Capitulo 24

24 6 2
                                    

Arelis sintió que acariciaban su cabeza, alzó la mirada y se encontró con aquellos ojos violeta que recordaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arelis sintió que acariciaban su cabeza, alzó la mirada y se encontró con aquellos ojos violeta que recordaba.

-Por favor- suplico al borde del colapso

-Mi querida niña- respondió una voz femenina bajo aquel gran abrigo de piel- si tan solo me escucharas cuando debes- Arelis se sujetó de las rodillas de la mujer, no podía verle el rostro pues iba cubierta de pies a cabeza pero sabía que era ella.

-Por favor, permítame salvarlo una vez más- Jadu la ayudó a ponerse de pie sosteniéndola del brazo

-Pero que cosas dices- la abrazo con cariño- en la condición que estas y ¿Aun te sigues preocupando por el?

-Por favor- Arelis se sostuvo con fuerza de Jadu

-Arelis, amar te hace débil, ¿Aún no te das cuenta? 

-Yo haré cualquier cosa…- la mujer acarició su cabeza con cariño, Jadu suspiro derrotada

-Si eso es lo que deseas- dijo tomando la mano de Arelis- no te pediré que vuelvas, entiendo tu decisión, pero Arelis, esta historia de amor no termina bien- pronunció convencida, una luz morada apareció entre la mano de Jadu y la de Arelis- cuando decidas regresar, espero puedas encontrar el camino…- Jadu se desanecio ante los ojos de Arelis, dejando atrás una luz tenue que se fue desvaneciendo poco a poco.

-Gracias… Magia- el lugar en el que estaba cambió, sus fuerzas se habían renovado, igual que sus sentidos. Busco en su cinturón con ansias, solo conservaba un arma su daga, camino en la oscuridad del bosque tratando de hallar alguna pista de donde se encontraba el príncipe.

El sonido del aire al romperse la sobresaltó, se agachó rápidamente y vio pasar un cuchillo sobre ella, corrió hacia el tronco de un árbol para cubrirse, ellos la habían encontrado antes. Se mantuvo agazapada un rato hasta que logró localizar a sus atacantes. Dos hombres vestidos totalmente de negro se movían con agilidad en la oscuridad de la noche, afortunadamente ella también llevaba su uniforme de combate. Avanzó hacia ellos por los arbustos, pero eran ágiles y se escabulleron con facilidad. Miro atenta alrededor, no podría atacarlos a distancia. Uno de ellos apareció frente a élla a un par de metros, sosteniendo una espada que apuntaba en su dirección. Arelis retrocedió consciente que una lucha en esas condiciones la sacaría de juego rápidamente. Observó el arma totalmente negra, las ropa con detalles dorados le permitió saber que eran paganos, eran mercenarios. No logro ver su rostro ya que lo llevaba cubierto con un velo negro pero por la apariencia de sus manos supo que era alguien joven. 

El segundo hombre apareció en escena detrás de ella, Arelis se apartó con agilidad esquivando el ataque de este, aprovechó el árbol que estaba a su costado y se catapultó hacia él, el hombre se movió al notar el ataque de la guardiana pero Arelis logró herirlo a la altura de los ojos con su daga, su acompañante lo tomo en brazos y lo apartó colocándolo tras de él. 

La guardiana y el príncipe pirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora