4 Angelitos de la guarda (1/2)

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Pasó la noche, y llegó el día siguiente.

*Petan a la puerta de Claude*

Claude: Ay... ¿Quién puede ser? -bosteza-.

Abre la puerta.

Byleth: ¡Hey Claude!

Claude: Aún no es horario de clase..., ¿no?

Byleth: No, tan solo venía para hacerte unas preguntas.

Claude: ¿A mí? -bosteza-. ¿Sobre qué?

Byleth: Ay Claude... Evitándolo como puedes... Siempre tratando de huir de los peligros... -entra en la habitación de Claude y se sienta-. Toma asiento.

Claude: Bueno, es mi habitación, pero vale. Me tumbaré sobre la cama. Sin bromas, ¿de qué se trata? Supongo que será importante para hacerme levantar a esta hora -bosteza otra vez-.

Byleth: Deja de protestar, tampoco queda mucho para que salga el sol. Y es sobre lo de ayer...

Claude: Ya te dije que ayudé a Hanneman.

Byleth: Sí, pero tampoco es que se tarde una eternidad en llevar a una persona a la enfermería y volver. Así que dime Claude, ¿qué hiciste después?

Claude: Em... Andar por libre.

Byleth: Suficiente -se gira en dirección a la puerta-.

Claude: ¿Ah sí?

Byleth: ¡Cogedle!

Entran Lorenz, Leonie y Raphael y meten a Claude en un saco entre los tres.

Byleth: Tampoco hace falta cargárselo, dejadle la cabeza al aire al pobre.

Claude saca la cabeza por el agujero del saco.

Claude: Que sorpresa, Lorenz tenía que ser.

Lorenz: Cierra el pico Claude, tenemos sospechas de ti.

Claude: Que agresivos os habéis vuelto...

Llevan a Claude a la clase de los Ciervos Dorados, donde todos los estudiantes, incluidos los Leones Azules y las Águilas Negras, estaban allí.

Claude: Hey, que no es mi cumpleaños.

Dimitri: Lo sabemos, fue hace unos meses ya.

Edelgard: Estás aquí por otra cosa...

Claude: Sí, sí, por saber que hice ayer, ya lo dije, pasear.

Hubert: Claude, no somos estúpidos.

Claude: Tú cállate, ni siquiera sé que hacen las otras clases aquí, pudo ser alguien de ellos...

Lorenz: Pero ninguno sabía dónde nos encontrábamos ni por donde se entraba a ese pasadizo.

Hilda: Y dijiste que volverías lo más rápido posible.

Lysithea: Y sinceramente, no hay tanto camino hasta la enfermería.

Ingrid: Además de que no hace falta decir que no te vimos volver junto a nosotros.

Claude: ¡¿Entonces por qué me acusáis?!

Byleth: ¿Qué quieres decir?

Claude: No me visteis volver, ¡por lo que no pude ir hasta allá y ser el Emperador del Fuego!

El camino elegido. Fire Emblem 3 HousesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora