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Old Me: Part Two

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Old Me: Part Two

Taylor no terminaba de entender lo que estaba sucediendo

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Taylor no terminaba de entender lo que estaba sucediendo. Un día todo estaba bien: sus notas se elevaban, esa beca deportiva le sonreía desde el otro lado de la cortina y su futuro brillaba; y al día siguiente nadie le dirigía la palabra, pero sus miradas la seguían a donde sea que fuera.

No quería pensar en todo lo que había pasado. De hecho, había evitado exitosamente cualquier conversación que tuviese que ver con el tema. Claramente había hecho un buen trabajo hasta ahora, pero era consiente de que tenía que enfrentarlo eventualmente si no quería quedarse sola y con una mala reputación.

La verdad era esta. Fue un impulso.

Siempre le pareció que Finn era muy atractivo y le gustaba su sentido del humor, pero él estaba embobado con Nicole y ni siquiera se había molestado en mirar en su dirección, pero mientras más tiempo pasaba con él, más difícil le resultaba ignorar sus sentimientos, hasta que finalmente lo tuvo frente a ella diciéndole como había abierto los ojos y ahora sabía que Nicole no lo quería. Solo pensó en la oportunidad y se le olvidó el pequeño gran detalle de su ebriedad. Volvió de golpe a la realidad cuando sintió algo caliente en sus pies y se levantó espantada. Lo que había hecho era imperdonable y lo sabía. Se arrepentía. En serio lo hacía.

Había intentado disculparse con Nicole, pero ella le había dicho que todo estaba bien, entonces ¿para qué iba a molestarse? Aparentemente no era muy buena interpretando emociones y debió haberle pedido disculpas de todas maneras.

Ahora almorzaba sola, si es que decidía almorzar. Caminaba con cuidado por los pasillos en caso de que a alguien le pareciese buena idea hostigarla. No le dirigía la palabra a nadie a menos que se viese obligada a hacerlo e iba directo a casa después de la práctica.

Su vida se había convertido en un monótono vaivén, tan aburrido que le estaba quitando las ganas de vivir. No había podido marcar un gol desde hace dos semanas y media.

La cafetería se había convertido en un escenario recurrente en sus pesadillas. No podía dejar de pensar en los miles de asientos ocupados, las pegajosas superficies de las mesas y las incesantes conversaciones que hacían eco en todo el lugar. De pie en medio de la habitación con su bandeja de plástico rojo y su almuerzo en ella, pensaba que pudo haber comido en el baño y evitado el malestar que sentía en su pecho, pero se había prometido a sí misma en la mañana que, no solo enfrentaría el problema, sino que tomaría al toro por los cuernos, caminaría decididamente hacia Nicole y le pediría hablar con ella en privado. Le explicaría todo, pondría las cartas sobre la mesa y le pediría disculpas. No excusas, no mentiras, solo la cruda verdad, y si Nicole decidía no disculparla y enviar su amistad por el retrete, al menos se libraría de la maldita culpa que no la dejaba dormir en paz.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2023 ⏰

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CALM | Finn WolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora