19. Efectos de Tentación. ♡

45 7 0
                                    

POV/PDV.-Iris

Me acerqué a él y me senté a su lado. Él suspiró.

—Yo... Lamento mucho el problema que te causé.

—No lo hice por ti, Iris. Tengo mis razones—me mira fijamente a los ojos—. Vete.

—¿Qué?—ruedo los ojos cuando voltea su mirada—, esto me pasa por tratar de ayudar—me levanto pero él me toma de la muñeca y me obliga a sentarme nuevamente.

—Quédate, pero no digas nada—lo observo en silencio.

—Te han dicho que eres un estúpido bipolar.

—Tienes razón. Lo soy, así como soy todo lo que dijo Richard. Soy eso y más—se pasa las manos por el rostro—. Soy el hijo del Director, sí, y ¿Crees que elegí serlo?, soy consciente de eso y me aprovecho de la situación. Sólo soy un egoísta que se cree más que los demás y a veces me comporto como un completo imbécil, lo sé perfectamente.

—¿Por qué lo haces?

—Porque no sólo soy el hijo del Director. No pienso en las consecuencias y me veo obligado a actuar sin pensar—vuelve su mirada azul hacía mis ojos—. Tú también tenías razón. No importa ser el hijo de alguien importante si a esa persona no le importas.

—Sí, siempre tuve razón—reí un poco—, pero eso no quita tus razones. Es cierto que haces mal al creerte mejor que los demás sólo porque tu padre sea Director, pero eso no te hace más ni menos, así como todos, tú eres una persona con defectos e imperfecciones. Además si dices que a tu padre no le importas...—me interrumpe.

—¿Quién ha dicho que no le importe?

—Lo acabas de decir...

—Yo no he dicho eso, además no sé ni porque te estoy contando estas cosas—suspiré.

—Sabes una cosa. Mi padre es Director de investigaciones policiales, y yo siempre fui una carga para él. Cuando mamá no estaba en la casa, él tenía que llevarme a su trabajo, nunca mostró importancia en mí. Sabía que era su obligación tenerme en su oficina, encerrada, y a veces quisiera haber tenido unos padres que me vieran como su hija y no como un estorbo. Aún así, él me quiere, o eso quiero pensar.

—Estás borracha no sabes lo que dices—rueda los ojos.

—Puede que lo esté, pero sé lo que estoy diciendo. Eso creo—reí—. Y estoy de acuerdo contigo, yo no debería estar aquí, yo te desprecio porque eres un idiota que no piensa lo que dice.

—El día de mañana no recordaremos lo que estamos hablando.

—También recuerdo que en la librería de mi padre, había un libro muy especial para mí. Se trataba de palabras extrañas pero hermosas que te hacen querer saber más—su mirada vuelve a fijarse en mí. Y sus ojitos brillan—. Mi palabra favorita era "Wabi Sabi"—él me mira extrañado—. Significa. Encontrar belleza en las imperfecciones. Y yo... Veo perfectas imperfecciones en ti.

—Yo también las veo en ti—nos acercamos lo suficiente para que nuestras respiraciones se mezclen. Deseaba que me besara y fuera capaz de hacerlo de nuevo, pero, inmediatamente se aleja y se pone de pie— Entraré a buscar cerveza—se aleja y se adentra a la casa. Cierro mis ojos y suspiro

Puede ser posible de que está manera de actuar sea por el efecto del alcohol. Pero aunque lo niegue son los efectos de la tentación.

Me levanto y entro a la casa. Estoy tan cansada que soy capaz de irme al Instituto a dormir en mi habitación. Observo a Angie sentada en un mueble de la sala, me acerco a ella y me siento a su lado.   

—Estoy hecha un lío—suspiro amargadamente.

—Dímelo a mí—la observo, se ve fatal

—Creo que hoy no fue nuestra noche—concluyo.

—Definitivamente no fue nuestra noche—las dos nos miramos y reímos al mismo tiempo.

—Quisiera hacer lo que me plazca. Ganas no me faltan—pienso inmediatamente en Ethan.

—¿Y quién te lo impide?—todo, todo lo impide.

—Reto—afirmo en mi cabeza dispuesta a olvidar lo que paso está noche.

—Besa a ese chico guapo de allá—¿En serio?, Angie no sirve para poner retos.

—Ni pensarlo dos veces—Me levanto y camino hacía él, no podía negar que era realmente hermoso y muy sexy, le sonrío y me observa de arriba a bajo—. Hola.

—Hola princesa. ¿Qué se te pierde?

—Muchas cosas—sonrío atrevida—, pero ahorita necesito hacer algo indebido. Si me permites.

—Bueno no todos los días se acerca a mí una chica realmente hermosa como un ángel...—lo hago callar y lo beso muy intenso. Era deseoso y muy suave, su sabor era de alcohol como era de esperarse. Creo que este era el beso que esperaba de Ethan. Me separo de él y le sonrío—... soy Austin. 

—Sí, adiós—mordí mis labios y camine hasta Angie. Limpié mis labios.

—Fácil—río—. Bien tu turno, Juega 7 minutos en el paraíso.

—¿Me hablas en serio?—asiento—, coño Iris te puse un reto fácil, no seas así.

—Ve, dijiste que nada te lo impediría.

—Está bien. Conste Iris, conste que yo no fui mala—lo he hecho porque realmente no fue fácil para mí, me imagine que estaba besando a Ethan. ¿Cómo es eso fácil y posible?—. Jugaré.

—Angie, que buena elección—Tifanny nos hace sentar—. Iris, ¿Jugarás?

—No, estoy bien gracias.

—Bien, entonces giremos la botella—la gira. Cuando se da cuenta con quien le ha tocado, pega un grito en mi oído que casi me deja sorda— Angie, Leonardo, al armario.

—Angie ¿qué esperas?—comento riéndome. Ella me mira como si quisiera matarme y por fin entra en el armario.

—¿Me dirás tu nombre?—giro mi mirada y observo de quien se trata. Se sienta a mi lado—. Yo te he dicho que me llamo Austin. ¿Tú me dirás el tuyo?

—Soy Iris—le regalo una pequeña sonrisa.

—Iris, es un hermoso nombre—se acerca mucho a mí. Debo admitir que este chico si que es hermoso—. Quisiera saber, ¿Por qué me has besado si soy un completo desconocido?

—Sinceramente, era un reto.

—¿Y me lo dices así como así?—asiento.

—Soy directa—él me mira sonriente.

—¿A quién le tengo que agradecer por ponerte ese reto?—me toma una mano—, porque gracias a esa persona tengo curiosidad de saber quién se oculta detrás de tanta belleza.

—¿Curiosidad?, ¿Belleza?—sonrío— ¿Vas al Instituto?—él asiente.

—Sí, ¿Tú eres una de las nuevas?

—Exactamente.

—Quisiera conocerte, y no de la forma en la que estoy de borracho.

—Yo también lo estoy—concuerdo con él.

—Espero encontrarte mañana en clases—suspiro y asiento, giro mi mirada y observo como Ethan tiene la mirada puesta en nosotros...

 

¡Joder! ¡Nos Enamoramos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora