XV - Curiosidad.

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*CASTIEL*

Intenté explicarle a Elena que no le podia contar mi situacion. Al menos no demomento... Es algo que incluso a mi estaba costando digerir, y cargaba con ello desde hace meses, sé que despues de todo ella no me creería o simplemente no sería capaz de asimilarlo.

Todo comenzó hace mas de un año, había quedado en Lysandro en ir a su casa. Ibamos a ensayar una nueva canción que estabamos preparando para el grupo, y aunque me doliese, la música era la única escapatoría que tenía para sacarme a Elena de la cabeza.

Llegué a la mansión de Lysandro.  A decir verdad, núnca supe como sus padres podían costearse que él y su hermano viviesen en una casa de tales magnitudes cuando, según lo que tenía entendido, sus padre vivían en el pueblo y tenian una granja en la cual trabajaban. Durante todos los años de amistad entre ambos había visto a sus padres en un par de ocasiones sueltas. 

Lysandro me había advertido que, ese día, a diferencia del resto, no entrase en la casa hasta que él me avisara, que sus padres habían venido de visita y que podría molestarles que entrase de imprevisto. Todo me sonaba muy raro, las pocas veces que había visto a sus padres me habían tratado como a un hijo. Pensé que lo que me había dicho Lysandro era una simple paranoia y que no pasaría nada en caso de llegar a su casa y que sus padres se encontrasen en ella. 

Llamé a la puerta y su mayordomo me abrió la puerta, con una cara entre de inquieto y sorpresa, pero no hizo ningun tio de preguntas, solo me indicó que iba a avisar a Lysandro y que me quedase en el recibidor esperando a que él llegase. Maldito el día en el que no le hice caso. 

En vez de esperar a que mi amigo me recibiese, decidí que era buena idea seguir al mayordomo a donde quiera que fuese a buscar a Lysandro. Cuando llegó a su destino,  no pudo horrorizarme más la escena que estaba contemplando. Sobre una mesa yacía una joven, a cada uno de sus lados estaban cada uno de los hermanos, y zafado a su cuello su padre. Los tres levantaron la mirada cuando el mayordomo les dirigió la noticia de que yo había llegado, pero ellos no se fijaban en la noticia que les estaban comunicando, si no en mi rostro que reflejaba el más profundo miedo y asco.

Dí pasos hacía atras, intentando eliminar la imagen que tenía en la cabeza e intentando escapar de esa situación en la que me había visto envuelto gracias a mi maldita curiosidad. Salí corriendo, pero Lysandro fue más rapido que yo y cuando quise darme cuenta me estaba agarrando del brazo.

- Castiel, joder, te dije que no entrases! Te dije que yo te avisaría! ¿Por qué no has podido hacerme caso por una vez en tu vida?

Vuelta a la ciudad // CDM // CastielxSucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora