El cañón rojo

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Era el último día del mes y el profesor y sus alumnos se dirigían al Cañón Rojo.

Byleth: ¡Estamos llegando!

Bernadetta: Debería haberme quedado en el monasterio...

Edelgard: No te preocupes, los caballeros nos tienen supervisados.

Caspar: Pues yo no he visto a ninguno mientras veníamos.

Bernadetta: ¡No digas esas cosas!

Hubert: Se supone que no los ves para que no te sientas protegido.

Bernadetta: ¿Y si realmente no están?

Petra: No preocuparte Bernadetta, yo protegerte.

Ferdinand: Me pregunto si será una tarea difícil.

Dorothea: Con el profe al lado seguro que no.

Caspar: Ya, la verdad no sé de qué teme Bernadetta.

Bernadetta: ¡A que me maten!

Llegaron al escenario de batalla y se encontraron a un montón de bandidos, pero estaban dispersos por todo el cañón.

Bandido: ¡Jefa! ¡Intrusos!

Jefa de los bandidos: ¡Acabad con ellos!

Ferdinand: Perdone, ¿quién es usted?

Jefa de los bandidos: Soy Mar, hermana de Kostas. Puede que ese inútil no pudiese con vosotros, pero las cosas aquí van a cambiar.

Bandidos: ¿Huimos jefa?

Mar: ¡Un verdadero bandido no teme a la muerte!

Caspar: Vaya, ambos nombres curiosamente relacionados con la playa cuando estamos en un cañón...

Hubert: Por favor, chistes malos ahora no.

Byleth: Vale chicos, ahí delante hay una bifurcación, hay dos puentes que llevan al mismo sitio pero en direcciones diferentes, pero antes de decidir tenemos que pasar por este que tenemos enfrente.

Bernadetta: Yo quiero ir con el profe luego por el más fácil, no quiero morir.

Byleth: Eso ya lo veremos luego, ¡a por ellos!

Byleth y sus alumnos avanzan por el puente eliminando bandidos con armas o magia. Al final del puente les esperaban arqueros que les disparaban continuamente.

Byleth: ¡Caspar! Vamos, cubramos al resto y matemos a esos molestos insectos.

Caspar: ¡Hecho!

Caspar y el maestro eliminan a los arqueros apenas con dificultades, solo una flecha acertó el objetivo, pero ese fue la armadura de Caspar. Hecho esto, todos cruzan el puente y se mantienen en tierra firme.

Caspar: Esto me hará más fuerte, lo presiento.

Byleth: Bien chicos, acercaros.

Se acercan todos mientras los bandidos toman posiciones de ataque.

Byleth: ¿Habéis podido matar todos a alguien?

Ferdinand: Diría que todos menos Bernadetta hemos matado a alguien.

Byleth: Vale, prometí que todos mataríais mínimo a un bandido, espero que ni Rhea ni Seteth me tengan en cuenta la técnica suicida que acabo de hacer conmigo mismo y Caspar.

El camino elegido. Fire Emblem 3 HousesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora