Nos vimos con ojos vendados

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Esa mañana a pesar de no haber descansado bien; Ban, Mariann y Jericho fueron a las afueras del pueblo para enterrar a Zhivago.

—Zhivago, descansa en paz— Dijo Ban vertiendo una botella de vino en honor a el.

—Fue alguien muy bueno—Dijo Mariann.

—Si, si Zhivago no hubiera estado conmigo, yo habría muerto hace mucho— Dijo Ban, bebiéndose el sobrante de la botella.

—Tu también lo eres Ban— Dijo Jericho.

—¿Eh?—

—¡Por favor, que tonto eres!— Refunfuño Jericho, cuando de la nada un muerto salió del piso justo al lado de ella, asustandola.

—Odio... odio... a las mujeres— Dijo el muerto mientras su cara poco a poco se reconstruía y se acercaba peligrosamente a Jericho —¡Todas las mujeres, debería morir!—

—¡No!— Gritó Jericho paralizada del miedo.

—Siempre... Siempre me traicionaron. Muere. Te mataré— Cuando este estaba por alcanzarla, Ban la lanzó lejos y se acerco a el.

—¿Este es uno de esos resurrectos? — Se preguntó mirándolo, este no perdió el tiempo y lo ataco, perforándole el pecho. Ban escupió sangre, pero estaba bien, después de todo era inmortal.

Mariann al ver esto, rápidamente fue a la acción, decapitando al tipo de una patada —Tenía fuerza sobrehumana, no solo volvió a la vida— Dijo Ban mirando al cadáver.

—¡Ban! ¿Estas bien?— Preguntó Jericho acercándose.

—Si, ¿Que hay de ti? ¿Te lasti...— Ban no pudo terminar de hablar, detrás de Jericho un portal se había abierto y unas manos estaban por atacarla, por lo que rápidamente la lanzó lejos dejándola solo con un rasguño. Mariann volteó inmediatamente, para ver si a Ban le habían hecho daño. Ban estaba herido, pero perdido en la mirada de su atacante.

—E..laine— Dijo Ban en un susurro, Mariann fue capaz de escuchar esto y no la atacó.

—¡Ban! ¡Aléjate de ella ya mismo!— Gritó Jericho, pero al voltear a verlo, ellos se habían unido en un beso.

—Elaine...— 

—Te extrañe, Ban— Dijo Elaine en lagrimas y otra vez se lanzo a besarlo, siendo completamente correspondida por el.

Mariann estaba confundida, pero de algún modo feliz, porque finalmente veía a Elaine y Ban ser felices juntos.

—¡Ey! ¡Un momento! ¿Que hacen ustedes dos?— Dijo Jericho, mirando la escena en shock —¡Este súbito giro de los acontecimientos es extraño!—

—¿Cual giro? Esta es la verdadera Elaine— Dijo Ban.

—¡Yo no me refiero a eso! Esa mujer... ¡Intento cortarte la garganta!— Gritó Jericho.

—No te preocupes, no voy a morir y ninguna de ustedes esta herida— Dijo Ban.

—No me agradas— Dijo Elaine aun abrazando a Ban y atacó a Jericho, mandándola a varios metros de distancia con una ventisca.

—Basta Elaine, ella no es nuestra enemiga— Dijo Ban sosteniendo su mano.

—Es nuestra enemiga porque trata de robarte— Dijo Elaine, volando hasta donde había caído el cuerpo de Jericho.

—Maldita, ¿Que pasa tan derrepente?— Dijo Jericho tratando de pararse al verla llegar.

—Muere— Dijo Elaine, pero cuando estaba por atacarla, Ban sostuvo su mano nuevamente.

La Misión - Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora