ARTURO PÉREZ-REVERTE

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ARTURO  PÉREZ-REVERTE

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ARTURO PÉREZ-REVERTE

Escritor, periodista y miembro de la RAE español.

(1951-XXX)


Somos 45 millones de humoristas involuntarios.


Los héroes pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellos. Se sientan en la terraza de un bar, se sujetan a la barra del metro o hacen la cola en la oficina del paro, como tantos.


Yo soy jacobino y creo que los estados deben ser fuertes y que la educación debe ser férrea y medieval. Digo que los estados deben ser fuertes, no autoritarios ni totalitarios. Entre los jacobinos no hay nacionalismos posibles, sino un país solidario ya marcar el paso; y el que no quiera ser libre, lo va a ser a garrotazos.


Lo que lamento profundamente es que, a partir del siglo XVIII, en España no se hermanara, como hizo la Revolución Francesa, la palabra ciudadano con patria, solidaridad, bien, esfuerzo y memoria común, Aquí no hubo guillotina para obispos, reyes y aristócratas; aquí siempre se ha fusilado a los mismos y de manera equivocada.


Yo he visto arder muchas bibliotecas, muchas ciudades bombardeadas y he visto mundos enteros irse al carajo con apretar un botón. Eso me ha liberado de incertidumbres y me ha dado seguridad. Qué paradoja más grande: una de esas seguridades es que da lo mismo. Hay gente empeñada en construir obras literarias, acueductos o catedrales con la intención de pervivir. Están equivocados. Todo es más simple: yo escribo, tengo una biblioteca y navego. Esa es mi vida, me basta y me sobra. Pretender universalidades, trascendencias, reconocimientos...


Creo en varias cosas. Que la mejor puñalada se da en la ingle, de abajo arriba. En guerreros silenciosos y mujeres valientes. Creo en quienes toda su vida procuran pensar como griegos, pelear como troyanos y morir como romanos. Creo en que todos morimos solos y a ciegas. Y que para hacerlo con dignidad se requiere un largo entrenamiento. Creo en las piedras viejas y en los cuadros oscuros y en los atardeceres rojizos sobre el mar. Y en parejas. Y creo en algunas otras cosas que no le contaré nunca.

EPÍGRAFES FLANTÁSTICOS PARA ESCRITORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora