Fantasía/Drama/Romance
"Dicen que el amor es mágico... pero Magia no está de acuerdo"
El principe Erick hara hasta lo imposible para ganarse el corazon de la guardiana Arelis, incluso ignorara las advertencias de la protectora del reino. Pero al ser...
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Se miró las manos confundida ¿Que estaba haciendo? Tenía un puñal de cristal y lo dirigía a su cuerpo, trato de detenerlo, pero no pudo. No tenía control sobre sus acciones.
Alzo su cabeza lentamente y con mucha dificultad mientras intentaba detener sus manos. Miró al hombre que estaba frente a ella, no lo reconocía, todo era extraño y confuso. Buscó con desespero a sus hijos con la mirada, pero después de recorrer la multitud de ojos que la miraban, no los pudo reconocer entre aquellos horribles seres. Las lágrimas empezaron a caer de sus ojos al comprender que no saldría con vida de allí, había temido tanto a ese momento y había llegado.
Sintió el frío puñal entrar en su piel hiriéndola en el abdomen, se miró las manos y vio mucha sangre allí, ¿Ella misma se había apuñalado? No entendía que estaba pasando, ni porque no podía detenerse y la angustia empezó a apoderarse de todo su ser lentamente.
El hombre la miró sonriente y le tendió la mano para recibir el arma, ella se la entregó sin decir nada, no podía hacerlo, después de que aquel hombre tomo el arma su cuerpo se precipitó hacia el suelo de inmediato, cerró los ojos con miedo, al oír el sonido lleno de ansiedad de aquellos eres despiadados. No entendía qué estaba pasando, pero presentía que era malo, escucho como se acercaban a ella corriendo y después sintió un insoportable dolor en todo su cuerpo.
¿Qué le estaban haciendo?
Sentía como si le arrancaran la piel. Grito de dolor sin poder detenerlo, intento defenderse, pero su cuerpo siguió inmóvil. Lo único que podía hacer era gritar por el insoportable dolor y llorara con angustia deseando con desespero que aquel cruel sufrimiento terminara.
Entre todo el ruido alcanzó a oír el llanto de alguien, sus gritos cesaron de inmediato. Abrió sus ojos llenos de lágrimas, intento ver de quien se trataba, pero las lágrimas entorpecieron su visión. Una luz dorada entre toda aquella oscuridad llamó su atención, pertenecía alguien, no lograba ver quien era, pero se sintió aliviada al reconocer la pequeña silueta junto al destruido trono.
− Te amo mamá − escuchó una voz perdida entre el ruido, un llanto silencioso y asustado. Intento estirar su mano hacia la voz, pero su cuerpo dejo de responder y cerró los ojos sin querer hacerlo. Sentía la fuerza menguar. No pudo luchar contra el dolor y dejó que la oscuridad la embarga, respiro una última vez y sintió el frio silencio de la muerte y el alivio después de dolor, un último pensamiento anhelante y preocupado...
