La noche siguiente a aquella en la que me entregué por completo a una sensación inaudita en mi vida me atreví a pasarla sola. Me había absorbido hasta los límites de la locura, pero nunca traspasaríamos su línea. Supimos mantenernos a raya, y lo más sensato que encontramos, dentro de aquel delirio, fue no verternos por completo. Tomar distancia para ir poco a poco se me hizo un poco menos odioso al entender que así tendría tiempo para saborear mejor aquello que estaba empezando a surgir entre nosotras. Le hice caso a su voz temblorosa de palabras determinadas y accedí a volver a casa. Me recosté con cierta desgana en mi cama, recobrando la compostura que había ido perdiendo al recordarlo todo de nuevo y busqué entre toda la alegría que me recorría por las venas algo que supliera la carencia de sonido. Me coloqué los auriculares para darle al play a la primera lista de reproducción que me encontré.
"Mamma mia!" se encargó de poner banda sonora a mis últimas horas del día y así, estirada entre las sábanas rojas que adornaban mi colchón, dejé que las letras me impregnaran mientras yo me dedicaba a analizarlas detenidamente. Sin poder ni querer evitarlo, una morena muy distinta de la que había ocupado mi cabeza durante los cinco meses anteriores se coló entre mis pensamientos. Los recuerdos me comenzaron a abordar de golpe. Aquel dibujo que había casi terminado cuando de repente sonó una voz, la suya. Aquella canción que compuso para mí, el comienzo de todo. Mi habitación después de aquella noche, que jamás volvió a ser la misma. El piano que había visto las mil maneras que tenía de ser delante de mí y que todas llevaban la música por principio.
The feeling that I'm losing her forever
and without really entering her world.
Puede que la canción no tuviera el mismo sentido que le estaba dando yo, porque para mí Engla se me escapaba entre los dedos todo el tiempo, sin llegar a sentir que la conocía en realidad, y tenía esa sensación de dejar cerrar una puerta que sabía, no podría volver a abrir después. Para mí, Engla era esa persona que había puesto un orden raro entre todo lo que me caracterizaba, me había dado motivos para cambiar cosas de mi vida que pensaba inamovibles, con ella había entendido el sentido del sentir. Se me escapó una sonrisa melancólica.
— Fueron buenos tiempos —me dije a mí misma.
Then when she's gone there's that odd melancholy feeling
and a sense of guilt I can't deny.
What happened to those wonderful adventures?
The places I had planned for us to go?
Well, some of them we did but most we didn't
and why I just don't know.
Sin embargo, aunque en cierto modo había aceptado lo que había pasado, cómo había pasado, no podía evitar una sensación de culpa extraña, por no poner más de mi parte, por dejar ir antes de tiempo, por no dar ninguna justificación -que aún a día de hoy sigo sin saber dar del todo-. Fue raro, como saber todo lo que nos quedó pendiente y reconocer que, aunque en su momento me hubiera encantado cumplirlo, ahora prefería crear nuevos destinos en el mapa con una persona totalmente distinta.
Todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas, no apresuradamente, no de manera desmedida... era más bien como una sensación de profunda conexión con el movimiento de la Tierra, como notar toda la vida que me rodeaba, toda acción que me había traído a este presente. Cogí todo el aire que pude, lo mantuve unos segundos en el costillar y, al soltarlo, se me escapó otra sonrisa, una más pura, más inocente. No había melancolía, ya no me cabía en todo lo que conformaba mi vida. No quería borrar los buenos momentos de lo que una vez fue mi relación con Engla y, sinceramente, esperaba que ella tampoco quisiera, solo deseaba que fuera la mitad de feliz de lo que lo era yo.
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Postdata.
Fiksi UmumSupongo que al final lo único que me quedó decirte fue que te iba a echar de menos, aunque siempre me echaras de más. Esta es la última data que te escribo, y el final, como siempre: PD: Te quiero.