16. Nuestra Guerra. ☆

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POV/PDV.-Angie

Después de tomar un vaso de vodka con mi mejor amiga, nos dirigíamos a la sala, pude ver como Iris emocionada se dirigía hacía Luke, iba a hacer lo mismo pero sin darme cuenta choco con alguien. 

—Veo que te gusta estar detrás de mí—Leonardo sonríe y yo fruncí mi ceño.

—¿Qué te hace pensar que te estoy siguiendo maldito idiota?—concluí furiosa.

—Me hace gracia como te pones—ríe. De pronto me toma de la muñeca y me guía hasta el patio de la casa. 

—Creo que no te has dado cuenta que estaba en algo importante—gruño enfadada.

—Tranquilizate...—me jaló hacía él y se giró pegándome contra el árbol detrás de nosotros—, todavía existe el después, cariño—se acerca mucho más a mí y logra rosar sus labios con los míos, debo admitir que fue algo muy tentador. Su aliento tenía olor a menta, es como si no hubiera tomado alcohol desde que ha llegado. De inmediato lo empujo volviendo a la realidad.

—¿Qué crees que estas haciendo?—bebí el contenido del vaso que aún tenía en mis manos. Arrugué un poco el rostro y luego entré nuevamente a la casa. 

Caminé tratando de no chocar con las personas, subo las escaleras y en el segundo piso me encuentro con Kristen, la castaña dirige su mirada hacía mí, con una sonrisa que tranquiliza mis nervios. Iba vestida muy hermosa. Una falda corta de color blanco hace notar sus perfectas curvas, acompañado de un suéter corto negro, que hacían juego con sus tacones altos. Lleva el cabello suelto liso a sus costado, y su maquillaje la hace lucir como una modelo.

—Hola hermosa—se acerca hacía mí y me deposita un beso en mi mejilla—, Me da gusto verte aquí, y ¿donde está Iris?

—No lo sé, creo que debe de estar bailando con Luke—sonrío.

—Tomen la fiesta en forma de bienvenida, me han caído muy bien y ustedes se lo merecen. Disfrútenla.

—Gracias Kris, tú has sido muy buena persona con nosotras y...—me interrumpen.

—Kris, Danielle está vomitando de nuevo en la biblioteca—la detallo muy bien. Ámber va con un top muy corto blanco junto a una falda gris de rayas muy corta también, unas medias altas blancas, unos tacones negros y su cabello rulo. No lo negare, también se veía muy bonita.

—Diablos. ¿Cómo no me sorprende? - Le entrega el vaso rojo que tenía en su mano—iré a verla—se despide de mí y se retira. Ámber observa como ella se va alejando y luego me mira a mí de pies a cabeza. Seguidamente se va también. Ya lo vi todo, está chica mira a Kris de una manera como si la odiara. Esto está muy extraño.

Decido olvidarme de ese tema y empiezo mi búsqueda de encontrar a Iris. Observo a Thess bailando con Liam, estaban a punto de besarse. No quería interrumpir el momento, pero creo que esto es de vida o muerte.

Camino hacía ellos y le toco el. hombro a Thess, ella se voltea hacía mí rápidamente.

—Ahm, disculpen por interrumpir—carraspeo un poco— Pero, estoy buscando a Iris, ¿La han visto?—Liam niega.

—Ella, creo que estaba en la cocina—dice alzando la voz un poco.

—Okey, gracias, sigan con lo suyo—les guiñé un ojo, que luego no entendí porque lo hice.

Entré a la cocina y no estaba, decidí tomarme yo sola varios vasos de vodka. Luego seguí buscándola. Busqué en el salón, en el segundo piso y me era imposible encontrarla. Poco después me rendí, y decidí seguir tomando y embriagándome, si todos lo estaban haciendo ¿Por qué yo no?.

Estaba bailando en medio del salón la canción de: Sigues preguntando, un trap que es cantado por mil personas que no sé sus nombres, y me reí por las tonterías que estaba pensando.

Cuando me doy vuelta, Leonardo está detrás de mí.

—Está bien, tú ganas, no pasará nada—sonríe— Por hoy—su jodida sonrisa me hace emocionar— Te dejaré en paz por el resto de la noche si vienes y me acompañas un momento.

—Solo déjame...—supliqué.

—Lo haré, créeme. Solo ven conmigo—me toma de la mano— Confía—suspiro por fin cuando me encuentro con él en la cocina.

—¿Qué quieres?—me crucé de brazos.

—Prueba esto—sonríe tomando un vaso que ya estaba en la encimera.

—Ni loca, eso ya estaba ahí, prefiero preparármelo yo misma.

—Ay si, ya decía yo, se hace la ruda y ni puede tomar un vaso de whisky—deja el vaso nuevamente en la encimera.

—Cállate—me mira.

—Solo es whisky, y para que estés más tranquila. Lo he servido yo.

—Menos quisiera tomarlo—rodeé los ojos, algo andaba mal aquí— ¿Quieres drogarme o que pinche pepsi light?

—Oye, eso no me ofende, la pepsi light no es tan mala—ríe. 

—¿Te estás burlando de mí?

—Eso pregunto yo—me mira por un segundo y suspira— Bien, te dejaré sola no debo estar con personas cobardes—sonríe ampliamente.

—Te odio—tomo el vaso descartable y bebo dos tragos. Lo bajo y él me mira sonriente. Hasta que el sabor asqueroso hace efecto en mí, corro al lavaplatos e intento vomitar lo que el imbécil me ha hecho tomar. 

—¿Te ha gustado?—ríe.

—¿Qué tenía Leonardo?

—Eso no se dice, arruinaría lo divertido—limpie mi boca y me acerqué a él.

—Si no me dices imbécil, lo que tenía ese vaso...—me interrumpe.

—¿Qué? ¿Me obligarás a jugar muñecas? 

—Declarate esto como el comienzo de nuestra guerra...

¡Joder! ¡Nos Enamoramos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora