La manada del zorro - Yaoi (Naruto Shippuden)

Capitulo 19

-Naruto sama, se encuentra bien- cuestionó Midori extrañada y preocupada de ver a su líder tan perdido.
Jamás le había visto de aquel modo, su imagen sobre el era referentes a la valentía y a la seguridad, todo lo contrario a lo que ahora parecía ser su líder.

-Si, no es nada- ocultando sus emociones el rubio empujó aquella indigna imagen en lo más obscuro de su ser. Sonrió con dulzura y sacudió la melena azabache de la niña con cariño, pero no bastó para que la pequeña desistiera, por el contrario, esta se gancho a la pierna de su líder y le abrazó tan fuerte como sus bracitos podían.

-Pero... se veía triste- un atajo de lagrima se asomó por sus ojos, pero esta se negó a soltarlo, si su gran ídolo Naruto sama no lloraba ella tampoco lo haría, por muy difícil que fuera.

Ante aquella imagen, el corazón de Naruto se enterneció, se agachó hasta estar a la altura de Midori con ternura delineó su rostro con la llena de sus dedos, casi como si con un mínimo de presión esta fuera a destruirse. -Tranquila, sólo son emociones humanas- susurró y volvió a sonreír con más confianza, logrando así que aquella dulce carita volviera a sonreír con inocencia y amor. -Deben estar cansados, vayan a dormir un poco- ordenó a al trío volviendo a ponerse de pie, pero la más joven solo infló sus mejillas cual ardilla se abrazo con fuerza en su pierna y ocultó su carita entre la tela de su atuendo.

-Bien- Riki y Ami no discutieron aquella desicion, sonrieron enternecidos por la escena y esperaron hasta que la menor se desganchara de su líder y corriera a los brazos su hermano como era costumbre, pero la pequeña parecía sólo querer estar con el blondo.

-Anda, tu hermano te está esperando-un movimientos suaves y gentiles soltó el agarre de la chica, deposito un beso en su mejilla de manera maternal y le dio un pequeño empujón para que fuera con el moreno.

Midori dudó por un momento, pero al final salió corriendo hasta su hermano, dio un salto y se gancho a él como un koala. Finalmente el trío menor hizo un ademán de despedida y se adentraron a sus habitaciones sin más que decir. Siendo observados todo ese tiempo por un sonriente Naruto.

-Esta bien, ya no ahí nadie cerca- De un momento a otro dos largos brazos se envolvieron en la cintura de naruto y le atrajeron hasta el pecho de su pareja -Puedes dejar de fingir- el blondo por su puesto dio media vuelta y oculto su rostro en el pecho de su amado, respirando y disfrutando del sutil aroma a bosque que emanaba desde Itachi.

-Has tardado mucho- ronroneo el blondo mientras sus manos se aferraban a la ropa de Itachi.

-Lo siento- este tiernamente beso frente, repartiendo a su vez delicadas caricias en la espalda de su amado,para de alguna manera tranquilizarlo y demostrarle todo el amor que se le habia privado en aquellos largos y estresantes dias  -Te eh echo esperar-

-No importa...- entre empujes ambos fueron hasta su habitacion y finalmente en ella, el blondo tiro de Itachi a la cama, posandose sobre el con una intensa mirada -Ahora solo quiero que me tomes- 

-Como lo desees... mi amor- tan ansioso como el rubio, Itach tomo a su pareja de los hombros y le empujo debajo de el, beso su rostro con deleite, mientras sus manos se adentraban en la tela de su ropa, sintiendo la tersa y canela piel de Naruto. 

A su vez Naruto no fue tan delicado como Itachi, el blondo rompio la parte superior del traje de Itachi y disfruto gratamente del sutil toque que su pareja le regalaba. Tomaron su tiempo entre una danza salvaje pero apasionada, en donde al final ambos disfrutaron del otro. 

-Ahhhh...- La fuerza que el azabache usaba contra su amor, era la suficiente para el deleite de ambos, rapido y presiso, naruto era tan herotico y delicado a tal punto de que si el chico le dijera ahora que podrian seguir asi toda una vida, el felizmente hubiera consedido cualquiera de sus demandas, por muy ilogica o egoista que fuera. Itachi era su esclavo y Naruto lo era de Itachi, por lo que les quedara de vida a alguno de los dos. -Ita... yo.... yo-  ambos sabien que su tiempo juntos seria corto para lo que sus corazones y cuerpos deseaban, pero mientras vivieran estarian siempre el uno para el otro.