Fantasía/Drama/Romance
"Dicen que el amor es mágico... pero Magia no está de acuerdo"
El principe Erick hara hasta lo imposible para ganarse el corazon de la guardiana Arelis, incluso ignorara las advertencias de la protectora del reino. Pero al ser...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Arelis sintió sus párpados pesados, algo pesado rodeaba su cintura y un aire cálido chocaba contra sus labios. Abrió los ojos lentamente, se sobresaltó al notar la situación en la que se encontraba. Lo primero que vio fue la boca del príncipe, su rostro estaba a menos de un centímetro de distancia y tenía su brazo sobre su cuerpo, Arelis se dio cuenta que sus manos estaban sobre el pecho desnudo del heredero, se apresuró a levantarse cuidadosamente, no quería pasar por la vergonzosa situación de despertar al príncipe, sobre todo porque sabía que él disfrutaría viéndola tan avergonzada, sin embargo el brazo del príncipe alrededor de su cintura era firme, cuando intento moverlo el príncipe la pegó más hacia el. El corazón de Arelis parecía que iba a salirse de su pecho, aquello era mucho más de lo que podía soportar, alzó la mirada y se dio cuenta que el príncipe había despertado y la miraba divertido, no supo qué hacer, ni que decir, solo se llevó las manos a la cara para tapar su sonrojado rostro, no entendía como se había quedado dormida y como no se había dado cuenta que el príncipe había hecho eso.
-Aun no me quiero levantar- dijo Erick en tono consentido mientras ponía su rostro en el cuello de Arelis, la respiración del joven le hacía sentir un cosquilleo incómodo en todo su cuerpo, se quedó helada al darse cuenta que el joven había vuelto a quedarse dormido o a fingir estar dormido. Arelis se mantuvo quieta hasta que sintió los labios del príncipe sobre la piel de su cuello, se apartó rápidamente de él alarmada empujándolo fuertemente, Erick la miró sonriente y se giró para seguir durmiendo. La guardiana se puso de pie y se encaminó hasta un árbol cercano, se llevó las manos a su rostro, sentía las mejillas calientes, la inapropiada conducta del príncipe la hizo sentir en peligro, recostó su cabeza al tronco tratando de calmarse. El sol ya había salido lo que le indico que habían dormido más de lo debido y que debían retomar su camino, pero no se atrevía levantar al príncipe, ni siquiera estaba segura de poder dirigirle la palabra, bufo molesta ante sus sentimientos, se sentía tan avergonzada a pesar de no haber hecho nada, sabía que el príncipe conocía sus sentimientos y se estaba aprovechado de la situación.
La mañana avanzó lentamente, el hambre, la sed y el calor hicieron que Arelis se levantara y saliera en busca de comida, Erick la observó divertido, le había sorprendido la reacción que había tenido Arelis, le gustaba descubrir y provocar esa parte de ella. Se levantó consciente de que tenía que volver al palacio y que además debía ayudar a buscar comida, no sabía hacia donde había ido Arelis asi que prefirió intentar prender una hoguera, habían pasado años desde que había hecho una, así que se sintió emocionado al ver como el fuego lentamente aparecía entre el humo apoderándose de los pequeños palos secos. Arelis regreso con un pequeño animal de monte entre los brazos, no le dirigió la palabra en todo el rato, ni siquiera lo miró ni una vez, Erick se preguntó si se había pasado con la guardiana. Una vez Arelis término de despellejar al animal y de prepararlo lo pusieron al fuego.
-Estas molesta ¿verdad?- dijo rompiendo el silencio, Arelis lo miró un instante y después desvió la mirada, no sabía que contestar a eso, si decía que si aceptaba que lo que el príncipe había hecho había logrado afectarla, pero si decía que no estaría aceptando que le había gustado y tampoco iba a ser eso, volvió a alzar la mirada y se sorprendió de ver al joven tan cerca, en algún momento había llegado hasta ella y ahora la distancia era mínima entre ambos- ¿Me perdonas?- dijo acercándose más a ella, Arelis alejo su rostro del del príncipe, pero tuvo que sostenerse para no caer de espaldas, se alejó a rastras hasta donde más pudo pero sintió el tronco de un árbol en su espalda. Erick avanzó hasta ella apoyando sus manos en el suelo. Arelis volteo el rostro al ver las intenciones del príncipe, Erick se detuvo un instante al ver la negativa de Arelis, pero no fue inconveniente, tomó el delicado rostro de la guadiana y lo giro hacia el, junto sus labios antes de que la joven pudiera decir o hacer algo, Arelis lo empujo pero Erick se negó a ceder- abre los labios Arelis- dijo apartándose un instante- déjame besarte correctamente- Erick se apoderó nuevamente de los labios de la guardiana, la tomó de la nuca haciendo más profundo el beso; Arelis obedeció la orden del príncipe, sus labios se abrieron como él le había pedido, sintió la lengua del príncipe invadía su boca, haciendo el beso mas intimo. Se apartó de golpe ante la extraña sensación que aquello le produjo, Erick volvio a acercarse pero Arelis se llevó las manos a su boca y la tapo, momentos antes había creído que no podía sentirse más avergonzada pero en aquel instante no sabía donde meterse.