Te mataré

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Inmediatamente después de que Melascula se comiera el alma de Escanor, algo empezó a ir mal con ella.

—¡Caliente!— Empezó a gritar ella con desesperación mientras se sostenía el estomago —¿Es fuego?—

Tras un grito desesperado el alma ardiente de Escanor atravesó su estomago y se liberó, dejando en llamas a Melascula —¡No! ¡Esto tiene un nivel completamente diferente! ¿Que es esto? ¿Como puede tener tanto poder? ¡¿Cual es tu poder!?— 

"Rayo de sol"  Ese es mi glorioso poder mágico— Dijo con arrogancia Escanor, mientras Melascula caía cubierta de llamas por una gran grieta en el piso.

—¿Esto es cierto? ¿Derrotó a esos dos monstruos solo?— Preguntó Jericho con asombro.

—Ban— Comenzó a hablar Escanor, acercándose a el —Hay muchas cosas que quiero pedirte, pero ya casi es mediodía, seguiremos hablando después del anochecer, hasta entonces, espérenme aquí, es una orden—

—¡Un momento!— Dijo Mariann acercándose peligrosamente a el —¿Que fue todo eso?—

—No se a que te refieres— Dijo Escanor.

—Me refiero a cada palabra que salia de tu maldita boca...—

—No dije nada que no fuera cierto—

—Pues enfrentame si te atreves— Retó Mariann, podía sentir el monstruoso poder que desprendía y como este incrementaba a cada segundo, pero no tenía miedo, su orgullo era más fuerte y estaba furiosa.

—¡Mariann, detente!— Gritó Ban acercándose lo más rápido que pudo a ella para  alejarla de Escanor.

—¡Suéltame!— Gritó Mariann zafándose de su agarre —¡Contéstame!—

—Creo que estas siendo muy impulsiva señorita— Dijo Escanor —Pero este no es momento de hablar, volveré después del anochecer— 

Tras estas palabras y sin esperar respuesta, se marchó dando un gran salto, alejándose de inmediato del escenario de su batalla.

—¡Acaso estas loca!— Preguntó Ban, reprochando la por su acción, mirando fijamente a Mariann aunque esta evitaba su contacto visual.

—Se lo que dije y mantengo mis palabras, esto no te incumbe así que no te metas— Dijo Mariann molesta.

—Mírame— Ordeno Ban, acercándose más a su rostro, y obligandola a mirarlo a los ojos —Ese sujeto es una bestia, no podrás con el, no quiero que nada malo te suceda, así que por favor escúchame esta vez—

Mariann tenia las mejillas ardiendo, ella siempre evitaba el contacto visual con Ban, sabia que no podía con sus ojos y esa era su mayor debilidad en ese momento, esta acción por parte del zorro había funcionado pues Mariann no podía seguir enfadaba si se lo pedían esos ojos, dio un pesado suspiro y se alejo de su mirada.

—Gracias por preocuparte, pero más allá de mi enojo tengo una razón para actuar así, un ser con su poder no puede existir, el desbalance que ocasiona es algo que no puedo ignorar. Se que no estoy en mis tierras, pero esto me incumbe a mi como a todos en este planeta, que un humano posea ese poder es peligroso para todos— Dijo Mariann e inmediatamente se separó del grupo acercándose al petrificado cuerpo de Galand.

Los ojos de Mariann lo miraban con cierta tristeza y posó sus dedos sobre la fría piedra, susurró un par de palabras que fueron imperceptibles para el grupo que miraban con asombro cada una de sus acciones. Después de sus palabras una luz envolvió el cuerpo de Galand por un segundo.

La Misión - Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora