Capítulo 4

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Por supuesto que les dije lo que tú pediste. Me lo agradecieron. Pero viven con esos aparatitos que tienen en la mano, yo digo que los dedos van a caerse de tanto tiki tiki - dice simulando teclear un teléfono.

- Señor Flemmings, eso no supone un gran problemas para ellos. La tecnología esta instalada en la sociedad y debe acostumbrarse a eso. Piénselo de esta forma, gracias a los celulares usted siempre podrá saber donde están sus nietos.

- Calle, la señorita Garzón acaba de llegar.

Dice Abi por el comunicador.

Me levanto y voy hacia el escritorio

- Gracias Abi, dile que puede pasar - digo mirando mi reloj.

- Ya tienes otro paciente? No me di cuenta que había pasado la hora. ¿De veras no crees que necesito sesiones mas largas?

- El tiempo es el adecuado, señor Flemmings. Lo veré el lunes.

- Puedo llamarte?

Unos tímidos golpecitos suenan en mi puerta. Sonrío por que no necesito preguntar quién es.

- No atiendo pacientes los fines de semana. Estará bien. - contesto mientras abro - Hola - la recibo con una sonrisa y un beso en el cachete.

¿Se sonrojo por un simple saludo?

- Hola - dice en voz baja.

- Vaya, pero que pequeña más bonita. Y no lleva el aparatito en la mano!! - exclama el señor Flemmings - es tu novia?

- No - me rio - es una amiga. Ahora, vaya y disfrute de su fin de semana.

- Bueno pues, debería, es muy bonita - dice refiriéndose a María José.

- La realidad es que si, es muy bonita. Hasta la semana que viene - le estrecho la mano y lo invito a salir cerrando la puerta antes de que termine de saludarme.

María José se incomoda ante la situación.

- Siento eso. Fue extraño ese comentario viniendo de una persona que asiste a terapia porque sus nietos usan celular.

Mi comentario la hace sonreír haciéndome notar que hoy tiene un verde grisáceo en los ojos.

Vaya!

¡El brillo de sus ojos es increíble!

- Estas lista? - pregunta incomoda nuevamente.

Al parecer la mire más de lo debido.

- Si, déjame que recoja mis cosas y estaré contigo.

- Abi - digo al salir - no tengo pacientes hasta las 4. Llegare sobre esa hora, llámame al mi teléfono solo si es muy importante, está bien?

- Claro. Que disfruten su día. Hasta pronto, señorita Garzón.

Sé que hay un dejo de curiosidad tras la profesionalidad de Abisambra.

- Bonito auto - dice María José

- Me lo regalo mi marido el día de nuestro aniversario.

- Wow... - dice admirándolo.

- Puede sonar muy excéntrico para ti, verdad?

- No. A decir verdad, es un regalo muy bonito. Para aquellos que pueden... - aclara -

- Soy mucho más sencilla de lo que parece. Lo prometo. Pero mi marido suele hacer esta clase de regalos. - digo retomando la calle hacia el consultorio de Juancho.

- Quiere lo mejor para ti, eso es lindo.

- Me siento increíblemente idiota discutiendo sobre esto. Solo no quiero que pienses que me gusta aparentar

En sus ojos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora