Problemas

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Apenas empezar su recorrido, Mariann estaba adentro poniéndose al día de todo lo que se había perdido.

—¿Y como se encuentra el bosque de las hadas?— Preguntó Elaine.

—Vamos Elaine, me preguntaste lo mismo a mi— Dijo Diane —no creo que algo realmente importante haya cambiado en un día—

—Es cierto, es solo que lo extraño— Dijo Elaine.

—Ademas Diane es la que vivió lo realmente importante allá— Dijo Mariann.

—¡Es cierto! Casi lo olvidaba— Dijo Diane —King y yo fuimos a la Brittania de hace 3000 años y allí nos encontramos al capitán y a una Elizabeth similar a ti— Habló señalando a una Elizabeth quien gracias a esto se encontraba con más dudas en su mente. 

Mariann iba a decir algo pero antes de que pudieran seguir hablando una figura paso atravesando el comedor y saliendo de la taberna sin siquiera dirigir la mirada, pero ganando toda la atención de la platinada.

—Lo siento— Dijo ella levantándose y dirigiendo se a la salida "Si hay un momento para hablar es este" Pensó.

—¿Tienes tiempo?— Preguntó cerrando mientras la puerta lentamente se cerraba a sus espaldas.

—Me temo que si...— Dijo el, quien quería evitar hablar.

Mariann se sentó en la patilla de la entrada e hizo una seña para que el la acompañara, este lo hizo y se sentó a su lado.

—Ha pasado un tiempo...— Dijo Mariann calmada.

—Si...— Solo contesto el.

—¿Vas a esta con esa actitud todo el tiempo?— Pregunto Mariann regañándolo.

—Lo siento, bueno... yo...— Dijo el.

—Escucha, no te culpo por lo que hiciste— Dijo Mariann.

—¿No estas molesta por haberte borrado la memoria?—

—Bueno, lo estaba... A decir verdad fue una sensación bastante agridulce, sin embargo, decidí quedarme con el lado positivo— Dijo Mariann —Por lo que debo agradecerte—

—No lo entiendo—

—Gracias por preocuparte por mi— Dijo Mariann mirando a otra dirección mientras el posaba su mirada fija a ella por lo que acababa de decir.

—No tienes que agradecerlo... fue una decisión tonta— Dijo el mirando al frente.

—Importa mucho para mi, estoy feliz de saber que te importo... al menos un poco—

—Claro que si— Dijo rápidamente Ban.

—Pues no lo parecía, y no lo hará si te sigues portando así de distante conmigo— Dijo Mariann parándose y extendiéndole la mano.

—Nunca por mucho tiempo— Dijo el tomando su mano.

Ella contesto con una amigable golpe en el hombro —Entonces todo bien— Dijo sonriendo y volviendo a entrar en la taberna.

—Todo bien..— Dijo Ban con una sonrisa mientras la puerta se cerraba, pero en cuanto lo hizo su expresión volvió a cambiar, ¿Como podría ver a Mariann de la misma manera que antes? Ahora que sabia que eran familia, le seria imposible. Su mente confusa no sabia como se supone que debía verla ahora, lidiar con el tema de tener sangre de demonio corriendo por sus venas lo perturbaban aun más y ver a Mariann solo le recordaba ese hecho, sin embargo trataría de actuar normal en su presencia, solo para que ella no presienta que ya lo sabia.

La Misión - Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora