Capítulo 22

110 11 6
                                    


Anaís ~POV

Cada escalón nos acercaba a nuestro destino. Una vez abajo, todas las miradas se posaron sobre nosotros. A Dante lo miraban con los ojos brillantes, como en forma de admiración mientras que a mi me miraban de forma desconfiada y hasta susurrando de quien me podía tratar.

- Señores, Señoras, el señor Dante les da la bienvenida a su hogar. Siéntanse cómodos y disfruten de la velada. - Byron habló en nuestro nombre y todo el mundo aplaudió.

A lo lejos pude ver a Tyra y a Beth. Hacía tanto que no veía a mi preciosa amiga Beth. Ambas parecían muy fuera de lugar y no entendían nada. Tenía mucho que explicarles.

Poco a poco la gente dejó de prestar atención y comenzó a bailar  y a beber los caros vinos que Dante les ofrecía esperando la cena. El ambiente era agradable a pesar de que estaba rodeada de demonios y de gente que los apoyaba. Yo solo esperaba que todo fuera bien aquella noche.

- Dante. Quiero presentarte a mis amigas. A Tyra ya la conociste pero a Beth aún no. - Los tres se saludaron y después yo también les di un abrazo a mis amigas.

- ¡Anaís! ¿Por que no hemos sabido nada de ti durante tanto tiempo? - Beth me preguntó susurrando  preocupada. No queria tener aquella conversación allí y ahora.

- Os dejos solas. Después vengo a por ti Anaís. Tengo gente que presentarte. - Dante me sonrió y casi besa mi mano, pero se frenó.

- Todo esto es muy raro Anaís. Desapareces tanto tiempo y cuando volvemos a saber de ti resulta que sales con un tio super raro con un montón de dinero. - Dijo Tyra una vez Dante se alejó. Yo me lleve a mis dos amigas a un lugar más tranquilo para poder hablar.

- Chicas. Simplemente necesitaba irme, cambiar de vida. Conocí a Dante lejos de aquí y acabamos volviendo porque como veis su casa es esta. - Mentí descaradamente. Fue lo primero y mas creíble que se me ocurrió.

- ¿Y como es que no te has comunicado con nosotras o has venido a vernos? - Me preguntó Beth. Si supieran que realmente he estado encerrada aquí hasta que he acabado enamorada del anticristo y ahora no soy capaz de separarme de él ni se lo creerían.

- Volvimos hace poco. - Otra mentira. Mis amigas parecían pensativas. Sabía que no me creían pero tampoco me preguntaron más. Odiaba mentirles.

- Anaís. Dante te necesita. Va a realizar un anuncio. - Byron se acercó a nosotras suavizando el ambiente. Salvada.

- Ahora mismo voy. Nos vemos en un momento entonces chicas. - Me alejé tras despedirme y solté un suspiro.

A los lejos pude ver a mi amado Dante esperándome con la mano extendida. Yo sin dudarlo lo más mínimo la agarré fuertemente y me sentí completa.

Dante~POV

Su mano agarró la mía y nos dirigimos al medio de la estancia. Byron me acercó una copa con vino y yo la agarré con mi mano restante.

- Señores, lo primero, quería agradecerles el haber venido a mi hogar y poder juntarnos cada cierto tiempo y ponernos al día. - Los presentes levantaron su copa en señal de agradecimiento. - Lo segundo era dar un brindis por mi amada Anaís. La joven que está a mi lado y que dominará conmigo hasta que mi vida se terminé, dentro de una eternidad. Quería proponerle ser mi esposa y darme el honor de compartir su vida conmigo. - Mi pierna se apoyó en el suelo y mi mano aún sujetaba la suya. - ¿Anaís, quieres ser mi esposa?

Ella se congeló al igual que el resto de los invitados. Estaba seguro de mi decisión, la iba a convertir en mi mujer y yo sería el único hombre que la protegerá. Pasados unos segundos casi eternos me levantó y asintió con la cabeza.

- Por supuesto que quiero compartir lo que me quede de vida contigo. - La levanté en brazos y me frené de darle un beso que igual no podría parar nunca.

Coloqué el anillo en su delgado dedo y quedó a la perfección. Parecía una princesa. No. La convertiría en mi reina.

 La convertiría en mi reina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Anaís~POV

¿Acabo de comprometerme? Si, lo había hecho. Iba a pasar mi vida con el único hombre al que mi corazón ha podido amar.

Estaba tan feliz que no veía a nadie a mi alrededor. Los únicos que estabamos alli era mi futuro esposo y yo.

- Enhorabuena Anaís, puedes estar segura de que tu vida será plena y llena de lujos. - Me dijo Byron sabiendo perfectamente que todo aquello no me importaba. Eran meros formalismos por la gente que había.

Saludamos a gente que no conocía de nada. Todos nos felicitaron  y se alegraban por Dante. Al parecer nunca había presentado a una mujer a nadie de sus aliados. Era insólito.

Estaba agotada. Cenamos y tras eso un baile comenzó. Música y risas inundaba la estancia. Demasiadas emociones por hoy.

Salí a una terraza exterior a tomar el aire. Hacía ya algo de frío debido a el suave viento que acariciaba mi piel. De repente un escalofrío recorrió mi espalda. Una extraña sensación se apoderó de mi y rápidamente me giré. Una alta figura se encontraba delante de mi.

- Saludos joven. - Una voz ronca se dirigió a mi. No la reconocí. - No he tenido el placer de conocerla. Lucifer.

Mi piel se erizó. Su delgada mano se dirigió hacia la mia y la sostuvo en señal de que esperaba la mía para tomarla.

- Anaís. - Pude soltar con la garganta quebrada. Su mano era muy fría y sus largas uñas negras pudieron rozar mi piel por un segundo causando un escalofrío.

- Lo sé. La futura esposa de mi hijo Dante. Como no conocerte. - La voz era tan ronca y grabe que sus cuerdas vocales parecían sufrir cada vez que aquel hombre hablaba. - Tenemos un tema del cual hablar.

De repente sentí como todo mi cuerpo fue recorrido por una ola de calor. Mis ojos perdieron visión y segundos después, lo que perdí fue mi consciencia.

 Mis ojos perdieron visión y segundos después, lo que perdí fue mi consciencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AnticristoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora