Capitulo 17

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Cuando llego al hotel, aliviado, sigo temblando, pero al menos el corazón se me calma un poco.

Me dirijo a toda prisa hacia la entrada, pero mis botas se detienen en seco al darme cuenta de lo que se interpone entre el hotel y yo. Hay un grupo de gente, algunos con cámaras, otros con teléfonos móviles, y todos gritan el nombre de Jungkook. El corazón se me vuelve a disparar. No puedo entrar por aquí de ninguna manera; me reconocerían. Retrocedo y me doy la vuelta antes de que alguien se vuelva y me pueda ver.

Doblo la esquina, pero en el otro lado me encuentro con lo mismo: más gente, docenas de personas armadas con cámaras llenan la acera. Me detengo rudamente y el pánico vuelve a apoderarse de mí. ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo se me ocurre que podía entrar tranquilamente en el hotel y pedir que llamaran a la habitación de Jungkook? De repente, me siento como un idiota sin cerebro. Miro a lado y lado, buscando la manera de pasar entre toda esa gente, pero no se me ocurre nada.

Sin mirar si viene alguien, cruzo la calle buscando la protección de un portal.

Oigo unos neumáticos que chirrían y un claxon que suena con rabia. Me quedo paralizado porque me fallan las piernas, y permanezco quieto en medio del arcén, con el capó del coche rozándome las rodillas.

-¡Serás idiota! -me grita el conductor, haciendo sonar la bocina varias veces más.

Miro hacia el parabrisas, asustado, pero vuelvo a bajar la vista rápidamente y me obligo a salir de la carretera antes de que el conductor se dé cuenta de a quién ha estado a punto de atropellar. Me meto en el portal y me obligo a respirar y a tragar saliva para poder calmarme.

-Por favor, funciona. Por favor, funciona -le ruego al teléfono mientras lo apago y lo vuelvo a encender, esperando alguna señal de vida.

La pantalla agrietada se ilumina, pero sigue siendo verde. No veo nada, sólo los bordes de algunos iconos borrosos.

-No -sollozo, dejándome caer sobre la sucia pared de ladrillo.

Y ahí permanezco durante unos cinco minutos, preguntándome qué voy a hacer. ¿Cómo he podido ser tan estúpido? Está claro que no tengo ni idea de cómo moverme en el mundo real. Me han educado para llevar una vida de resguardo por mi estatus, no me han enseñado nada de lo que necesite para vivir en el mundo real. Porque no soy una persona real y nadie espera que viva en este mundo.

Miro a derecha e izquierda, cada vez más desesperado, pero entonces el teléfono suena en mi mano y clavo la mirada en la pantalla dañada. No veo quién me está llamando, pero presiono con el dedo por la zona donde debería estar el icono de responder hasta que al fin lo oigo.

-Jimin, Jimin. ¿Estás ahí?

-¡Jungkook! -No puedo controlar mi voz, que sale histérico.

-Jimin, joder. ¿Pero puede saberse dónde coño estás? -Él suena todavía más fuera de sí que yo.

-Fuera. No puedo atravesar la multitud. Esto está lleno de paparazzi y fans.

-¿Dónde está Damon?

Me encojo, riñéndome a mí mismo por ser tan irracional.

-Estoy solo.

-¡Por Dios, hombre! -exclama, y oigo que empieza a andar-. Está fuera - dice, con la voz amortiguada, como si hubiera cubierto el móvil con la mano-. ¿En qué parte? Dime exactamente dónde estás.

-No lo sé -respondo con voz rota, superado por la situación-. En un lado del hotel, pero no veo el nombre de la calle -digo, observando el lateral del hotel, buscando una señal que me diga dónde estoy.

MI ALTEZA ~KOOKMIN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora