Fantasía/Drama/Romance
"Dicen que el amor es mágico... pero Magia no está de acuerdo"
El principe Erick hara hasta lo imposible para ganarse el corazon de la guardiana Arelis, incluso ignorara las advertencias de la protectora del reino. Pero al ser...
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Su majestad- saludó uno de los guardianes que ahora cuidaban de el rey- la general Arelis solicita hablar con usted, dice que tiene unos documentos que entregarle- Erick sopeso la idea de no recibirla pero era mejor recibir el reino pronto para no continuar en contacto con ella.
-Que pase- Arelis entró calmada como si no hubiera hablado con él, el día anterior, hizo una reverencia en señal de respeto y se acercó hasta el escritorio del rey
-Su magestad, estos son los reportes de los últimos meses- dijo entregando un libro de cuentas- todo está detallado, cada moneda de oro registrado y cada ganancia registrada- Arelis tomó el siguiente libro y lo puso en la mesa del rey continuando la explicación- estos son los acuerdos que usted y la reina deben evaluar, aún muchos de ellos están abiertos, lo que significa que tendrán que seguir negociando; y estas- dijo pasándole el tercer libro- son las peticiones de su pueblo, se acordó que se evaluarían y se les daría una respuesta tan pronto el nuevo rey lo considerara oportuno
-Llevo solo un dia siendo rey, pudiste venir mañana- Arelis asintió de acuerdo pero le paso un último papel, una carta sellada- el día de mañana a primera hora los guardianes: Judasan y Sinor partirán conmigo hacia Renharty, este es el permiso firmado por su padre- Erick lo tomo con aire ausente y lo abrió tan pronto lo tuvo
-¿Por qué se irán?
-Magia requiere nuestra presencia
-¿Cuando volveras?
-Judasan lo hará tan pronto nos desocupesmos
-¿Cuando volveras tu?- insistió
-Yo no volveré- Arelis hizo una reverencia y finalizo- eso era todo su magestad, le deseo una larga vida... a usted y a su familia- la guardiana salió del lugar con una opresión en el pecho, Erick no se había inmutado ni siquiera un poco al escuchar que se iría, miró su anillo de compromiso y se sintió estúpida, claro que no haría, ella no se podía marchar para siempre mientras ese acuerdo los uniera. Camino de regreso hacia la casa de los guardianes, estaba pronto a atardecer y tenía que alistar las pocas casas que tenía, aunque no pudiera marcharse para siempre lo haría el mayor tiempo posible, al menos hasta que se sintiera bien nuevamente.
Erick había quedado estupefacto con la noticia, no podía dejar que Arelis se marchara, sabía que era muy egoísta de su parte teniendo en cuenta todo lo que la guardiana estaba sufriendo, pero simplemente no podía dejar que se fuera. Se puso de pie con prisa y salió de allí rápidamente, la escolta real lo siguió sobresaltado pero este les ordenó que se quedaran, iría solo. Camino con prisa, hasta visualizar a la guardiana que se encontraba pasando por el salón del consejo de los guardianes.
-Arelis detente ahí- la guardiana se giró al escuchar la voz del rey, no quería hacerse ilusiones pero se sentía un poco mejor al ver que él había ido a buscarla. Erick la tomó por el brazo y miró a todas partes- ven conmigo- Arelis lo siguió hasta la biblioteca, a esa hora no habia nadie alli y normalmente estaba vacía- dame tu mano- Arelis lo miro no muy convencida pero se la dio- romperé el compromiso- dijo con cansancio- eso es lo que quieres ¿verdad?- Arelis desvió la mirada cansada, ya no importaba lo que ella quisiera- ¿Sigues deseando que todo esto tenga una explicación diferente?- Erick noto que la guardiana se ponía rígida al notar la pregunta- lamento decirte que no la tiene, estoy tratando de hacerte entender que todo es como lo ves y es una lastima que tu no quieras aceptarlo