Estaba sentada en la cama, con una libreta en las manos, apuntando ideas, frases, palabras, lo que fuera. Tenía crisis creativas a menudo, problemas de concentración, pero estaba aprendiendo a manejarlo de la mejor manera que sabía. Dos golpes en la puerta desviaron mi atención de la página en blanco que me desafiaba los instintos.
— ¿Puedo pasar? —tímidamente, Will adentró medio cuerpo en mi habitación, dándome opción a rechazar la oferta.
— Adelante —le di paso, había dejado de esconderme de él.
— ¿Cómo andas?
— Pues... más o menos bien, la verdad. ¿Qué tal tú? —le miré a los ojos, por primera vez en lo que ahora me parecía una eternidad, ya me encargaba yo de autoflagelarme.
— Voy bien. Acaban de terminar los entrenamientos de esta temporada, así que tengo algo más de tiempo para ser persona, lo que está genial...
— Will —le llamé, hacía demasiado tiempo que no lo hacía.
— ¿Qué? —respondió asustado, mi pobre.
— Te he echado de menos —suspiré, él también, los dos teníamos demasiada carga emocional encerrada en el pecho desde que nos habíamos alejado.
— Y yo a ti, cabezota. Mucho. Más de lo que crees —tenía el ceño levemente fruncido y una sonrisa torcida, que estaba intentando reprimir, y yo era la cabezota...
— Podrías, no sé, una propuesta, una idea tonta, cosas que se me pasan por la mente... darme un abrazo. O dos.
De un impulso cerró sus fuertes brazos a mi alrededor, y pese a que pudiera parecer una prisión, de cariño, eso sí, sentí dentro una liberación enorme. Prácticamente ni coincidíamos en casa, tal era la tensión que se creó entre nosotros desde que me puso los pies sobre la tierra de nuevo, y luego ninguno tuvo el valor suficiente para acercar posturas, por miedo, por presión, por lo que fuera. Me sentía tontísima, en aquella posición, recordando el olor natural que emanaba de su cuello y acogiendo los mechones negruzcos de su nuca entre mis dedos, tan sumamente imbécil por no haber reconocido lo que estaba perdiendo, incluso sabiendo que pasara lo que pasara, Will iba a estar de mi parte, hasta donde quisiera llegar. Ya me lo dijo en su día, que iría al fin del mundo conmigo.
— Pf —bufó—, cómo necesitaba esto —no dejaba de acariciar mi espalda y yo tampoco de estrecharle todo lo que me dejaba la piel contra mí, era una sensación adictiva.
— Y yo. No lo sabía, pero también lo necesitaba.
— Oye, que yo venía a proponerte una cosa, no me líes —se incorporó, dejándome de nuevo frío en el regazo, en el pecho—. Esta noche he quedado con unos amigos que me han hablado de unos colegas que están en proceso de montar un grupo y necesitan un vocalista. Preferiblemente chica, me han dicho. Y... pensaba que a lo mejor sería buena idea hablarles de ti. Solo si te apetece y te gusta, sin presiones —levantó las manos y se quedó mirándome, esperando alguna respuesta, pero no sabía qué decir, así que volvió a hablar—. Puedes pensártelo y si al final te decides, me comentas y yo les comunico lo que hayas decidido.
— Me gusta cómo suena. ¿Podría conocerlos?
— Lo hablo todo con mis amigos y te digo lo que sea, ¿de acuerdo? —asentí enérgica, me apetecía aquella oportunidad—. Entonces... ¿eso significa que te has reconciliado del todo con la música?
— Estoy en proceso, sí.
— Me alegra saberlo. Y con... ese tema —esquivó el nombre y todo, el bobo—, ¿cómo vas?
— No creo que Engla quiera saber más de mí, Will. Y no pasa nada, lo entiendo. Yo si fuera ella tampoco me habría dado otra oportunidad. Ha pasado un año, es momento de pasar a otras cosas —me encogí de hombros, para su sorpresa y la mía, porque ya no me arañaba el alma pensar en ella, ya no me decía nada, solo había melancolía y un cierto regusto amargo de saber que lo había hecho todo mal con alguien que no se lo merecía en absoluto.

ESTÁS LEYENDO
Postdata.
General FictionSupongo que al final lo único que me quedó decirte fue que te iba a echar de menos, aunque siempre me echaras de más. Esta es la última data que te escribo, y el final, como siempre: PD: Te quiero.