Capítulo 18: "Compartiendo tu dolor"

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Lean el capítulo y se darán cuenta de por qué puse esta imagen como portada (spoiler no tan spoiler: ambos hacen compilaciones de cosas malas que pasaron antes), ahora comencemos a leer, por que esto no tiene película (porque obviamente ningún fanfic tiene una adaptación cinematográfica, ni las muy buenas)...


Lo que empezó como una tranquila noche viendo como Lola ganaba otro concurso, rápidamente se tornó en un asunto tenso e incómodo. A pesar del ruido que provenía de la audiencia una vez que otra concursante terminó con su rutina de talentos, los Loud se sintieron como en el medio de la nada mientras Rita y Lincoln se seguían viendo entre ellos en silencio después de un saludo lastimero. Ninguno sabía que decir, tampoco sabían de que podrían discutir. Ocurrían muchas cosas en las mentes del peliblanco y de su madre que evitaban que sus cuerdas vocales fueran capaces de hacer sonido, solo para usar el pretexto de que del otro lado de la cortina había mucho ruido. Eventualmente, las gemelas se pusieron ta nerviosas por la tensión entre Rita y Lincoln que pensaron en una excusa para librarse del ambiente: Lola dijo que tenía que ir a ver a sus competidoras para que no le copiaran, y Lana dijo que tenía que ir al baño. Incluso con la ausencia de las gemelas, los 2 aún trataban de pensar en algo que pudieran decir. ¿Pero que es lo que podrían decir? '¿Lamento haberte tratado así, pensé que dabas mala suerte, y que todo eventualmente volvería a la normalidad?' Eso solo podría ocurrir en un cuento de hadas. Ambos sabían que su relación estaba dañada a tal punto que difícilmente podían dirigirse como familiares.

Rita se sintió bendecida de que Lincoln se hubiera referido a ella como su mamá. Sin problemas pudo haberla llamado por su nombre, lo cuál no solo hubiera roto su ya frágil corazón, sino que hubiera sido evidente de que él no quería que ella se refiriera a él como su hijo. Ella solo pudo imaginarse a Lincoln refiriéndose a su esposo como 'señor' en lugar de 'papá'. Al menos aún no llegó a ese punto... no todavía al menos. Estudiando la cara de su hijo, Lincoln se estaba mordiendo su labio, estaba mirándola a ella con incertidumbre y parecía tener una mirada que coincidía con la suya. La matriarca respiró internamente. tenía que dejar de actuar como una niñita y afrontar esto ahora. Esta podría ser una de las pocas veces que podría ver a su hijo en persona después de días, o quizás semanas, y estaría condenada si no aprovechara la oportunidad.

Primero... necesitaban un lugar con menos ruido. "Lincoln, ¿podemos ir a hablar en el pasillo? No creo que sea posible hablar con todo este ruido." Lincoln echó un vistazo al suelo pensándolo antes de simplemente asentir.

Sin otra palabra, el chico siguió a su madre por el escenario, pasando junto a las otras chicas que estaban listas para presentarse. Una vez que llegaron al pasillo, caminaron un poco más antes de que Rita volviera a hablar con su hijo. "Así que..." La madre habló con un toque de confianza. "¿C-cómo la has pasado?"

"Bien en la mayoría de las ocasiones." La respuesta del chico fue bastante cortante.

"¿Disfrutaste tu almuerzo con tus hermanas ayer?"

Lincoln asintió, moviendo su pié entre las baldosas del piso. "Leni ganó en muchos juegos (para sorpresa de todos), la comida era buena y Luan no pudo evitar decir un chiste de vez en cuando. Pero, fue duro al principio..." Lincoln comenzó a sentirse culpable. "Yo... hice llorar a Luan después de recordarle lo del último Día de los Inocentes... p-pero lo arreglamos. También me gustó el video que ella y Luna me hicieron, y me sorprendió de que Leni pudiera hacer una cama y un ropero desde cero para mí." Lincoln no pudo evitar sonreír ante esos gestos de amabilidad.

Rita sonrió por eso. Ella ya sabía del rato que él y sus hijas pasaron en Jillian's, pero fue mejor oír que Lincoln dijera que la había pasado bien. Ella también entendió el por qué de su enfado con Luan. La broma del motel aún estaba en su cabeza, al igual que a los castigos que repartió en casa. Luan estuvo castigada por 2 meses, y su esposo tuvo que dormir en el sofá por un mes dado a su participación. Todo el dinero que se perdió por la renta del terreno requirió de que ambos padres trabajaran más horas extras de los que hacían antes, así que su presupuesto alimentario estuvo más saturado que nunca. Esto también trajo como consecuencia que los salarios de sus hijos fueran suspendidos hasta que los padres pudieran poner sus finanzas en orden nuevamente. Rita aún podía recordar el día en que ellos se pelearon por 25 centavos que habían en el sofá. Al menos hasta que su esposo decidió cesar con la codicia de sus hijos al darle el dinero que ganó de esas horas extra, aunque los chicos terminaron desordenando la casa tratando de encontrar ese dinero.

¿Qué vale una persona? (traducción al español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora