La Misión - Segundo Libro

Reflexiones

Por otro lado las cosas habían terminado muy mal para los pecados, El mandamiento Galand había convertido en piedra a Merlín dejándola sin una forma física.

Por si fuera poco Diane al defender a Guila había terminado sin recuerdos de haber conocido los pecados o si quiera a Meliodas, por lo que huyó a su tierra natal y mientras los demás iban tras ella tuvieron que parar su viaje al verse interrumpidos por los mandamientos, obligandolos a retroceder y terminando en la tierra de los druidas, donde se disponían a entrenar para ser más fuertes y darle frente a los mandamientos.

Zaneri se llevó a Meliodas y Elizabeth para hacer sus pruebas mientras Jenna llevaba al resto a donde entrenarían.

—Aquí es donde los guerreros druidas entrenan, La Cueva del Entrenamiento— Dijo Jenna

—¡Ey Jenna! ¿Que planeas que hagamos?— Preguntó King.

—Un entrenamiento riguroso— Dijo Jenna deteniéndose antes de llegar a la entrada —¡Son demasiado frágiles para pelear contra los legendarios Diez Mandamientos! ¡Deben prepararse para proteger a todos o tendremos problemas!—

Todos asintieron, sabían que ella tenía razón —Apropósito, otro grupo llego justo antes que ustedes, creo que los conocen— Mencionó Jenna.

—¿Crees que hable de Ban y Mariann?— Preguntó Hawk.

—No lo creo, quizá Guila y Jericho— Respondió King.

—Lamento decepcionarlos—Se escuchó una voz conocida acercándose a de ellos. Todos se sorprendieron.

—No puede ser...— Dijo King.

—¿Que pasa? ¿Ya saliste Hendy?—Preguntó Jenna.

—¡Hendrickson!— Gritó King furioso, por su parte Helbram estaba petrificado, no pudo decir ni hacer nada.

—¡¿Por que sigues con vida?!— Gritó King mientras trataba de atacarlo, pero antes de que su lanza lo golpee este cayó al suelo.

—¡Ay por favor! Que niño tan patético— Dijo Jenna —Sé la razón por la que le guardan rencor a este muchacho, pero dado que ya volvió a la normalidad ¿Podrían dejar su enojo de lado?—

—¡Miren! Allá queda algo— Dijo Arthur señalando a la entrada de la cueva.

—¿Que es? ¿Un trapo raído?— Preguntó Slaider.

—¡Seguro son sobras de comida druida!— Gritó Hawk corriendo hacia allí, pero al llegar se llevó una gran sorpresa —No son sobras, ni un trapo raído... ¡Es un trió de harapientos!—

Gilthunder, Howzer y Griamore estaban totalmente derrotados tirados en el suelo, pero gracias a Jenna los tres pudieron despertar.

—Hubiera jurado que estábamos en la cueva de las pruebas— Dijo Gil aturdido, recién levantándose, hasta que volteó a ver a los que estaban tras de el —¿Cuando llegaron ustedes a Istar?—

Mientras ellos hablaban Hendrickson tenían sus propios asuntos que discutir con king y especialmente con Helbram.

—Eres tu con quien más quería hablar, en serio te debo una disculpa, no hay forma de que pueda expiar mis pecados, pero quiero que sepas al menos que en realidad no fui yo y no quiero que sientas lastima por mi y mucho menos eso excusa mis acciones, pero lo que me queda ahora es suplicar por perdón— Dijo Hendrickson mirando a Helbram quien aún no había dicho nada, cuando se dispuso a hacerlo, King habló primero.

—Hendrickson, no importa cuales hayan sido tus razones ¡Nunca te perdonaré!— Gritó King 

—En su momento, aceptare mi castigo—