38. Difícilmente Nosotras. ☆

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POV/PDV.- Angie

Las cosas pasaron tan rápido. A veces son cosas simples y sencillas, ó difíciles y un problema. Siempre debe de haber una forma de organizar el plan y tenerlo en un acuerdo, es lo que continuamente Iris y yo hacemos, con nuestros planes de bromas entre otras cosas, pero en fin, esto no se trata de bromas. Quizás más adelante hablemos de algo parecido. 

El objetivo que estábamos teniendo era mutuo. Iris y yo solo nos mirábamos sin decir ni una palabra. Tal sorpresa que nos llevamos cuando vemos a nuestros padres en frente de nosotras. 

Pero eso no es todo. No nos sorprendió verlos aquí en las visitas a los estudiantes del Instituto, porque se supone que deben de venir. Lo malo y lo que nos sorprendió más es lo que nos han dicho.

Los padres de Iris se van a separar y pues, están hablando con los abogados para poder completar su divorcio legal. Ellos según dicen que se acabo el amor, pero siendo sincera, Iris y yo creemos que se trata de algo trasfondo.

Bueno, concluyendo esto, se fueron y solo dijeron nos vemos en la noche. No entendimos de que se trataba hasta que mis padres y Tay nos han dicho que organizaran una cena en nuestra casa.

—...de acuerdo Angie, Iris—asiente mi padre muy orgulloso—Esperamos que estén felices por la cena que les organizamos, pueden invitar a sus amigos, si quieren venir serán cordialmente aceptados en nuestro hogar, y lamentamos lo de tus padres Iris—ella le sonrió forzadamente.

—No hay problema, nos veremos en la noche—se levanta, se despide y se marcha con cara de seriedad.

—Bueno querida familia, nos vemos en la noche, tengo que ir a hablar con Iris.

—Lo entendemos cariño—concluye mi mamá, me pongo de pie y ellos hacen lo mismo.

—Oye, hermanita, pónganse hermosas para está noche, ustedes nunca se arreglan, y ya va hora de que se tomen una ducha de vez en cuando ¿No?—ríe Tayler, ruedo los ojos.

—Imbécil, te crees muy gracioso—digo entre dientes—Búscate una novia, tal vez te hace falta, estoy llegando a pensar que quizás, eres del otro lado.

—Jajá, tan graciosa, y al final soy yo el que se quedo con la habitación más grande—está hablando de mi habitación, el muy idiota se ha mudado a mi cuarto. Que se joda. Frunzo el ceño.

—Bueno ya, basta, Angie ve con Iris—termina de hablar mi padre, y cuando me despido adecuadamente me doy la vuelta y voy en busca de Iris. 

Entiendo que se sienta mal, tal vez son cosas que pasan, pero simplemente la entiendo, es algo fuerte y hasta los hijos deben de estar dentro de esa faceta, mientras sus padres se declaran la guerra por no sé que.

Y por otro lado. La cena de está noche en mi casa, me ha tomado de sorpresa, no tanto como lo de los padres de Iris, pero sí, digo que es muy claro que quieren confirmar si hemos tenido cambios, cambios que nos hagan ser más responsables. Aquellos que demuestren que ya no hacemos bromas y que somos más santas que la misma Virgen. Podemos decir que sí, no tanto pero sí, nos hemos podido moderar pero no han acabado nuestras bromas. Siempre estarán más que presentes. Hablando de ello, mañana después de clases, Iris empieza su trabajo comunitario a la Institución, quiere decir que limpiara la cafetería con el pendejo de Ethan.

Lamento decirle de esa manera, creo que yo llamo a todos los hombres idiotas así.

Ajá, prosigamos, entonces, estaba llegando a la conclusión de que tal vez Iris necesitaba un poco de su propia medicina. Aun no me desquito completamente con lo que me hizo aquella vez en nuestra primera fiesta. Que me metió en un armario con Leonardo, sí pues vaya, aun no lo olvido. 

Y desde luego ahí viene la broma. De eso se trata, pero luego lo haré y luego seremos conscientes de una extraordinaria broma de obviamente una experta. 

Agh, eso me hace recordar lo de esta mañana con Leonardo, ¿Realmente pensaba que yo, iba a caer en su estúpida broma?, já, creo que aun no logra conocerme perfectamente. 

Me posiciono a un lado de Iris, que se encuentra sentada en una pequeña mesa al exterior del edificio.

Ni me pregunten como fue que la hallé.

—¿Estás bien?—ella asiente sin mirarme.

—Lo he pensado tanto, hoy ha sido un día de mierda para mí—ríe sarcásticamente, luego esboza una pequeña sonrisa y ladea su cabeza—Para muchas personas, el divorcio de sus padres supone un punto de inflexión en sus vidas, sin importar si se produjo hace años o está sucediendo ahora mismo. ¿Y sabes qué pienso al respecto?
De alguna forma no me siento mal, simplemente reflexiono, joder, la gente está cada vez más loca, y no lo digo por mis padres, que quieren divorciarse, porque es algo normal. Lo digo por mí, solo quiero escapar de ellos, y me alegro de estar metida aquí porque así no tengo que sufrir como se mudan, decidir con quien tengo que pasar las semanas y con quien los fines de semana. Pero da igual toda esa mierda. A la verga toda la verga—reímos al unisono.

—De acuerdo, chica que manda la verga a la verga, vamos que tenemos que ir a un concierto. Y recuerda que en la noche, esa dichosa cena sera nuestra. 

—Gracias por alegrarme el día—me da un abrazo.

—Bien, pero ojala que estés guapa para está noche, conquistaremos a unas joyitas.

—Sí, eso lo veremos—rueda los ojos.

—Vamos, cariño, disfruta joder, aunque bueno, cuidado y no hay algo entre tú y Luke—niega poniéndose más seria.

—Para nada, jamás paso ni pasará algo entre nosotros—la miro atentamente.

—Ya lo siento si dije algo malo. Bueno por lo menos no puedes dejar a un lado a Austin ¿Cierto?

—Mmm, no lo sé, la última vez que lo vi, le dije que Luke era mi novio, algo de lo que me arrepiento.

—Sí pero podemos hacerle cambiar de opinión, no lo sé, dile algo, dile que ya terminaron y listo solución hecha—aplaudo y ella se sobresalta, luego la dos reímos. Cuanto amo estar con esta chica.

—Eres la mejor, Angie—me dedica una sonrisa que yo devuelvo. 

—Estábamos pensando lo mismo. Que genial.

—Ya, joder vamos a cambiarnos—nos levantamos y caminamos mientras intercambiamos palabras—¿Sabes qué?, me has dado un motivo para ir al concierto. Primero, que tal vez me termine de alegrar el día o me lo joda, cualquiera de las dos debe ser buena opción. Y segundo, Austin, le debo una disculpa por haberle mentido, ese día de la fiesta se me declaro.

—Já, pero que suerte, ese chico es super guapo, ¿Tiene hermanos?—ríe—¿Qué?, lo digo en serio.

—Cállate Angie, arruinas mis planes—reímos.

—Se sería weya.

—¡Chicas!—Jhosh se aparece saludándonos con la cabeza—no he podido evitar escucharlas hablar de un concierto, al parecer mitad del campus habla de ello.

—Joder Jhosh, eres un fantasma para espantarnos ¿O que verga?—pronuncia Iris.

—Tú y tu verga—río, mientras él nos mira sin entender.

—Vale, para ya. Jhosh, pues si hay un concierto y debemos arreglarnos.

—Genial, entonces nos veremos allí. Prosigan—asentimos—Ah y, no puedo evitar decirles que ustedes son realmente extrañas—sonreímos y nos miramos, nos tomamos de la mano y nos alejamos riendo y contando cosas idiotas que nos daban risa.

Porque así somos, extrañas, idiotas, y locas. Eso nos complementa.

Porque eso hace que seamos mejores amigas.

Así seamos de otro planeta, otra galaxia, u otro continente.

Somos simplemente nosotras. 

¿Recuerdan lo del principio? 
Que hay cosas simples y sencillas, y algunas difíciles y un problema. 

Pues nosotras somos, las difíciles y las que tienen un gran problema.

Pero somos nosotras. 

Difícilmente un problema que nos hace ser nosotras.

¡Joder! ¡Nos Enamoramos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora