Escapando

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Esas palabras, bloquearon los pensamientos de Mariann, porque eran justo esos pensamientos los que la habían atormentado en el pasado, ese pensamiento fue el que la destruyó por dentro en una época, ella creía ya haberlo superado, pero la historia con Ban no era diferente, los recuerdos abrumaron su cabeza.

"Preferimos estar a salvo, por favor vete"

"¿Como quieres que vuelva a confiar en ti? Me dejaste cuando más lo necesitaba"

"¡Ja! ¿Todo este tiempo creíste que eras tu? Tu credulidad es solo uno de los detalles que demuestran que no eres la indicada"

"Y te quiero mucho, pero... no puedo, lo siento"

"Tu hermano es mucho más fuerte que tú y eso es algo que jamás vas a poder cambiar, tu titulo, es solo una farsa"

"¿Y que planeas que espere algo bueno de un demonio?"


—¡NO!— Gritó Mariann, quitando todos esos pensamientos de su mente —Lamento decirte que estás tocando puertas que ya están cerradas, ahora mi deber es proteger a Ban, no me importa nada más y mientras esté vivo yo NO puedo perder la fe—

Tras estas palabras logró liberarse del ataque de Melascula, quien cayó al suelo tras no poder contener su propio poder.

—Sabia que iba a ser difícil tratar contigo, pero si lo que necesito para terminar con tu fe es matar a ese muchacho, entonces ¡Considerarlo hecho!— Dijo Melascula disponiéndose a atacar a Ban, pero al voltear, no estaba.

—¿Me buscabas?— Dijo Ban, Melascula busco con la mirada de donde provenía su voz pero antes de poder verlo un rápido movimiento de manos y su arma se liberó, arrancándole uno de sus corazones a ella y a Galand.

Ambos escupieron sangre y cayeron al suelo —¿Que hiciste?— Preguntó Melascula.

—Acaba de demoler uno de nuestros corazones— Contestó Galand.

—Ban... Vámonos ¡Corre!— Ordenó Mariann y ambos salieron corriendo, en el camino Mariann sostuvo a Elaine quien estaba inconsciente y Ban cargó a Jericho. Ya en una zona alejada Ban se detuvo abruptamente soltando de manera torpe a Jericho.

—Eso dolió ¡Pudiste haberme bajado más suavemente!— Se quejó Jerciho, pero en ese momento Ban cayó al suelo de rodillas, respiraba pesadamente, se notaba que no estaba bien.

—Ban, ¿estas bien?— Preguntó Mariann, en su interior ella tampoco se encontraba muy bien, pero había que alejarse de allí de inmediato.

—Elaine... ¿Está bien?— Preguntó Ban con dificultad.

—Si... no tardará en despertar...— Dijo Mariann e inmediatamente después de su respuesta Ban cayó al suelo inconsciente.

—¿Que sucede?— Preguntó Jericho.

—El ataque de Melascula...— Contestó Mariann —Esta en ese estado gracias al ataque de Melascula—

—Mariann... ¿Como es que a ti no te pasó nada?— Preguntó con dificultad Ban aun en el suelo.

—La verdad, me afectó más de lo que me gustaría admitir— Dijo Mariann —Tenemos que irnos de prisa, Jericho toma a Elaine—

—¿Que? Pero...— Dijo Jericho recibiendo al hada en sus manos, Mariann no contestó a su pregunta y cargó a Ban en su espalda comenzando a volar.

La Misión - Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora