Es mi día de vuelta al consultorio.
Abi me vuelve loca informándome sobre lo que sucedió en estas últimas semanas.
Aunque, gracias a Mariana, las cosas marchan bastante bien.
- Tienes un paciente nuevo, no recuerdo el apellido, pero vendrá luego del señor Flemmings. – me recuerda.
Una vez que por fin deja de hablar, me encierro para tener mis famosos últimos minutos antes del primer paciente.
Tranquilidad.
Interrumpida por una persona que irrumpe en el consultorio sin siquiera llamar.
- Lo siento, no la pude detener. – se excusa Abisambra.
- Necesito hablar con la señorita Calle.
- Señorita...
- Villa
- ¡Villa, le dije que debe de pedir cita!
- ¿Villa? – pregunto.
¿Ella es la nueva paciente?
- Laura - me contesta mirándome.
Al instante la reconozco, es la amiga de María José.
Había hablado con ella las primeras veces que intente localizar a Poché pero no la había visto personalmente.
- Está bien, Abi. Me encargare a partir de aquí – digo sin dejar de mirarla.
- Avísame cualquier cosa – comenta antes de salir.
Nos miramos desafiantes los primeros segundos hasta que ella rompe el silencio.
- Siento presentarme de esta forma, pero tu secretara es intolerable.
Sí, me lo habían dicho.
- Supongo que ya debes saber quien soy
Pronto entro en pánico
- ¿Sucedió algo con Poché?
- No – dice con suavidad – ella está bien. Ni siquiera sabe que estoy aquí...
- Entonces no entiendo tu visita...
- ¿Podrías brindarme solo 5 minutos de tu tiempo?
Que sucedió con aquella Laura desafiante que me enfrento la primera vez?
- Por supuesto. ¿Quieres sentarte?
- La realidad es que no pero... - pasea la mirada entre el sofá y yo hasta que repentinamente se sienta en el – Esto es extraño – dice luego de un momento.
- La mayoría de la gente se inhibe seguido al estar en ese lugar...
- Ya lo creo.
- Laura, no quiero ser grosera pero tengo un paciente en menos de diez minutos...
- ¡Lo siento! Seré... seré rápida... es... es difícil para mí encontrar el modo de expresar lo que quiero decirte. Mierda – suspira – Pochas va a matarme si sabe que estoy aquí. Cometí muchos errores con ella, ¿sabes? En parte, que se haya cruzado con ese idiota que la embarazo fue culpa mía.
- Ella no lo siente así – interrumpo.
- Lo sé, pero... intente ayudarla y no funciono. Luego... apareciste tú y creí que ibas a seguir el mismo camino que Mario... Por eso creí que lo mejor era hablar con Camila. Bueno, se que pasaron... cosas, ella estaba muy dolida y me enoje mucho contigo. Pero luego entendí que era por un solo motivo. Lo que estoy queriendo decir es que... ella te ama. Se enamoro de ti, se preocupa por ti, y mucho. Quizá ya lo sepas pero tal vez no entiendas la magnitud del asunto. También creo darme cuenta que te sientes atraída por ella... quizá la quieras, quizá no... pero si estoy aquí poniendo en juego mi amistad con Poché, es porque solo quiero pedirte que... si realmente no sientes nada por ella... déjala ir. No soportaría que alguien más la deje, ya demasiado perdió en su vida. Pero si la quieres, si verdaderamente sientes algo por ella, házselo saber.
Mi capacidad de formular una mísera palabra me abandono por completo.Laura me estaba planteando una verdad la cual yo nunca había visto antes.
- Al parecer tu también estas confundida.
- Yo... - digo al reaccionar – me...refiero a....que – suspiro – acabo de separarme. Fue una relación de muchos años, sucedieron muchas cosas y termino de la peor forma. También esta lo del bebe y yo... no creo tener cabeza para pensar en una relación... - admito.
- Está bien, lo entiendo – dice algo molesta mientras se pone de pie - mi trabajo aquí está terminado entonces – se gira para ir hacia la puerta pero se detiene antes de salir – No me conoces y tampoco yo a ti. Pero como consejo, de mujer a mujer, escucha a tu corazón. Solo allí encontraras la respuesta. No tomes decisiones apresuradas, quizá te puedas arrepentir luego – y sin preámbulos cruza la puerta dejándome completamente aturdida.
No sé lo que dice mi corazón, al parecer deje de oírlo hace un tiempo.
Pero fui honesta con ella y conmigo misma: No puedo pensar en una relación en este momento.
Luego del almuerzo dedico unos minutos para revisar los pendientes de la última semana. Demasiadas notas de Samuel que borro sin leer ni una sola palabra.
No quiero amargarme nuevamente.
Pronto Abi me informa que mi siguiente paciente esta aquí. Ni siquiera he leído su ficha aun. La busco entre mis papeles y leo pocos detalles.
El señor Ruiz.
Su nombre resuena en mi cabeza asegurándome que lo he oído antes.
Espero que no sea uno de esos pacientes conflictivos que tuvo algún inconveniente con la policía, tanto que quizá lo hayan pasado en las noticias. No es muy profesional de mi parte pero es completamente difícil tratar con ellos sin involucrarte en el caso.
Me encojo de hombros
Tal vez cuando lo vea pueda identificarlo fácilmente.
Unos golpecitos en mi puerta me hacen saber que ya está aquí.
Lo averiguare pronto.
- Señor Ruiz... - digo para dejarlo entrar
Su apariencia no es de una persona complicada, mas bien de un atractivo joven con gran sonrisa.
Probablemente la utilice para conseguir muchas mujeres.
Estoy segura de no haberlo visto nunca, pero su nombre sigue pareciéndome conocido.
- Señora Calle es un gusto – dice con acento encantador
- Tome asiento por favor – digo algo confundida.
Sus ojos me dicen algo más. Tanto que intento no mirarlos.
Como mi profesión me enseño, analizo cada uno de sus gestos en pocos segundos.
Definitivamente es mujeriego.
No me hizo mucho para darme cuenta.
- Usted dirá señor... – digo acomodándome con mi lugar.
- Por favor llámeme Mario...
Mario.
Mi corazón se paraliza por un instante y un frio recorre mi cuerpo.
No puede ser él.
- Discúlpame un momento – me excuso
Voy hacia mi escritorio y rebusco entre algunos archivos hasta dar con la carpeta que busco.
La abro intentando disimular mi ansiedad bajo su atenta mirada.
Y allí esta su nombre: Mario Ruiz. Aquel nefasto joven que había embarazado a María José.
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En sus ojos (Terminada)
FanfikceLo había intentando todo. Soñando con un cuento de hadas desde que era pequeña. Graduarme, ir a la universidad, casarme con el hombre que me acompaña desde la secundaria, tener un buen trabajo. Una casa, y un perro que me reciba cuando llegue. Lo te...