La manada del zorro - Yaoi (Naruto Shippuden)

Capitulo 8

Había pasado una semana desde la reunión con el consejo, una semana en la que el rubio no escatimó en mandar a sus unidades en busca del misterioso grupo, buscó información en cada persona que aseguró verlos y por supuesto encargo al sannin de los sapos a buscar con sus propias fuentes más información, sin ser consiente que sus precipitadas acciones habían alertado a la manada de Naruto.

El blondo no dudó en ningún momento en retirar a sus hombres de las afueras y resguardarlos en el volcán, aquellos con capacidad de cambiar de forma fueron puestos como centinelas y los espías mandados a Konoha. La manada prácticamente había desaparecido del poco radar que había mantenido por meses y con ellos la posibilidad de que enemigos como Danzó Shimura lograra dar con su escondite.

El líder de raíz por muy inteligente y por mucho poder que adquirió con el tiempo, jamás encontró signo alguno de aquellos mercenarios, por supuesto culpó de todo aquello a Minato y no dudó en estropear alguna de sus operaciones de búsqueda, como la única forma de desquitar su infantil resentimiento contra el hombre que robo su oportunidad de ser Hokage.

Mientras tanto esta lucha de poder y búsqueda no solo afecto a los miembros de konoha, dentro de la manada había mas problemas todavía.

-No podemos permitir que esto continúe Naruto sama!!!, están acabando lentamente con nosotros- declaro de forma molesta Neron golpeando su cabeza con la pared a su costado, Ranga por supuesto se preocupo de inmediato y aun revisándolo cuidadosamente se mantenía atenta a todo a su alrededor, incluso comento lo que nadie quería admitir.

-Los tigres y los lobos se están encontrando en conflicto mas a menudo, el hambre los tiene irritado y hubo un incidente de violencia entre guardias hace dos días.- a pesar de verse desinteresada del tema, había un toque de pesadez en su voz , la cual fue rápidamente captada por su pareja, la cual no dudo en reconfortarla y volver a centrarse en la discusión y no solo en sus penas y molestias.

-A este paso no podemos descartar un incidente mayor- apoyo Rina a la discusión, plenamente consiente de los incidentes que no ocurrieron muy lejos de su posición en el momento de la disputa.
No solo las invocaciones estaban irritadas con las regulaciones, los humanos e híbridos también se sentían sofocados, de ser plenamente libres y autónomos hasta cierto punto, ahora debían aislarse del mundo exterior por el temor a algo que podría bien suceder o no.

-Lo mas lógico que podemos hacer ahora es mudar la manada a algún otro continente elemental o hablar con konoha de una vez por todas- opino el líder de los cuervos, mientras su pequeña figura se erguía de manera orgullosa sobre el respaldo de la silla de Rina.

-Imposible, esa miserable aldea solo nos usara como armas o peor aun, nos encerraran y usaran para experimentar- se quejo nerón, plenamente consiente de como la aldea de la hoja había tratado a las personas diferentes en un pasado, pues no por nada tenían espías, los cuales monitoreaban cada movimiento de la aldea y les alertaba a la mas mínima amenaza.

-Pero se dice que su hokage actual es alguien bondadoso...- inquirió un consejero humano, recordando gratamente su pequeña escapa a Konoha años atrás. Su impresión fue tan favorable en aquel entonces u hasta ahora no dudaba de los chismes y rumores que en aquel entonces categorizaban al Namikaze como uno de los lideres mas bondadosos y sabios que había tenido la aldea de la hoja, e incluso personalmente sentía que el rubio de aquella aldea y de su propia manada no eran muy diferentes entre si, hablando claramente en su forma recta de llevar las cosas dentro de la manada.

-Y una mierda, ese rubio de pacotilla solo en una marioneta del consejo, nuestros espías no han podido clasificarlo como algo mas que inútil, nuestro alfa es mas líder que ese inútil, a pesar de ser un supuesto veterano de guerra- contrataco con rabia el lobo, sin percatarse que la afilada mirada de su líder mostro un cierto destello de decepción y algo de vergüenza, como si le estuvieran juzgando a el y no al Hokage de la hoja.