Stars [MAYLOR]

T W O

Don't carry the world upon your shoulders
For well you know that it's a fool who plays it cool
By making his world a little colder
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Ambos, Brian y Roger, habían estado esperando todo el día para el evento, pues esta noche, tendrían una "cena familiar"

Y es que así sería. Brian se encontraba poniendo la mesa junto a su padre mientras que Roger hablaba con su madre.

—Y recuerda: nada de decirle a Jhon ni a su hijo con cuántos hombres he llegado a estar.
—Claro... —la mujer se dió la media vuelta para retirarse, pero Roger se lo impidió— Jude... —la llamó— ¿Vas a usar a Brian y a su padre solo por su dinero? —la mujer se acercó peligrosamente al pequeño.
—No, y eso no lo dices en público. Acostúmbrate a llamarme mamá, niño —le dijo esta vez, para finalmente, retirarse.

Roger nunca iba a verla como una mamá. Nunca.

No sabía las verdaderas intenciones de su madre, pero en verdad parecía llegar a sentir algo. Mínimo, pero algo.

Roger, después de mentalizarse un rato, fué a la cocina, donde vió la cena casi lista.

Ayudó a poner alguna que otra cosa y luego se sentó junto a Brian, saboreando el estofado que había cocinado el padre de este.

—Así que cuéntame, Roger. ¿Qué vas a estudiar? —al menos le sudaban las manos.
—Odontología, señor May —dijo formalmente.
—Puedes decirme Jhon. ¿Tenéis algún otro familiar cerca?
—Bueno... Mi hermana murió cuando cumplí los doce años. Se llamaba Clare —todos le miraron sorprendido, excepto si madre— pero tengo a una amiga, Lorraine. Ella es como una hermana para mí y una hija para mi madre. Nos conocemos desde pequeños.
—Una lástima lo de tu hermana. Jude me había dicho algo de eso ya. Nosotros perdimos a Annabeth cuando Brian tenía diez —Brian bajó la mirada. La charla comenzaba a desagradarle, y Roger pudo notar esto.
—¿De que trabaja usted, Jhon? —su padrastro notó el repentino cambio de tema, pero supuso que era por qué el joven no estaba listo para hablar de algo así... cuando quien en realidad no estaba listo era su hijo.
—Abogacía. ¿Y tú Brian? ¿No vas a contarle nada a Jude sobre tí? —el rizado levantó la mirada.
—Oh, claro. Lo siento Jude. Estudio astronomía y... eso es todo.
—Qué bueno, Brian —después de eso, Jude y Jhon comenzaron a hablar entre ellos.

Brian dirigió su mirada a Roger, que miraba la comida cabizbajo. Algo no andaba bien en él.
De un momento a otro, se encontró con los grandes ojos azules del rubio, y este le sonrió tristemente. Brian tuvo una fuerte punzada en el pecho, y es que apenas conocía a Roger desde hace una semana, pero hablaban bastante se podría decir que ya eran amigos.

Ambos jóvenes esperaron ansiosos a la llegada del final. Ambos querían retirarse.

Y después de unos cuántos minutos, lo hicieron. Ambos subieron a sus habitaciones.

—¿Estás bien, Roger? —le preguntó Brian al menor.
—Sí, no hay problema —este le sonrió. Brian se recostó en su cama y se quedó leyendo un libro.

...

Todo iba bien, hasta que unos pequeños gritos comenzaron a oírse en otra habitación. Brian dejó su libro y Roger se sentó en la cama. Ambos comenzaron a escuchar.

Eran gemidos.

Brian se quedó perplejo, mirando a su compañero, que lentamente, se volteaba hacia él.

—¿Es esto lo que parece? —preguntó el menor, y el rizado asintió. Por algún motivo que Brian desconoce, los ojos de Roger se cristalizaron.

El rizado se acercó rápidamente hacia la cama del opuesto.

—Hey, ¿Qué pasa?
—Yo... es que... —Roger comenzó a llorar— lo sé, estoy quedando como un maldito estúpido, pero es que estoy harto de los hombres de mi madre y harto de que no le importe en absoluto su muerte... Fue hace cinco años, cinco años. No le importo una muerda y siguió con su vida... -Roger hablaba y hablaba entre sollozos. Brian no podía entender mucho, pero sabía que tenía que ver con su mamá. El mayor, por instinto, abrazó al más pequeño, atrayéndolo a su pecho.

—Tranquilo... —murmuraba Brian.
—Va a matarme por habértelo contado. Debí haberme callado, debí haber aguantado —Brian lo abrazó con aún más fuerza.
—No voy a contarle nada, ¿Sí? Tranquilo —se conocían hace apenas una semana, pero Brian veía algo especial en Roger. En sus ojos, parecían haber rastros de brillo. Rastros de felicidad en un pasados. Brian quería hacer lo que fuera para revivir aquel brillo... después de todo, Roger sería parte de su familia.

Pero en verdad le dolía tener que ocultarle algo así a su padre. Aunque ya no puede hacer nada, lo prometió.

—G-Gracias, yo... esto no debería estar pasando. Si tan solo supiera controlarme —no le gustaba para nada ver al rubio así. Quería encerrarlo en una burbuja y cuidarlo de cualquier mal que desée introducirse en él.
—No digas eso. ¿Sabes? Mañana vamos a salir. Vamos a caminar por la ciudad y vamos a olvidar todo esto. Vamos a conocernos, ¿Quieres? —Roger asintió y se separó del pecho del mayor, para recostarse en su cama.

No sabía por qué, pero tenía la necesidad de ayudarlo.
Recordó que quizás quedaría extraño, pero Roger parecía necesitar ayuda, y Brian no iba a dejarlo llorando solo... no podría. Ese chico es angelical y no cree que merezca irse a dormir con lágrimas recorriendo sus mejillas. Por lo tanto y muy asustado por la reacción que podría llegar a tener Roger, el mayor comenzó a acariciar, lentamente, la cabellera rubia del menor.

Por suerte, a Roger le encantó. Claro que al principio se enrojeció cual tomate, al igual que Brian, pero luego cerró sus ojos y se dejó llevar por el momento.

Por otro lado, Brian estaba encantado con la perfecta cabellera de Roger. No podía creer que estuviera tan cerca de él. <Bueno, sí. Estás feliz por qué estás tomando confianza con el chico... solo por eso. Después de todo, supongo que así es como se tratan los hermanos> se repetía Brian.

Los minutos pasaron, y Roger, no sin antes dedicarle un último "Gracias" a Brian, cayó en los brazos de morfeo.

Brian también pudo dormir aquella noche. Los gemidos se habían detenido, pero con o sin los gemidos, podría haberlo hecho, ya que había ayudado a su hermanastro, y eso lo hacía feliz.

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