50. Tú y Yo. ☆

26 3 0
                                    

POV/PDV.- Angie

—Escucha Angie, si estoy contigo, es porque quiero estar contigo—lo mire a los ojos, él me veía con súplica.

Estábamos en la cafetería, está misma estaba casi vacía, pero unas cuantas personas estaban sentadas charlando, y otras esperaban para ir a la fiesta de Kris. Como todos los sábados.

—O quizás, estás conmigo solo para satisfacer tu orgullo y solo juegas—él me ve como un cachorro triste. Me toma de las mejillas y me acerca mucho más a su rostro.

—Llevamos dos semanas estando juntos, casi tres. ¿No crees que el segundo día de hacernos novios te hubiera dejado si solo eres un juego?—suspire, probablemente él tenga razón, pero es imposible no aferrarte a una persona y al día siguiente te termine y diga que solo fuiste un juego—Te quiero pequeña, y me gustas demasiado. En vez de preocuparte por el que dirán, vive por un "Tú y Yo"

Me besa, lo hace con tantas ganas como si quisiera devorarme, como si me necesitara. Debo admitir que este chico es una incógnita, lo quiero y me siento capaz de seguirle el juego si de eso se trata.

Y eso solo lo hago, porque cada segundo que paso a su lado me enamora cada vez más. Es un infinito y yo quiero complementarlo y descubrir todo sobre él.

—Hola tórtolos—la voz de Iris se escucha detrás de nosotros.

—Iris, es bueno verte, ¿Cómo te fue en tu cita con cara de bagre?

—¡Leonardo!—chilla ella, yo río—. Calla idiota, mira que no juzgo a mi mejor amiga por sus malos gustos.

—Si eres mala—añado y Leo ríe a carcajadas.

—¿Qué necesitas cuñadita?

—Nada contigo, con Angie en cambio, si—rueda los ojos.

—¿Le vas a contar sobre Ethan?, ya me entere que te gusta—Iris se sonroja tanto que le dio un golpe a Leonardo en el brazo.

—Tu eres jodido Leonardo. Y para que sepas no. No le hablaré de él, y no me interesa en lo absoluto, al contrario su presencia me desagrada.

—Ajá, si eso dices.

—Bueno ya. Vamos Iris—íbamos avanzar pero Mitchell junto a Melody y Tiffany nos detuvo a los tres y nos sonríen amargadamente, menos Tyf.

—Están invitados a mi fiesta—Iris y yo nos vemos a la cara.

—Oh genial, fiesta—Leonardo toma la invitación.

—No es cualquier fiesta, es mi fiesta de cumpleaños y es elegante. Se llevará a cabo el siguiente sábado en mi casa. En la tarjeta está la dirección, no falten y a ustedes dos les recuerdo que es con vestido, entiendo que no sepan nada de moda.

—Sabemos perfectamente que es moda—Iris responde.

—¿Si?, ah bueno, solo estoy avisando, no quiero que se aparezcan en mi fiesta con ropa de quinta—ella la ve de arriba abajo.

—Sí, ahorratelos porque no vamos a ir—termino yo para jalar a Iris del brazo y salir de esa incomoda situación pero sin embargo ella nos detienen.

—Créanme que si fuera por mi no las invitaría—habla con los dientes apretados y las cejas fruncidas—. Pero...—hace una pausa—, simplemente estoy invitando a todo el Instituto y es obligatorio ir.

—No veo porque tenga que ser obligatorio—Iris afirma molesta y cruzándose de brazos.

—Deben de ir o si no hablaremos con el Director y les pondrá un castigo y bajará notas. No solo a ustedes—habla Melody. La veo extrañamente, ella me odia por el asunto de Leonardo pero siendo sincera aparenta ser pasiva, pero es una persona muy conflictiva. Aun no detiene su batalla, y no acepta que está vez yo he ganado, por amor.
Es por esto que no entiendo porque carajos nos invita a esa dichosa fiesta. Iris debe de estar peor.

—Simplemente no falten por fa, Kris las estará esperando y el resto de las chicas también—y esa fue Tyf y concluyendo las tres se marcharon. 

—Es muy extraño ¿No?

—Para nada, la última fiesta de cumpleaños de la Fraternidad fue la de Lily y fue hace dos meses atrás. De igual forma no es nada nuevo de que hagan fiestas—responde Leonardo.

—No habla de eso idiota—gruñe Iris. Da un largo suspiro y luego dice—Lo siento, es que esto no me parece buena idea, el hecho de que insistan tanto es un poco raro y no lo sé.

—Si... ¿Bueno que me querías decir?—ella negó y luego nos dedico una sonrisa. Ve la tarjeta de invitación que hace un momento Mitchell nos entrego y luego continúa.

—No es tan importante, hablaremos después tengo que hacer algo, sigan con lo suyo—y sin decir más sale corriendo hasta la salida de la cafetería.

—Ven preciosa—Leonardo me toma de la cintura y me aprieta más a su cuerpo—Tranquila, no va a pasar nada, te buscaré el mejor vestido e iremos juntos. Melody no se meterá más en nuestra relación.

Suspiré—Lo sé. Simplemente es Iris, ella ha estado muy rara estás ultimas semanas y ahora esto es muy pesado sabes. Quizás es una broma que nos quieren hacer a Iris y a mí.

—Despreocúpate, en la tarjeta dice que es vestido elegante y máscara.

—No sé si voy a ir—él me interrumpe con su dedo en mis labios.

—Te dije que te despreocuparas, iremos juntos y no me alejaré de ti en ningún momento—sonreí, luego Leonardo me dio un tierno beso en los labios.

Quería ir con él y estar siempre a su lado, pero no estoy completamente segura, tal vez es un tonto engaño de Melody y Mitchell, sin embargo si Leonardo está conmigo me sentiré, no segura, pero si bien y agusto con él.

De igual forma trataré de no llamar tanto la atención. 

—Está bien, hablaré con Iris y los demás y te aviso si iré.

—Bien, señorita ahora sigame—me toma de la mano y me jala fuera del Instituto hasta llevarme nuevamente a ese árbol que tan importante era para los dos. Fue ahí donde me di cuenta de que está locura me estaba gustando.

—Sube con cuidado—anuncia él nuevamente.

Cuando estamos por fin arriba suspiro observando mis alrededores.
Es tan hermoso y el estar con él a mi lado lo es más.

—Angie—gira mi cabeza suavemente para que lo mire a los ojos—, quiero que sepas que estoy feliz contigo, que estoy enamorado de ti, se que suena loco, pero me gustas tanto, y no quiero seguir negándotelo.

—Sabes, no sé desde cuando siento esto, pero es algo que no puedo controlar, tú también me gustas—me sonríe y me acerco más a él—. No te emociones tanto eh, al fin y al cabo solo puede ser una ilusión y años después tú estarás casado con una morena alta de ojos verdes y yo tal vez en mi casa casada con un guapo italiano—reí, él frunce el ceño.

—Créeme que iría a tu casa a patearle el trasero a ese italiano que seguro será gay—reí más fuerte—, no me interesa que sea una ilusión o que vergas es, sé que lo que siento por ti es lo más fuerte que he sentido y no quiero terminar casado con una morena de ojos verdes, ni que tú termines con un gay italiano. Quiero estar casado contigo y tener juntos una familia.

Reí tiernamente por décima vez en el día—. Ya te he dicho, no te apresures.

Nuestras bocas se encuentran y luchan débilmente, mordiéndonos las comisuras de los labios, el saborea mi boca con su lengua y apenas choca con mis dientes, jugando y saboreando mientras que sonreímos y gemimos a la par del beso. Entonces mis manos buscan hundirse en su pelo, lentamente desordeno su cabello y me obligo a no soltar un jadeo. Aun no estoy segura de sentir esto que siento, pero joder. Tus besos son demasiado perfectos. 
Nos obligas a separarnos lentamente, los dos jadeamos cansados con el corazón a mil.

—Te felicito—sonríe mientras hace una pausa—. Has... hecho... que me... enamoré completamente... de ti.

Sonreí
Yo lo quiero y lo mejor es que, él me quiere... 

De verdad.

¡Joder! ¡Nos Enamoramos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora