Anaís ~POVCada escalón nos acercaba a nuestro destino. Una vez abajo, todas las miradas se posaron sobre nosotros. A Dante lo miraban con los ojos brillantes, como en forma de admiración mientras que a mi me miraban de forma desconfiada y hasta susurrando de quien me podía tratar.
- Señores, Señoras, el señor Dante les da la bienvenida a su hogar. Siéntanse cómodos y disfruten de la velada. - Byron habló en nuestro nombre y todo el mundo aplaudió.
A lo lejos pude ver a Tyra y a Beth. Hacía tanto que no veía a mi preciosa amiga Beth. Ambas parecían muy fuera de lugar y no entendían nada. Tenía mucho que explicarles.
Poco a poco la gente dejó de prestar atención y comenzó a bailar y a beber los caros vinos que Dante les ofrecía esperando la cena. El ambiente era agradable a pesar de que estaba rodeada de demonios y de gente que los apoyaba. Yo solo esperaba que todo fuera bien aquella noche.
- Dante. Quiero presentarte a mis amigas. A Tyra ya la conociste pero a Beth aún no. - Los tres se saludaron y después yo también les di un abrazo a mis amigas.
- ¡Anaís! ¿Por que no hemos sabido nada de ti durante tanto tiempo? - Beth me preguntó susurrando preocupada. No queria tener aquella conversación allí y ahora.
- Os dejos solas. Después vengo a por ti Anaís. Tengo gente que presentarte. - Dante me sonrió y casi besa mi mano, pero se frenó.
- Todo esto es muy raro Anaís. Desapareces tanto tiempo y cuando volvemos a saber de ti resulta que sales con un tio super raro con un montón de dinero. - Dijo Tyra una vez Dante se alejó. Yo me lleve a mis dos amigas a un lugar más tranquilo para poder hablar.
- Chicas. Simplemente necesitaba irme, cambiar de vida. Conocí a Dante lejos de aquí y acabamos volviendo porque como veis su casa es esta. - Mentí descaradamente. Fue lo primero y mas creíble que se me ocurrió.
- ¿Y como es que no te has comunicado con nosotras o has venido a vernos? - Me preguntó Beth. Si supieran que realmente he estado encerrada aquí hasta que he acabado enamorada del anticristo y ahora no soy capaz de separarme de él ni se lo creerían.
- Volvimos hace poco. - Otra mentira. Mis amigas parecían pensativas. Sabía que no me creían pero tampoco me preguntaron más. Odiaba mentirles.
- Anaís. Dante te necesita. Va a realizar un anuncio. - Byron se acercó a nosotras suavizando el ambiente. Salvada.
- Ahora mismo voy. Nos vemos en un momento entonces chicas. - Me alejé tras despedirme y solté un suspiro.
A los lejos pude ver a mi amado Dante esperándome con la mano extendida. Yo sin dudarlo lo más mínimo la agarré fuertemente y me sentí completa.
Dante~POV
Su mano agarró la mía y nos dirigimos al medio de la estancia. Byron me acercó una copa con vino y yo la agarré con mi mano restante.
- Señores, lo primero, quería agradecerles el haber venido a mi hogar y poder juntarnos cada cierto tiempo y ponernos al día. - Los presentes levantaron su copa en señal de agradecimiento. - Lo segundo era dar un brindis por mi amada Anaís. La joven que está a mi lado y que dominará conmigo hasta que mi vida se terminé, dentro de una eternidad. Quería proponerle ser mi esposa y darme el honor de compartir su vida conmigo. - Mi pierna se apoyó en el suelo y mi mano aún sujetaba la suya. - ¿Anaís, quieres ser mi esposa?
Ella se congeló al igual que el resto de los invitados. Estaba seguro de mi decisión, la iba a convertir en mi mujer y yo sería el único hombre que la protegerá. Pasados unos segundos casi eternos me levantó y asintió con la cabeza.
- Por supuesto que quiero compartir lo que me quede de vida contigo. - La levanté en brazos y me frené de darle un beso que igual no podría parar nunca.
Coloqué el anillo en su delgado dedo y quedó a la perfección. Parecía una princesa. No. La convertiría en mi reina.
Anaís~POV
¿Acabo de comprometerme? Si, lo había hecho. Iba a pasar mi vida con el único hombre al que mi corazón ha podido amar.
Estaba tan feliz que no veía a nadie a mi alrededor. Los únicos que estabamos alli era mi futuro esposo y yo.
- Enhorabuena Anaís, puedes estar segura de que tu vida será plena y llena de lujos. - Me dijo Byron sabiendo perfectamente que todo aquello no me importaba. Eran meros formalismos por la gente que había.
Saludamos a gente que no conocía de nada. Todos nos felicitaron y se alegraban por Dante. Al parecer nunca había presentado a una mujer a nadie de sus aliados. Era insólito.
Estaba agotada. Cenamos y tras eso un baile comenzó. Música y risas inundaba la estancia. Demasiadas emociones por hoy.
Salí a una terraza exterior a tomar el aire. Hacía ya algo de frío debido a el suave viento que acariciaba mi piel. De repente un escalofrío recorrió mi espalda. Una extraña sensación se apoderó de mi y rápidamente me giré. Una alta figura se encontraba delante de mi.
- Saludos joven. - Una voz ronca se dirigió a mi. No la reconocí. - No he tenido el placer de conocerla. Lucifer.
Mi piel se erizó. Su delgada mano se dirigió hacia la mia y la sostuvo en señal de que esperaba la mía para tomarla.
- Anaís. - Pude soltar con la garganta quebrada. Su mano era muy fría y sus largas uñas negras pudieron rozar mi piel por un segundo causando un escalofrío.
- Lo sé. La futura esposa de mi hijo Dante. Como no conocerte. - La voz era tan ronca y grabe que sus cuerdas vocales parecían sufrir cada vez que aquel hombre hablaba. - Tenemos un tema del cual hablar.
De repente sentí como todo mi cuerpo fue recorrido por una ola de calor. Mis ojos perdieron visión y segundos después, lo que perdí fue mi consciencia.
ESTÁS LEYENDO
Anticristo
RomanceEn un mundo lleno de brujas, fantasmas y todo tipo de criaturas imaginables vive Anaís, una chica ingenua al margen de todo ese inexistente mundo para muchos. Hasta que un día el destino hace que se tope con Dante, el mismísimo hijo del anticristo...