Stars [MAYLOR]

T H I R T Y S I X

I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you
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Dos semanas.

Dos semanas en las que no había podido ni llamarle. Dos semanas en las que se habían rehusado a encontrarse incluso en aquellos momentos que salían a tocar. Dos semanas sin hablarse, sin verse, sin besarse... ya se les hacía demasiado.

Y el que podía resolverlo era Brian.

Tardaba mucho en reflexionar. Le costaba muchísimo admitir que estaba equivocado, y ni hablar de Roger.

El rizado no le llamó. No le dio previo aviso, simplemente partió hasta el departamento del más chico. Si estaba, bien. Si no, ya vería que hacer.

Como todas las veces que iba, no se tardó mucho. Solo fueron un par de minutos conduciendo, pensando en que haría.

No volvería a dejar que esto fuese a suceder nuevamente. Estaba cansado. Va a luchar por la persona que ama y a vencer a lo que teme. Pero no puede permitirse caer tan bajo de otra vez.

Estaba decidido.

Una vez que llegó, se bajó del coche y entró al edificio. Se sentía totalmente desconfiado, vulnerable y afligido, como si todo pudiese afectarle.

Sus ojos se cristalizaron antes de que el rubio abra.

Cuando lo hizo, se sorprendió a ver a quien tenía en frente. No se lo esperaba.

—Hasta que te dignas a aparecer... —habla Roger, en voz baja y a la vez firme.

Brian, que tenía la mirada pegada al suelo, la levantó hasta los ojos del otro.

—¿Podemos hablar? —preguntó
—Después de todo... no me queda otra opción —y se hizo a un lado. Había estado esperando a que el mayor vaya a disculparse todos los días, y ahora por fin estaba aquí. Lo haría rogar.

Brian entró, y se apoyó en la pared. Roger se paró enfrente, de brazos cruzados.

—Y... ¿bien? —preguntó, pero el otro tardó en contestar.
—Yo... no sé por donde comenzar —Roger rodó los ojos y suspiró con pesadez.
—Vamos, Brian, no tengo todo el día —dijo. El nombrado se sintió presionado.

<Mierda... hazlo de una vez> se dijo, y comenzó nuevamente a hablar.

—Lamento haber venido tan tarde —levantó la mirada hacia el blondo— necesitaba tiempo para pensar. Lamento lo que sucedió, ¿Sí? Pero sé que eso no sirve —se despegó de la pared y comenzó q moverse, dando vueltas por la habitación. Roger le seguía con la mirada— sé que suelo ser estúpido en estas cosas, ¿sí? Soy consciente de ello, y por eso he decidido cambiar —miró nuevamente a Roger, y camino hacia él con rapidez, para luego apoyar ambas manos en sus mejillas— Quiero pasar toda mi vida contigo, Roger. Haré lo que sea por ti, lo que pidas. Hablaré con Anita, con mi padre, con quien sea. Quiero protegerte, no lastimarte —una lágrima descendió por su mejilla. Ese era el Brian del que se había enamorado.

El más alto dejó un beso por donde caía dicha gota.

—B-Brian... —balbuceó— yo te amo. Más de lo que imaginas. Por favor, no me hagas esto de nuevo —al rizado le partió el corazón, y sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.