El comienzo

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Jeralt, padre de el protagonista: Vamos a descansar, Byleth, sé que ha sido un día duro para ambos.

Jeralt, padre de el protagonista: Vamos a descansar, Byleth, sé que ha sido un día duro para ambos

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Byleth: No creas Jeralt, ha sido el entrenamiento lo que acabó conmigo hoy.

Jeralt: Vamos hijo, no me vengas con formalidades, puedes llamarme padre, ya lo sabes.

Byleth: Lo siento, padre...

Jeralt: No importa. ¿Sabes qué? Te invito a tomar algo en esa taberna, esta vez pago yo.

Byleth: Madre mía, ¿estás bien Jeralt?

Jeralt: Sí, estoy bien, pero me va a empezar a doler la cabeza como no pares de llamarme Jeralt.

Byleth: Es que me sale natural...

Jeralt: El dolor de cabeza también es natural.

Byleth y Jeralt, entran en la taberna y se ponen a comer y a beber. Hasta que un caballero con armadura entra en la taberna. Éste, parece percatarse de la presencia de Byleth y Jeralt y comienza a correr hacia ellos.

Caballero con armadura: ¡Jeralt! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal te va todo?

Jeralt: Bastante bien en mi opinión, ¿y tú que tal estás?

Caballero con armadura: ¡Oh! Ya sabes, la arzobispa es la que manda yo acato órdenes, y sinceramente no han cambiado mucho las cosas en el monasterio después de marcharte. ¡Hombre! ¡Hace tanto que no te veía! ¡Como creciste!

Byleth: Perdón, pero..., ¿nos conocemos?

Caballero con armadura: Perdona mis modales muchacho, es que no te vi nunca más después de tu nacimiento por lo que no me recordarás. Soy Alois, actual soldado de el monasterio de Garregh Mach, tu padre era mi antiguo capitán.

 Soy Alois, actual soldado de el monasterio de Garregh Mach, tu padre era mi antiguo capitán

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Jeralt: Sí Alois, pero esa época ya se terminó hace tiempo, ya lo sabes.

En ese momento, entra un caballero en la taberna y corre hacia donde está Alois.

Caballero: ¡General Alois! ¡Los delegados están siendo atacados por unos bandidos!

Alois: Menos mal que te he encontrado Jeralt, necesitamos tu ayuda.

Byleth: ¿Quiénes son esos delegados de los que hablas?

Alois: No hay tiempo para explicaciones, ¿venís?

Jeralt: No sé..., teníamos que ir hacia el sur para entregar un paquete y luego...

Byleth: ¡Claro que vamos! Así podremos seguir entrenando, ¿verdad Jeralt?

Jeralt gruñe, nadie sabe si es por el hecho de volver a luchar junto Alois o porque Byleth siempre le llama por su nombre.

Alois: ¡Estupendo! Pues vamos allá que hay que darse prisa, ¡el futuro de Fódlan depende de nosotros!

Jeralt: ¿No estás exagerando demasiado Alois?

Alois: Vamos hombre, ¿es que no te hierve la sangre por volver a luchar conmigo después de tanto tiempo?

Jeralt: Lo único por lo que me hierve la sangre es porque no puedes apañártelas sin nosotros.

Alois: Vamos Jeralt, por los viejos tiempos.

Byleth: Sí Jeralt, por los viejos tiempos.

Jeralt: Está bien, que remedio...

Los tres personajes empiezan a andar hacia el campo donde se encuentran los delegados. Los tres (bueno, quizás Jeralt no), están preocupados por llegar a tiempo a salvar a esos chicos.

El camino elegido. Fire Emblem 3 HousesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora