Stars [MAYLOR]

T H I R T Y N I N E

We made a fire
Went down in the flames
We sailed an ocean
And drowned in a wave
Built a cathedral
But we never prayed
We had it all, yeah
And we walked away
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Habían pasado veinticinco días de su encuentro. Sus besos, caricias y palabras siguieron.

Pero hoy era el gran día. John había tratado de prolongarlo lo máximo posible, pero quedaban cinco días para el vuelo. Lo único importante que le había dejado por hacer a Brian era armar sus maletas. No más que eso.

Jude estaba trabajando. John había faltado al trabajo para darle la gran noticia a su hijo.
Roger estaba en casa de John, junto con Lorraine. Iban a ir Freddie y Brian también, pero Freddie estaba con su novia, Mary, y Brian tenía que estudiar.

Los estudios de éste fueron interrumpidos cuando su padre llamó a la puerta tres veces.

—Adelante —habló el rizado, y volvió a centrar su vista en el estudio.
John pasó, y se sentó en la punta de la cama.
—Brian... —el nombrado volteó a verlo— tenemos que hablar algo.

Brian se puso nervioso por unos momentos. ¿Acaso habría descubierto lo suyo y lo de Roger? El rizado tragó saliva y se sentó a su lado.
—¿Qué pasa? —le agradeció a Dios que su voz no temblase.
—Hay algo que tengo que decirte... —John tragó saliva y tomó la mano de su hijo.

Éste era el momento.

—Brian... ¿Sabes que Judith y yo no estábamos bien, no?
—¿Estábamos? —el menor lo observaba con ojos penetrantes.
—Se terminó, Brian. Nos vamos —Lo miró unos segundos. Su padre pudo apreciar cómo su hijo, poco a poco, comenzaba a destruírse. Quitó su mano de la de su padre y apoyó sus codos en sus rodillas, para tapar su rostro con sus manos.

Hubo unos segundos de silencio.

—N-No puedo irme, papá —dijo éste.
—Siempre te dí lo mejor de mi. Lo mínimo que merezco es que me acompañes. Aparte, ¿Qué vas a hacer aquí? ¿Conseguir un empleo tú solo? ¿Comprar una casa? ¿Con el dinero de quién? No te preocupes por Roger ni Jude, ellos se quedarán con la casa —Brian, al escuchar el nombre de su amado, comenzó a enloquecer.
—¿Q-Qué? N-no. Papá tengo amigos y una vida formada aquí, no puedes hacerme esto. T-tiene que haber otra manera, yo... —Brian se levantó de la cama y comenzó a caminar en círculos. Estaba controlándose para no gritar.
—No hay otra manera. Desde que tu madre se nos fué quiero irme de este lugar. Inglaterra no es lo nuestro, hijo. Irlanda sí.
—¡¿Irlanda?! —gritó— ¡¿Cómo que no es lo nuestro?! ¡Aquí vivo desde que soy un niño, es todo lo que tengo!
—En Irlanda hay posibilidades, hijo. Muchas. Vamos, si quieres quedarte tendrás que vivir en las calles y no puedo permitir que un hijo mío viva en esas condiciones. Tú vendrás conmigo, conseguirás una mujer y tendrás hijos en Irlanda, Brian. Serás feliz —Su padre se levantó de la cama y se acercó a él.
—Ya soy feliz con alguien más —Brian lloraba.
—Hay muchas mujeres en el mundo, Bri...-
—No es una mujer —su padre tragó saliva— Amo a Roger —Brian se armó de coraje. Su padre lo miró a los ojos unos segundos.
—¿Q-Qué dices Brian? —su padre lo miró indignado.
—Lo que oíste —John estampó su mano en la cara de Brian, haciendo que éste sienta un fuerte dolor en su mejilla. Sus sollozos se hicieron cada vez más audibles.
—¡Más razones para irnos de aquí! ¿Acaso estás enfermo? Debes estar confundido —Brian negó repetidas veces— Para mañana haces todas las maletas, Brian. Partimos en unos días. Hablé con Jude, y tú te encargarás de decirle a tu amiguito, Oh, y escúchame —se acercó a su hijo, que estaba sentado en el suelo— Vas a terminar esa mierda. ¿Oíste? Estás confundido —y salió de su cuarto.

Brian cayó en cuenta de todo lo que tenía que hacer.

Su futuro, sus amigos, su novio... tendría que dejarlo todo.

Pero... su padre siempre lo acompañó. Es cierto que tiene diesiocho años y puede hacer lo que quiera, pero ¿Qué iba a hacer aquí? Su padre tenía razón. No podía quedarse.

Era ilógico hacerlo. Tenía que irse.

Sentía que su corazón iba a salirse de su pecho. Los sonidos que emitía no eran normales. Realmente estaba destrozado. Corrió hacia el teléfono.

Marcó rápidamente un número que se sabía de memoria, y se colocó el aparato en la oreja.

—¿L-Lorraine? —Ella estaba con John y Roger, pero al ver que Brian lo llamaba se dirigió al baño de la casa del primero.
—¿Brian? ¿Estás bien? —la mujer escuchó sollozos y balbuceos del otro lado de la línea —¡Habla bien carajo! Respira, tranquilízate. ¿Por qué lloras? No entiendo nada —Brian le obedeció y respiro profundo. Luego habló.
—M-mi padre quiere sacarme del país. Q-quiere que deje a Roger.
—¿Qué? Oh, Brian... tienes diesiocho años, puedes decidir por ti mismo.
—P-Pero... ¿Qué haré aquí? N-no tengo dinero y no he terminado de estudiar.
—Mira vamos a hablar con Roger. ¿Por qué mejor no vienes y...-
—¡No! No le cuentes —Lorraine frunció el ceño.
—¡Hey! ¡Brian! ¡No voy a permitirte que le rompas el corazón! ¡Es mi mejor amigo! —Lorraine se escuchaba enojada. Brian comenzó a llorar de nuevo— Oh... Brian... ¿Lastimé tu vagina? ¡Hazte hombre mierda! Busca un trabajo o algo. Tu padre no puede decidir sobre tí. ¿Vas a dejar a quien amas por... tu padre?
—Pero el siempre estuvo para mí, siempre me ayudó —Lorraine rodó los ojos.
—Esta será la peor decisión de tu vida, Brian. Te lo aseguro —y corto.

Lorraine no iba a decirle nada al rubio. No era su problema. Esperaría a que Brian hiciera algo, y que ese algo sea la buena decisión.

Pero Brian ya había decidido. ¿Qué iba a hacer en Inglaterra?

~

Se acerca...