Es viernes en la noche, y bajo la luz de la lampara de la sala, Nicole hace la tarea para el lunes, recordando la fiesta de la otra noche en la que limpió la pista de baile, pero la ensoñación no le dura mucho, porque debe concentrarse si quiere seg...
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Not In The Same Way: Part One
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—¡Ya lo encontré!
El día había transcurrido normal para Finn. Como todos los sábados se había levantado a las diez de la mañana, desayunado con sus padres y finalmente descansado por horas sin despegar la vista del televisor. Había recibido un par de mensajes de Mason y uno de Molly en el que le preguntaba cómo estaba y si quería salir a comer uno de esos días, pero tuvo que declinar amablemente porque toda su semana —y esperaba que el resto del mes— estaba reservada para él, un montón de libros, y Nicole Bannerman, quien ahora mismo revisaba varios sitios de internet en busca de información para sustentar los puntos de su debate.
—¿Sí? —preguntó él acercándose a ella por detrás y observando el monitor—. Vas a tener que explicármelo porque no hay manera de que lea un documento de cuarenta hojas.
Nicole puso los ojos en blanco: —Solo tienes que leer como dos páginas.
—Pero me ayudaría si tú me lo explicas, así como siempre lo haces —sonrió él, y por el reflejo de la pantalla logró ver como ella entornaba los ojos y finalmente sonreía, complacida.
La canción que provenía de la radio cambió a una mucho más movida que la anterior e incitó a Nicole a moverse al compás mientras giraba sobre su eje grácilmente, haciendo que las ruedas de la silla se deslizaran sobre el suelo.
—Eres demasiado holgazán.
—¿Yo? —preguntó señalándose a sí mismo y tirándose sobre la cama de un golpe—. No es verdad, soy la persona más trabajadora que alguna vez conocerás.
—No voy a leerte dos páginas —puso los ojos en blanco—. Es tu tarea para mañana. El debate es el viernes y tienes seis días para terminar de prepararte.
—¿Podemos no contar el domingo? —preguntó el pecoso inclinándose hacia adelante—. Tengo planeado dormir todo el día, ya sabes, descansar la mente.
Nicole sonrió y negó con su cabeza: —No.
—¿Por qué tuvo que darme ese tema? —se quejó—. Sabe que estoy en contra, lo puse alguna vez en un ensayo. Es una señora amargada y cruel.
