Poemario: Con letras y versos. ©

QUIÉREME.

> Hay un loco caminando por las calles angostas y desoladas buscando tu amor, un loco caminando en pequeños pasos con el corazón en la mano dispuesto a regalártelo, a dártelo huérfano y sin hogar, a dártelo desnudo, suave y tierno, que solo sus latidos laten por ti, que por ti se estremece y tiembla cómo el sismo de lo imposible, que llora sin que tú te des cuenta, que sufre cuándo te vas y lo dejas afuera de ti, que soporta el abismal frío por querer ser torpe queriendo no renunciar a ti.

> Quiéreme cómo este empedernido romántico te dice en versos perfectos "te amo" cómo este poco pero sincero poeta te dice a gritos sordos "de verdad te quiero" quiéreme cómo este loco quiere amarte en esta pequeña vida, en este día en donde te ofrezco mi corazón cómo el tesoro más valioso que tengo, que puedo darte más allá de un mundo de caricias y besos de madrugada, aquel mundo en donde sólo seas tú mi único anhelo convertido en deseo, convertido en el amor puro y verdadero que brilla en la aurora de la noche.

> Un amor que brilla en tus pupilas alegres haciéndome trillar los ojos, viendo mi reflejo en ti, viéndolo latente en tu mirar, sintiendo cómo nuestras miradas juegan con nosotros, hablándonos silenciosamente, dejándonos con ese anhelo cruel pero misterioso que ambos debemos descubrir, quedándonos con la incertidumbre de lo jamás pensado, de eso jamás deseado pero que crece a saltos agigantados.

> Quiéreme completo, sin dejar en mi un rincón descubierto no arropado con tu calor, dejándolo vacío y frío, sin sentirme amado por ti, quiéreme sin dejar en mi dudas que traicionen lo que siento, que odien esto fuerte que tengo atragantado en mi pecho, quiéreme sin la condición del tiempo, sin preguntarme algo al respecto, hazme tuyo y solo tuyo, repíteme lentamente "eres sólo mío" así podré entender y comprender, mi presente futuro, podré saber que mi corazón ya está vendido, que alguien lo compro sin tener dinero en su bolsillo, que solo le importo ver lo único jamás visto de lejos, eso que se guarda en el interminable mundo de los sentimientos perdidos.