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Easier: Live from The Vault

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Easier: Live from The Vault

El pitido de la tetera alertó a Mary Wolfhard de que el agua hubo hervido y que pronto tendría café en su mesa

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El pitido de la tetera alertó a Mary Wolfhard de que el agua hubo hervido y que pronto tendría café en su mesa. La mujer caminó lentamente hacia la cocina y giró la perilla hasta que la llama se extinguió, destapó la tetera y vertió agua en una taza que rezaba: "La mejor madre del mundo"

Al ser domingo en la mañana, no le sorprendió el pacífico silencio que invadía la casa. Todos duermen hasta tarde ese día, incluso su esposo, quien por lo general es el primero en levantarse, pero ella no ha podido dormir lo que le gustaría, pues había algo que la estaba manteniendo ocupada: sus pensamientos.

Desde que Finn había salido a ese partido de fútbol, estaba mucho más ausente. Recordaba haberle preguntado como le había ido, y acompañado de un simple "bien", había llegado un par de mejillas enrojecidas.

—No fue la gran cosa —había respondido el muchacho, aun embelesado en la puerta de entrada y con los labios apretados en una fina línea—, solo un partido.

Pero Mary estaba segura de que, jamás en su vida, Finn había llegado así a casa. Empezó a hacerse varias preguntas.

Entonces allí estaba, apoyada en el mesón de la cocina, observando por la ventana el cielo azul matutino y mojando sus labios con café negro, bien dulce, como a ella le gustaba, mientras se preguntaba si había algo que debería saber.

—¿Mamá?

Mary soltó un quejido al sentir una buena cantidad de la bebida caliente en su boca y dio varios pasos hacia atrás. Volteándose tan solo para encontrarse con la delgada y desgarbada figura de Finn observándola desde el centro de la sala. Estaba descalzo y despeinado, con la ropa hecha girones y las mejillas sonrosadas por el sueño, y aunque se veía muy tierno, la mujer se llevó una mano al pecho y ahogó un grito.

—¡Finn! —exclamó—. ¿Qué haces despierto tan temprano?

El muchacho se encogió de hombros y se acercó un poco a ella: —Me desperté y no pude volver a dormir.

CALM | Finn WolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora