¿Novios? (Omegaverse)

21

Shiro despertó ese mismo día.

Aunque hubiese deseado quedarse más tiempo con él, Sing no lo dejo ya que tenían que ir al departamento del mayor y bañarse.

Se despidió con un no tan fuerte abrazo de Shiro, otro más para Nikolas y se fueron ambos.

En el camino, Sing, le contó un poco lo que pasó en su Universidad.

Por todo lo que pasó aquel día, cancelaron temporalmente las clases de modelaje y metieron a prisión a ex-profesor de modelaje. No habría clases hasta el año que viene ya que que casi se acababan las clases pero aún así las personas que dieron su mejor esfuerzo pasarían al siguiente año.

Griffin se tranquilizó un poco, era uno de los mejores junto con Shiro así que no habría problema pasar de año.

Compraron un poco de comida y bebidas de camino al departamento.
Al llegar se encontraron con sus padres dentro.

-Mi niño, ¿Cómo estás?, ¿Te duele algo?- Yue fue hacia Griffin y lo abrazo con fuerza- no te preocupes por ese bastardo, le dimos su merecido entre los tres- sonrió orgulloso.

-Si, ya me contaron que cinco personas le desfiguraron la cara- sonrió y abrazo a su tío- nunca pensé que fueras tan agresivo tío Yue.

-Oh mi madre me enseñó defenderme y Shorter me enseñó a golpear- puso sus manos en su cintura aún más orgulloso- y después yo le enseñe a Sing.

-Deja de robarme a mi hijo- él japonés fue y tomo a Griffin, abrazándolo.

-No es mi culpa que sea idéntico a mi, parece más hijo mío.

-Tengo la sospecha que mamá y Yue estuvieron juntos en algún momento- él menor miro a ambos.

En ese momento, cierto alfa alejo al japonés del omega chino.

-No digas eso ni bromeando, Griffin- miro serio a Yue.

Este le saco la lengua y se fue dónde su esposo, que estaba en la cocina.

-Por cierto, Griffin- él japonés miro a su hijo- mira quién vino con nosotros.

Silbó y un perro peludo apareció en la sala.

-¡Buddy!- se arrodilló y abrazo al perro, quien le empezó a lamer toda la cara- ¿Cómo está mi niño?- acaricio sus orejas y siguió jugando con el can.

Sing fue hacia su habitación y vio a Lao, echado en su cama.

-Hey amigo- acaricio su barriga y este se removió.

Un Arthur salvaje apareció de la mano y mordió su mano.

-¡Au! Arthur suéltame- movió su mano tratando de quitarse al cachorro.

Lao lo tomo con el hocico y lo tiró al piso.