31. Antes de una guerra.

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Nota del autor:

Debido al desarrollo de los acontecimientos en las últimas semanas y meses(crisis del COVID 19, y por consiguiente el quedarse en casa de forma obligatoria en mi país, España) en específico las universidades han empezado a mandar una cantidad inusualmente elevada de trabajo, debido a que como estamos en casa tenemos que estar las 24 horas del día pendientes a lo que digan los profesores. Debido a esto, mi tiempo (y ganas de escribir) han sido prácticamente nulos estas semanas(meses) porque la universidad te deja sin energías. Así que punto número 1, lo lamento por tardar tanto. Punto número 2, si, este capítulo no es el final de la temporada, mi idea es hacer el proximo capitulo de pura batalla, y el ultimo sería el posterior a ese. Lo lamento, pero cuando es largo, es largo. Y estamos hablando de la batalla final. Dadme tiempo, prefiero hacer las cosas bien que hacerlo todo rápido, en plan en dos semanas, y mal. Por eso la segunda parte de este capítulo no tendrá fecha. Se subirá cuando yo pueda subirlo. Si estaís esperando pelea... lo lamento, este no tiene. El siguiente es la guerra, y quiero hacerlo bien. POSDATA: Dia 24 de septiembre cuando empecé a escribir todo esto, literalmente lo hice en 2 semanas, mas de 10 k palabras entre las ganas que tenía de poder escribir y de publicar. Lo he hecho con cierta prisa, quizá, pero se que al final me vais a matar como tarde más.

Dicho esto, tomen su taza de cafe, de chocolate, o de lo que sea, y disfrute de una lectura cómoda.

Sirou: Iris...

Dray me escuchó y advirtió el tono de tristeza que poseía aquella palabra. En respuesta, fue con su hija, para tomarla de los hombros. Namaru estaba desconcertada, aunque abrazó a su padre sin entender lo que pasaba.

Namaru: ¿Papá?

Dray: Iris se ha ido a las estancias de Reiren, cariño.

Namaru: ¿Qué? No... No...

La voz de Namaru adquirió un tono de incredulidad, era imposible que Iris realmente hubiera caído. Su mejor amiga... Su entrenadora... Su hermana.

Dray: Namaru. Es la verdad... Lo lamento mi hij...

Namaru: ¡Déjame!

Namaru se revolvió de forma incontrolable, logrando que incluso su padre la soltara. Fue la primera que entró en Dorma una vez había sido reconquistada, gritando el nombre de la vampiresa con una voz desgarrada por el dolor.

Namaru: ¡¡IIIIRIIIS!!

Dray me miró tras ello, pudiendo notar la congoja en su mirada, como si su corazón le apretara y le exigiera llorar lágrimas que, como líder no podía llorar en aquel momento, y fue a buscar a su hija junto con su mujer, quien también estaba atónita, sin creer aquellas palabras de su esposo hasta que ella viera con sus propios ojos lo que había pasado con su adoptiva hija y protectora.

Araen: ¿A que están esperando, señores? Vuestra ciudad os pertenece de nuevo. ¡Entrad y trataremos a los heridos! Nos encargaremos más tarde de despedir a los que ya no están.

Argel: ¡Ya habéis oído! ¡Entrad a la ciudad! ¡Al gremio, todos! ¡Seguro quedan suministros, me encargaré de curaros con lo que tenga!

Me quedé allí sentado, jadeando, mientras todos empezaban a pasar por las puertas, liderados por Araen, refugiandose en lo que habían sido sus casas con anterioridad, aunque los heridos iban al gremio para ser atendidos. Después de todo no había daños graves a la infraestructura del pueblo, a pesar de la batalla que había acontecido. Los últimos en pasar fueron mis amigos más cercanos, Levia y Erago, aunque este último estaba inconsciente y parecía herido de gravedad, con uno de los brazos severamente dañado, incluso diría que roto por varias partes a lo poco que podía ver. Lo llevaba su hermana sobre uno de los caballos de los elfos, quienes habían entrado con anterioridad siendo Vergel y Vulgüer quienes peor se encontraban, aunque fueron capaces de entrar por su propio pie.

Another World, A Magic World.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora