Capítulo 7

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Las cosas llevan un transcurso normal.

Extraño horrores a mi marido en este transcurso del mes. Un mes completo y ya quiero verlo otra vez. Todavía no paso ni una cuarta parte del tiempo.

Las cosas con Poché van mejor, hablamos todos los días y le propongo vernos a menudo. Siempre yo, pocas veces, por no decir nunca, propone vernos. Aunque estoy dejando que las cocas fluyan, aun por momentos la noto incomoda. Cuando lo único que quiero es simplemente acercarme a ella, porque me intereso mas allá de su embarazo.

Que por cierto, va todo genial.

Las nauseas y los malestares de Poché van y vuelven con fluidez. ¡Pobrecita! Juancho no para de asegurarme que todo saldrá bien, y le creo.

Aunque daría lo que fuera por ser yo la que los vivía, pero es un caso aparte. Lo tengo asumido, no puedo tener hijos propios. Pero aun así, voy a tener un hijo. Un hijo mío y de Samuel.

Y estoy muy ansiosa al respecto.

- Dani, tengo a Camila del otro lado de la línea, quiere hablar contigo lo antes posible.

Como siempre, Abisambra interrumpiendo mis pensamientos.

- Comunícame con ella, Abi.

- Enseguida.


- ¿¡En qué carajos estas pensando, Daniela!? – Exclama del otro lado del teléfono.

- Bueno, ¡Hola a ti también! Me puedes decir de que hablas?

- Sabes muy bien a lo que me refiero. ¿Que haces con María José? ¿No te advertí que no tengas relación con ella?

- ¿Qué hay de malo con verla de vez en cuando? No quiere decir que tenga una relación directa
– miento.

- Y supongo que regalarle un teléfono e invitarla a cenar a tu casa no es entablar una relación, verdad?

Como demonios lo supo?

- Camila, nos llevamos bien. Lleva a mi hijo ahí dentro, quiero cuidarla y acompañarla. Quiero saber cada cosa que le sucede, que hay de malo con eso?

- Te advertí sobre esto, Daniela.

- Ambas estamos cómodas, no tengo nada que objetar.

- Recibí quejas, Daniela.

Mi corazón se paraliza.

Quejas? Qué demonios?

- De que hablas?

- No es gente fácil y no van a ver un gesto tuyo como algo sincero. Simplemente creen que tarde o temprano querrás algo a cambio.


- Quien fue?

- Déjalo estar. Hazme caso y no mantengas contacto con ella hasta que yo haya hablado

- Camila hice una pregunta, no la repetiré
– digo determinante.

Vacila.

- Señorita Esguerra?

Suspira.

- Fue ella.

- Ella?

- Garzón... María José no está cómoda contigo, Calle. Quiere tomar distancia.

Poché?

Es imposible.

- No puede ser. Ella habría hablado conmigo. Me lo hubiese dicho – digo confundida.

- Las cosas son así, Dani. Lo lamento, pero te lo advertí. Solo quieres al bebe, lo demás no importa, ni siquiera su madre. Espera mi llamado y no hagas nada.

Asiento y corto rápidamente.

Completamente confundida

Porque María José había hecho eso?

Ambas sabíamos que Camila estaba en contra de nuestra relación, y me llego a confesar que se sentía incomoda frente a ella, porque de repente había hablado sobre mi a mis espaldas cuando yo lo único que quería era ayudarla?

No puede ser. Tengo que saber más sobre este tema urgentemente. Pero, donde buscarla?

Por supuesto que mi amiga no me dirá la dirección.

Quizá, la chica que vive con ella que tanto nombra María José... Aunque, no me trato muy bien aquella vez que la llame a su móvil.

No puedo comunicarme con Poché por mensaje, estas son cosas que se hablan frente a frente. Y estoy dispuesta a sacarme todas mis dudas.

Si hice algo que le molesto, me disculpare. Después de todo, realmente no fue mi intensión hacerla sentir mal. Al contrario.

En serio estoy pensando en disculparme por algo que ni siquiera sé que hice?

Si.

****************

- Solo necesito saber si lo escribió en su ficha.

- Mmm. Si lo hizo.

- Vas a decírmelo?

- Vas a contarme que sucedió?

- Lo hare luego de hablar con ella.

- Se arrepintió?

- Por dios, Juan! Podrías simplemente hacerme ese favor sin más preguntas?
– si, el tema y la gente involucrada iban a volverme loca!

- Tranquila Calle Soto! No hay dirección, solo nombre. "Spotlight Diner"

- Perfecto. Gracias! Eres un gran amigo. Siento hablarte de ese modo.

- Lo hago por mi sobrino, tontita. Adiós.


Veinte minutos después me encontraba fuera del lugar.

Lo había visto unas cuantas veces al pasar pero nunca había reparado en el.

Son pasadas las 6 de la tarde, el lugar está tranquilo a excepción de algunos que prefieren tomar una cena temprano o salen del trabajo para tomarse unos tragos.

Me paso más de 15 minutos debatiendo si entrar o no, después de todo es su lugar de trabajo y no quiero invadirla.

Cuando por fin lo decido veo que sale, vestida con su uniforme rojo y blanco, botas rojas de tacon.

¡Wow! No se compara con nada a la María José que alguna vez vi.

En sus ojos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora