Te amo

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Los días después de aquel incidente pasaron. Esa tarde ambos estaban en un prado mirando el cielo mientras conversaban. El estaba sentado y recargándose en sus brazos, mientras que ella se hallaba completamente echada.

-Me gustaría saber ¿Que paso con los Diez Mandamientos? ¿Que fue lo ultimo que vieron de ellos en la batalla?- Preguntó Mariann, refiriéndose a la pelea donde Meliodas había muerto

-Mmm, al final de todo solo se fueron ¿Por que la pregunta?-

-Me gustaría saber que es de Gloxinia- Dijo Mariann sorprendiendo al hada -Es porque, me intriga mucho... Siendo el rey hada, ¿Como es que dejo todo para irse con ellos? No lo entiendo... ¿Sabes algo sobre eso?-

-Me temo que no... El... es importante para ti ¿verdad? lo digo porque te veías muy preocupada cuando Meliodas lo atacó- Preguntó el tratando de ocultar que le causaba algo de celos pensar en eso.

-Bueno, la verdad no nos conocimos mucho, en otras circunstancias quizá pudimos ser buenos amigos- Contestó ella aun mirando al cielo pensando en el -Cada vez que pienso en eso, siento que quiero saber más de el-

-Bueno, a mi no me pareció la gran cosa- Dijo Helbram cruzándose de brazos, Mariann aun recostada, alzó su mirada sorprendida por su reacción y una risilla resonó en su interior.

-¿En serio? porque sus alas eran tan hermosas...- Dijo ella para jugar pero el agachó su mirada, eso era algo en lo que no podían competir, inconsciente mente sus alas se juntaron aun más como tratando de esconderse, Mariann vio con claridad esta acción por lo que continuo hablando -Pero sabes algo las tuyas son muy bellas también-

-No tienes que mentir por compromiso- Dijo el sonriendo con tristeza -Se que no son... la gran cosa-

-No miento- Contestó inmediatamente Mariann y delicadamente con sus dedos las tocaba-Las tuyas tienen son muy especiales porque son solo tuyas... Así que cuando las veo sé que estás aquí... Y eso me hace muy feliz. Es por eso que sé que son las alas más hermosas que existen-

-Mariann...- Dijo el mirándola sorprendido, con un leve sonrojo en su rostro.

-Helbram hay algo que necesito decirte- Dijo ella incorporándose para mirarlo a los ojos.

-¿Que es?- Alejándose un poco por su repentino acercamiento.

-Quiero hablarte sobre aquel día en Lyoness - Dijo Mariann con serenidad -Ese día... En el que tu me declaraste tu amor...-

Después de esta frase el giró su rostro rápidamente -Si lo recuerdo...- Dijo el apenado.

-Hay una duda que tengo desde que estoy aquí y que no puedo dejar pasar- Dijo Mariann tratando de encontrar su mirada.

-Te escucho-

-Ese día... Te rechacé, pero lo que no logro entender es el por qué- Dijo Mariann sorprendiendo al hada.

-¿Q-que quieres decir?-Dijo el mirándola fijamente, esta vez era ella quien escondía su mirada.

-Helbram yo... Yo te amo, te amo incluso desde la vez que llegué aquí por primera vez, nunca he podido borrar esos sentimientos...- Decía Mariann jugando con sus dedos y con las mejillas ardiendo por su confesión -Es por eso que... ya sabes... Si es que no cambiaste de opinión... Tu y yo...-

Por su parte el estaba feliz por escuchar estas palabras, sin embargo, no entendía por que no se sentía como siempre lo había imaginado, la felicidad que sentía era amarga en esta ocasión.

"Ese día... Te rechacé, pero lo que no logro entender es el por que"

Se puso a pensar en sus palabras, ahora entendía perfectamente porque se sentía así "King tenía razón" Pensó. Mariann estaba diciendo eso porque no recordaba a Ban y no recordaba que sus sentimientos hacia el eran incluso más fuertes de lo que ella pensaba.

-Mariann...- Dijo el, ella alzó su rostro mientras el la veía con una mirada triste -No sabes lo feliz que me hace escuchar eso... Pero no puedo aceptarte... No de esta manera-

-¿Que?- Dijo ella desconcertada ante su respuesta.

-No puedo aceptarte, porque tu corazón ya ama a alguien mas...- Dijo el con dificultad.

-¿De que hablas?-

-Esa persona es la razón por la que estás aquí... Es la persona que olvidaste, pero que todo este tiempo solo se preocupó por ti-

-¿La persona que... olvide...?- Se preguntó Mariann, sintiendo una gran tristeza.

-Así es... Todo este tiempo estuve pensando en que quizá era mejor si no recordabas... Quizá así podrías estar más tranquila y quizá así podrías sentir lo que yo siento por ti y amarme de esa misma forma... Pero ahora veo que no, no es justo para ambos-

-Te equivocas...- Dijo ella separándose de el sin dejar de mirarlo a los ojos -No hay forma de que ame a alguien más, no de esta manera...-

-¿A que te refieres?-

-Por que si recuerdo este sentimiento...- Dijo ella mirándolo con ternura -El mismo que sentí hace tantos años cuando llegué aquí, el mismo que sentí cuando te me declaraste y el mismo que siento ahora... No creo que alguien sea capaz de borrar todo esto-

-Me gustaría poder creerte...- Dijo el sonriendo con tristeza mientras miraba el piso. Tomo una gran bocanada de aire para poder volver a conectar su mirada con la de ella -Esta vez cumpliré mi promesa, te ayudare a recordarlo, solo así podré creer en tus palabras-

Mariann sonrió con resignación y asintió, estaba segura de sus palabras, muy en lo profundo tenía miedo de recordar, pero estaba segura de sus sentimientos y sabía que no importaba que, estos se quedarían con ella para recordarle todo el amor que le tenía guardado por tanto tiempo.





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Los días pasaron y una madrugada Ban se alejaba silenciosamente de la taberna, pero al dar unos pasos una voz lo interrumpió.

-¡Hey! ¿A donde crees que vas?- Dijo Hawk.

-Yo... A ningún lado- Divagó el.

-No parece que fueras a ir a ningún lado- Dijo Hawk.

-Voy a traer a Elaine de vuelta... Es que ya se tardó en regresar- Explico el.

-¿Elaine? ¿Que no sería mejor que se quede en el bosque de las hadas? Después de todo quieres que esté segura ¿verdad?- Exclamó Hawk.

-Si, es solo que dijo que regresaría y me preocupa que venga con todos esos demonios merodeando por doquier, necesito asegurarme de que está bien- Dijo el continuando su caminar.

-Pero si vas... Podrías toparte con Mariann- Dijo Hawk, lo que hizo frenar en seco al pecado de la avaricia.

-¿Y que? De todos modos ella ya no me recuerda- Dijo el con algo de tristeza en sus palabras -Aun si me viera, no me reconocería, así que ¡Que más da!-

-¿Quieres ir a verla verdad?- Dijo Hawk.

Ban solo se giró bruscamente con un gruñido de cólera al ser descubierto -Pues quizá también pase a ver si Mariann está bien- Dijo tratando de disimular.

-¡Lo sabia!- Gritó Hawk.

-No se lo dirás a nadie ¿Verdad Maestro?- Dijo Ban.

-¿Y por que no? Se preocuparán-

-No se si es muy correcto que la vea ahora, sin embargo siento que si...- Trató de decir -No importa, lo que importa es que no necesito su opinión y si se los dices no pararan de hablar, así que solo diles que vuelvo pronto-

-Bueno...- Dijo Hawk aun dudando de que debería hacer.

-Entonces es todo, adiós maestro- Se despidió Ban marchándose.



La Misión - Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora