La Misión - Segundo Libro

La cura

—Ya veo...— Dijo Merlín para si misma.

—¿Que es? ¿Que me sucede?— Preguntó Mariann en cuanto Merlín terminó, ella seguía experimentando estos choques cada cierto tiempo y se estaba empezando a cansar.

—Me parece que al forzarte a contener tu propia fuerza tu misma te causaste esto— Dijo Merlín.

—¿Como...? ¿Que debo hacer entonces?—

—Todo el poder que tratabas de contener ahora quiere liberarse... creo que la única forma de que esto pare es que entres en tu tercera forma—

—No... No hay manera— Dijo Mariann cortante.

—¿Que pasa? ¿Acaso es algo complicado de hacer?—

—Bromeas, podría hacerlo hasta dormida, pero...— Dijo Mariann girando la mirada —Escuchen no es algo que les gustaría ver...—

—Acaso ¿Podrías lastimarnos de alguna manera?—

—No... es solo que...— Dijo dejando a todos a la expectativa, muy en el interior, después de las palabras de Merlín se morían por conocer lo fuerte que podía llegar a ser Mariann —Siempre estoy orgullosa de hacerlo pero... es diferente, ustedes me conocen... odiaría que su imagen de mi cambie al verme así, es que... como decirlo... no me veo muy bien... es vergonzoso—

—¿Eso es todo? ¿Solo por a apariencia?— Preguntaron mientras se veían incrédulos.

—¿Algún problema con eso?— Contesto ella molesta —Estaré bien, solo aguantare todo el tiempo que esto dure—

—Esta bien...—

—Por cierto Merlín, ¿donde esta Meliodas?— Preguntó Mariann para desviar el tema.

—Es cierto, Merlín ¿sabes donde se encuentra?— Preguntó preocupada Elizabeth, aunque Merlín no contestó, había estado tan ocupada desde que ella llegó que esta era la primera vez que le hablaba directamente.

—Merlín, la princesa te habla— Dijo Gowther, pero continuo sin contestar —¿Merlín?—

Ante la falta de respuesta Elizabeth se acercó a ella —Realmente casi no te reconozco, te has vuelto muy hermosa. Ya eres adulta ¿no?— Dijo.

—S-si— Alcanzó a decir Merlín.

—Oye, ¿Por que no vuelves a llamarme Nene como antes?— Esas palabras alarmaron a la maga y sorprendieron al resto —Ella me trataba como su hermana mayor.

—¿D-de cuando estas hablando?— Dijo Merlín.

—Tenias 12 o 13 años ¿No lo recuerdas?—

—Princesa Elizabeth, si fuese posible me gustaría saber mas al respecto— Preguntó Escanor.

—¡No es necesario que preguntes por eso!— Se defendió Merlín.

—Lamento interrumpir su emotiva reunión— Dijo una voz, sin voltear todos ya sabían de quien provenía.

—Melascula de la fe, de los Diez Mandamientos...— Dijo Ban.

—Quien robo, controló e ilusionó el corazón de Meliodas y lo hizo traicionar a los demonios, la repugnare diosa Elizabeth— Dijo Melascula —Y los engreídos y tontos Siete Pecados Capitales que se oponen a nosotros. Melascula de la fe les dará su castigo en nombre del rey demonio—

Tras estas palabras Melascula se transformó en una serpiente gigante y comenzó a atacar a los pecados.

—¿Que es eso?— Se preguntó Ban.