Es viernes en la noche, y bajo la luz de la lampara de la sala, Nicole hace la tarea para el lunes, recordando la fiesta de la otra noche en la que limpió la pista de baile, pero la ensoñación no le dura mucho, porque debe concentrarse si quiere seg...
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Easier: Part One
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—¿Sabías que es de México?
—¿Tú no? —Mason introdujo una fritura salada en su boca. Finn negó con la cabeza, atónito. No podía creer que enserio era el único idiota que no sabía que Nicole era mexicana—. Pensé que eras su mayor fan.
—No digas estupideces —bramó ofendido. Después varias horas pensando su maquiavélico plan con la mirada fija en el muro, corrió hacia la computadora para ver su perfil de Facebook, en el cual encontró varios datos como su país natal, y se sintió tan imbécil que aporreó el muro con su cabeza—. No soy su fan, solo... ugh.
Finn le hizo un gesto obsceno con la mano y continuó comiendo de su propia bolsa de frituras. Prefería esas papitas saladas mil veces antes que la comida que servían en la cafetería.
De pronto, como si la hubiese invocado con el pensamiento, Nicole Bannerman cruzó la puerta de la cafetería con Taylor, su amiga, riendo y jugando. El cabello castaño, claro como la miel, se agitaba de un lado a otro delicadamente. De vez en cuando la señorita levantaba la mano y lo ponía detrás de su oreja, pero no servía de nada porque se volvía a soltar.
Ese día estaba particularmente preciosa.
—Estas babeando —sonrió Mason antes de que Finn volviese a la realidad, estrellando su puño contra el brazo del chico y ganándose un par de miradas curiosas.
—¡Cállate!
Mason siguió riendo por unos segundos, hasta que se dio cuenta de que Finn no se veía divertido. En realidad, estaba molesto.
El pelinegro miró un punto fijo en la mesa hasta que Nicole pasó de largo. No se atrevió a mirarla ni a ella ni a nadie, pero aun así sintió la mirada de ambas chicas sobre él, y para rematar, la de Mason, quien no sabía el significado de la palabra "disimular".
—¿La invitaste a salir? —preguntó el castaño cuando las chicas hubieron pasado. Finn se limitó a negar con la cabeza, trazando con su dedo índice alguna figura sobre la superficie de la mesa—. ¿Por qué no? Pensé que tenías un plan.
