Capítulo 5

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~POV Anaís

¿Porqué? ¿Porqué estas cosas me pasaban a mí? Nunca hice algo realmente malo como para merecerme esta vida.

Lo último que recuerdo antes de despertarme en aquella habitación de paredes altas de piedra y decoración victoriana fue entrar en mi casa tras huir tontamente de una sombra que me seguía. Bueno al parecer no fue tontamente ya que aquella sombra consiguió su objetivo. De un golpe caí al suelo y noté como unos brazos me levantaban para poco después sentir el viento en mi cabello. Me estaban secuestrando. Tras eso me desperté en el frío suelo de un lugar desconocido para mí.

- Vaya, parece que la princesita a despertado. ¿Podríamos jugar un rato con ella no crees?- Decía uno de los hombres que entró en la habitación donde desperté.

- Quieto, sabes que por lo que esos ricachones pagan es por el cuerpo intacto, no quiero imaginar lo que nos haría Dante si se enterase de eso.

Espera, acababa de decir Dante. ¿El Dante que yo había conocido? Mi dolorida cabeza solo esperaba que no fuese así.

- Vamos agarrarla. Es hora de que la vean. - Y ambos se dirigieron hacia mi, me colocaron unas pesadas esposas de hierro que estaban heladas y me levantaron arrastrándome. Sabía que si me opusiese acabaría peor. Prefería guardar mis fuerzas. Pocos segundos después llegamos a un enorme salón donde pude ver a varias decenas de personas sentadas mirándome. Parecía que estaba siendo devorada por aquellas miradas por lo que intenté evadirlas, cuando mis ojos se posaron sobre el joven sentado en una gran silla, que más bien era un trono, que también me observaba. Dante.

- Aquí está la joven. Esta puja será libre, así que ustedes le pondrán un precio. Empecemos. - Y varias manos se levantaron a la vez que la cifra que un chico gritaba a mi lado iba subiendo. Aquello era una subasta. Y yo era el objeto a al venta. ¿Qué clase de gente es ésta?

- Me la llevaré yo, podéis pagar lo que queráis, superaré el precio. - Dijo con calma Dante, que se levantó para llamar la atención de los presentes. - Os prometo que encontraremos más como ella, pero por ahora a esta me la quedaré yo. Pensarlo, quien mejor que yo para castigar a alguien como ella. - Los presentes solo guardaban silencio. Hasta que una voz se alzó sobre la habitación.

- Como usted deseé señor. Disfrute de su sufrimiento. - Y todos los demás repitieron la misma frase después al unísono. ¿Acaso era esto una secta? ¿Era yo la virgen a la que iban a sacrificar? Mi miraba solo pudo ir hacia Dante quien me miraba impasible mientras que mis ojos solo desprendían miedo. El joven que acababa de "comprarme" hizo un movimiento de manos y los dos hombres que me arrastraron hasta aquí me sacaron fuera de aquella gran sala para meterme en una fría habitación sin muebles y con una sola ventana en lo alto. Aquel sitio parecía un castillo o un palacio de la época medieval pero en pleno siglo 21.
Y allí pasé la noche, sin comer y sin nadie qué pasará por allí, me tumbé en el suelo y gracias al dolor de cabeza que aún sufría logré que mis ojos se cerrasen por el cansancio.

~POV Dante

¿Acaso estaba loco? Acababa de comprar a aquella mocosa por un simple ataque de locura. Podría haberla vendido y haber quedado genial a los ojos de mis invitados, pero mi estúpida boca no se pudo quedar cerrada.

La noche había acabado y cada invitado se retiró para volver a su respectivo país. Algunos de ellos pasarían unos días cerca, por lo que debía mantener en ojo encima de todo.

- Dante, ¿acaso tienes planeado algo con la muchacha? - Byron me miraba mientras yo solo pensaba frente a un gran ventanal que había en mi habitación. - No sabes lo que me ha costado encontrar algo así, de haber sabido que lo querías tanto no la habría puesto a subasta. Solo pensé que sería una gran oportunidad para demostrar a todo el mundo que nadie se puede esconder de tu poder.

- Lo sé Byron, y no, no deseaba esto. Una vez que acabe con todos, las brujas y sus descendientes no supondrán ningún problema. Simplemente quería comprarla, algo de ella me ha llamado, ha sido un impulso.

- Pues ahora debes demostrar a todos como haces pagar a las brujas. La chica debe sufrir Dante, y noto algo en tus ojos que nunca antes había notado. ¿Debería preocuparme? Es debilidades lo que sient- Un golpe en la pared detuvo sus palabras.

-¡Basta! Hago lo que quiero y yo no tengo debilidad alguna. Les demostrarte a todos de lo que soy capaz. Fuera. Hoy quiero descansar. - Y Byron simplemente abandonó mi habitación cerrando las grandes puertas que me dejaron solo con mis pensamientos.

.............

Esa noche no pude dormir. Terminé saliendo a caminar. Cuando volví mi cabeza me obligó a pararme frente a una habitación. Entré como si no se tratase de mi casa y me encontré con el cuerpo de aquella joven en el suelo, tenía un color pálido, la falta de comida y el cansancio hacía demasiado débiles a los humanos. Odiaba los pensamientos que rondaban mi cabeza. Esa chica debía morir para que yo volviera a ser como era.
¿Cuál era su nombre? Ella conocía el mío pero yo desconozco el suyo. Estúpidos pensamientos. Abandoné la habitación tirando una manta de forma que cayese encima del cuerpo de aquella chica.
¿Realmente hay debilidad en mis ojos?

AnticristoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora