nada. Pero eso yo lo descubrí con la pérdida de mi memoria. 

EPÍGRAFES FLANTÁSTICOS PARA ESCRITORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora