S I X T E E N

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No Shame: Part Two

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No Shame: Part Two

Nicole siempre pensó que lo que más odiaba en el mundo era la presión

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Nicole siempre pensó que lo que más odiaba en el mundo era la presión. Cuando sentía aquella efervescencia en el estómago al momento de tomar una decisión apresurada, con todos los pares de ojos en el lugar quemando su nuca y el maldito signo de pregunta detrás de cada oración. Ahora sabía que, si había algo que odiaba más, era el no saber reaccionar a ello.

Lo primero que podías ver cuando entrabas a la casa de los Bannerman era una muchacha con los dedos teñidos de tinta de colores y un montón de libretas abiertas a su alrededor, con su cabello recogido todo en una maraña desordenada en la cima de su cabeza que pretendía ser una coleta; una liga entre cabello chocolate y un montón de hebras cayendo en su frente y parte posterior del cuello.

Su interminable pila de tarea se había reducido a la tarea de física, que creía poder terminar esa misma noche, así tendría el resto de su fin de semana libre y podría invertir su tiempo en cualquier otra cosa que no fuesen números y letras.

Su proceso involucraba una hoja arrugada en la que hacía apuntes desordenados, sin apuro por terminar, con números disparejos y feos, y otra mucho más pulcra en la que plasmaba todo su trabajo duro.

En realidad, disfrutaba mucho de hacer la tarea, en especial si la distraía de cualquier cosa que pudo haber pasado en el día que estuviese tratando de olvidar. La diferencia entre la tarea y cualquier otra actividad era que, si miraba una película, terminaría relacionando las acciones de los personajes con personas dentro de su círculo social. Si leía un libro, las escenas le serían temiblemente familiares. Y si trataba de dormir, su mente jamás se callaría.

Era viernes en la noche, y bajo la luz de la enorme lámpara de la sala, Nicole limpió una molesta lágrima que le bajaba por la mejilla.

Todo este tiempo había tratado de ignorarlo, pero la verdad era que tenía mucho miedo de perderse a sí misma si empezaba algo con Finn. Siempre había sido esa persona a la que todo el mundo ponía de ejemplo, y tener tantas voces haciendo eco en los pasillos, hablando de ella con tanto rencor... No le gustaba. No era más profundo que esto: el ambiente no le había gustado, una cosa llevó a la otra y ahora quería volver en el tiempo y decirle a Finn que se largaran de ahí.

CALM | Finn WolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora