F I N A L A L T E R N A T I V O

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Hola...

Dios. No sé que decir. Pasó mucho tiempo desde que escribí el final de esta historia.
Resulta ser que esta noche leí el final alternativo de una historia que leí hace años, y que releí hoy... Fue hermosa esa sensación de saber qué habría pasado si el final no hubiese sido el final, y quería regalarles ese sentimiento.
No sé si alguien lo va a leer.
No sé si a alguien le va a importar sinceramente.
Puede que borre esto más tarde, no sé... Son las cinco se la mañana y estoy siguiendo mi instinto.
Pero bueno... acá estoy yo con mi escritura mediocre intentando poder escribir algo para ustedes.
La historia es suya, cada verso es suyo. Los amo.
Así que bueno, nada... Acá voy.

-Kat

~

No mucho tiempo después, un hombre se acercó. Lorraine miró a Brian, y luego se dirigió hacia el hombre, que estaba a unos cuantos metros de donde ellos estaban sentados.

Observó las expresiones del hombre, como se movía y los gestos que hacía con las manos. Luego, vio a su amiga llevar ambas manos a su pecho. La chica calló al suelo, y el hombre la atajó del antebrazo.

Brian se levantó de un salto, casi cayéndose. Ni siquiera fue a preguntar, solo comenzó a correr.

Corrió por los pasillos del lugar, observando por las ventanillas de las habitaciones por si llegaba a verlo.

Después de unos minutos de pura angustia, se fijó a través de una y vio una cabellera rubia.

Entró. Los médicos no estaban en la habitación, parecían haberse ido hace no muy poco.

Miró al chico, y su corazón comenzó a latir con rapidez. Su blanquecina piel estaba esta vez pálida, y su pecho apenas se movía. Parecía respirar con dificultad.

Se quedó anonadado, observándolo desde el marco de la puerta.

Apenas pudo notar como la máquina de ECG comenzaba a emitir agudos pitidos, que aumentaban su velocidad uno tras otro. La frecuencia cardíaca de Roger parecía estar alterándose.

Brian comenzó a alarmarse, y aunque apenas podía moverse corrió a llamar a los paramédicos.

O lo intentó.

Apenas quiso salir de la habitación, se encontró con varios de ellos que ya entraban abruptamente en la sala.

—Joven, no puede estar aquí —comenzó un hombre notablemente mayor hacia Brian.

El rizado tenía lágrimas acumuladas en los ojos. Apenas podía moverse.

Roger podría morir.
Podría morir y sería por su culpa.
Eso era lo único que tenía en mente.

El médico que le hablaba notó el estado en el que se encontraba Brian. Sabía que perdería el tiempo hablando con él, así que pidió ayuda para que otros médicos lo sacaran de ahí.

Al rizado le habría gustado poder luchar al menos un poco para quedarse ahí, junto a su amor, pero nunca había estado tan débil. Bastaron unos segundos viéndolo pata derrumbarse por enécima vez en esa semana.

Estaba agotado, destruído. Solo quería tenerlo, tener a Roger a su lado. Simplemente eso pedía.

—Brian... —oyó una voz que lo sacó de sus pensamientos. Levantó la mirada y se encontró con Lorry— todo va a estar bien, ¿Oíste? El médico con el que hablaba recién dijo que Roger podría mejo...-
—Es mi culpa —comenzó— si muere, Lorraine, te juro que si muere moriré con él —estaba al borde de las lágrimas.
—No digas eso —tomó su mano y la apretó— me hizo una promesa. Prometió que me ayudaría. Él no va a irse tan fácil, créeme —y esbozó una pequeña y melancólica sonrisa.

Lorraine estaba tan devastada como Brian, pero debía mantenerse fuerte para no perder la cabeza.

Brian se quedó callado, mirando el suelo. No podía procesar todo lo que estaba viviendo.

Se quedaron aproximadamente media hora al lado, espaldas pegadas contra la pared, en pleno silencio.
Pero de un momento a otro, un paramédico salió de la pequeña habitación.

Ambos se irguieron al instante, mirando espectante al hombre.

—El paciente ha logrado sobrevivir tras una serie de electrocardiogramas.
Luego de realizar algunos estudios podemos asegurar que peemanecerá así —Tanto Brian como Lorraine sintieron un peso caer sobre sus pies— le hemos dicho al paciente que debería permanecer en reposo las próximas horas, pero ha insistido en que quiere verlos.
—Es terco —dijo Brian. Su voz salió en un suspiro.

Agradecía poder ver a Roger en ese instante, ya que sabía que verlo vivo sería lo único que lograría tranquilizarlo; lo único que lo haría caer en cuenta de que realmente estaba a salvo.

—¿Pasan? —Brian y Lorraine se miraron mutuamente.
—Pasa primero —dijo la chica, y envolvió su panza de varios meses con ambas manos.

El hombre que les había estado hablando hace unos momentos sacó a todos los médicos de la habitación, dejando a uno en la puerta por si acaso.

Cuando fue el momento de entrar, Brian sintió el nerviosismo en cada arteria de su cuerpo.
Caminó a paso tembloroso hasta el interior del cuarto, y entonces lo vió.

Sus ojos avellana se encontraron con los ojos azules de Roger, esos que creyó que no vería nunca más.
Seguía igual de pálido, su cabello estaba igual desordenado, pero estaba vivo. Y eso era lo único que le importaba al castaño.

Se veía hermoso, al igual que siempre.

—R-roger... —apenas pudo balbucear, y se echó a llorar.

El rubio lo veía desde la camilla, intentando sonreír, pero estaba muy adolorido como para hacerlo.

—¿Pensaste que iba a... —Brian no lo dejó terminar. Corrió hacia él hasta estar a su lado, parado a un lado de la camilla.

—L-lo siento... No sabes cómo lo siento. Voy a dejarlo todo, Roger. A ella, a mi padre, todo. Nos iremos a vivir a cualquier otra parte del mundo y seremos felices... Pero por favor, perdóname —Roger a penas le entendía, estaba aturdido— fue un error... Todo esto. Desde el principio. Todo es mi culpa, nada habría pasado si...
—Brian —el rubio lo interrumpió en un hilo de voz. Apenas era audible su tono, y hablaba con mucha dificultad. Estaba demasiado débil— Te amo —y el rizado simplemente sintió como su cuerpo se llenaba de una paz inmensa, inexplicable, inefable.
—También te amo —respondió al instante, estupefacto.

Todavía no caía en cuenta de todo lo que había pasado. Su interior era una mezcla heterogénea de sentimientos inconclusos. Pero se sentía bien. Se sentía en casa, solo porque lo tenía a él, porque estaba cerca.

Lo besó.

Lo besó como nunca lo había besado antes.
Lo besó con desesperación, pero no de forma brusca o violenta, si no más bien suave y dulcemente.
Todo desapareció, solo quedaron ellos dos y su amor en un fondo estrellado y desdibujado.
Fue entonces cuando todo comenzó a aclararse.

Estaban bien. Estaban a salvo y estaban juntos.

"Y cuando las estrellas se alineen, recién ahí podremos estar juntos"

Las estrellas acababan de alinearse, y serían una línea nítida y continua hasta el resto de sus días.

Fin

Stars [MAYLOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora