Capítulo 38

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Judan vio el portal abrirse hasta su habitación, su padre le tomó del brazo y la ayudó a ponerse de pie

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Judan vio el portal abrirse hasta su habitación, su padre le tomó del brazo y la ayudó a ponerse de pie.

-¿Estás segura de continuar con esto?- preguntó el rey

-Estoy aun paso de lograrlo papá- respondió con determinación. El rey la ayudó a llegar hasta el portal, sabía que nada de lo que le dijera la haría quedarse, sin embargo espero que en el último instante decidiera no ir, pero Judan cruzó el portal sin girarse. El rey sitio que el pecho volvía a dolerle pero espero hasta que su hija desaparecieron a de su vista y se dejó caer sin fuerza.

Arelis vio a la reina cruzar el portal con el bebé en brazos, había logrado llevar a varios guardianes y a la reina hasta la cabaña, pero las fuerzas le fallaron y tan pronto Judan cruzó, el portal se cerró dejando un ardor en las manos y la sensación de que todo el cuerpo quemaba. 

La reina la sostuvo al ver que sus piernas se doblaban y la guardiana se precipitaba hacia el suelo

-Gracias por hacerlo- dijo llevando a la guardiana hasta una silla- se que es muy difícil y que no era tu obligacion asi que muchas gracias- Arelis asintió sin fuerzas para hablar, utilizar magia era desgastante tanto física como emocionalmente. Los ojos empezaron a cerrarse del cansancio pero se las arregló para mantenerse despierta. No se dio cuenta a qué hora la reina había abandonado la habitación, así que se puso de pie para ir a recibir las órdenes del rey, pero su cuerpo volvió a fallar y callo al piso golpeando sus heridas.

Duele- Erick dejó a los guardianes al escuchar la voz de Arelis en su cabeza, se giró y se dirigió hacia el interior de la cabaña ignorando la presencia de la reina. Al entrar vio a la guardiana en el piso, se apresuró a levantarla, vio que aun estaba despierta pero no le decía nada

¿Que te duele?- preguntó angustiado al ver que la guardiana se ponía pálida- ¿dime que hago?- Arelis cerró los ojos dándose por vencida en los brazos del rey, ya no podía soportar más. Erick la llevó a la cama angustiado, Sinor le había advertido que el estado de Arelis no era el óptimo para hacer aquello, salió en busca del guardián para que lo ayudara, pero Judan se interpuso en el camino y le entregó al bebé.

-Dejala descansar- dijo sentándose en el piso también cansada- solo es cansancio, nunca antes había hecho algo como esto, es una suerte que aprende tan rápido- Erick se sentó junto a la reina con el niño en brazos, debía confiar en las palabras de Judan después de todo era la unica opcion que tenia. Sinor observó a los reyes desde la oscuridad del bosque, aunque el niño no fuere hijo de ellos, no podía negar que se veían bien siendo familia, desvió la mirada con tristeza y tomó la daga del príncipe de los paganos, la cual había sido obtenida por Arelis en un momento de distracción del joven.

Sinor entró por la parte de atrás de la cabaña, ya los guardianes se están formando listos para partir, pero no podía marcharse sin hablar con la guardiana, aún se sentía muy intrigado por el comportamiento de la joven en la tarde de ese dia. Arelis estaba dormida asi que dudo en despertarla, pero debido a la situación del reino era posible que fuera la última vez que se verían.

La guardiana y el príncipe pirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora