Hacía ya más de una semana que Leight, Lysando y Castiel habían desaparecido. Pasamos por todo tipo de emociones a lo largo de todos estos días... Miedo, odio, tristeza, incertidumbre, desconfianza... Todo tipo de ideas habían recorrido nuestra mente, y pese a ello, seguiamos sin encontrar explicación a lo que ellos habían hecho. Me destrozaba la situación, me había vendio al piso de Rosa para acompañarla y apoyarla en estos momentos, sabía que ahora más que nunca necesitaba que estuviese a su lado. Dejamos de ir a la universidad, nuestros días se basaban en despertarnos tarde, comer e intentarnos distraernos, intentar no pensar en el tema, hasta que todo ppodía con noostras y como día tras día, nos sentabamos a la mesa a intentar encontrar la más mínima pista que nos llevase a su paradero. Era ya tarde, nuestras fuerzas flaqueaban, al igual que nuestra esperanza.
- Rosa y si... - Me levante de golpe y me dirigí junto a ella-. ¿Y si vamos a casa de Lysandro y Leight? Quizás con un poco de suerte estén allí sus padres y podemos preguntarles dónde....- Rosa no me dejo terminar.
- No Elena, no podemos... Los padres de Lysandro no esque sean precisamente muy amigables. Bueno, sus padres no, su padre más bien dicho. Es un hombre.. Extraño. Cada vez que su padre estaba allí Leight evitaba que fuese a verlo, yo no entendía por qué, hasta que fuí a verle sin avisarle y ahí estaba, su padre, Jonathan... Siempre recordaré la mirada de despreció que me dedico y sus ojos, no se muy bien lo que me transmitieron, solo tuve claro que jamás quería volver a ver a ese hombre....
Me quedé pensativa en las palabras de Rosa, por lo que me acababa de relatar la idea de ir a ver a Jonathan no es que me pareciese del todo apetecible, pero sabía que si alguien podía saber dónde estaban, tenía que ser él. Le dije a Rosa que me iba a hacer un par de recados para poder salir sin que sospechase que me iba a dirigir a casa de su novio y su hermano. Mientras estaba en la moto, tenía una corazonada que lo unico que me hacia sentir esque debia de darme media vuelta, quedarme junto a Rosa y confiar en los chicos. Pero ya estaba cansada de esperar sin ningún tipo de respuesta. Aceleré y cuando quise darme cuenta, estaba frente a las puertas de la ostentosa mansión. Tragué saliva, ese lugar tenía algo, algo que hacía que me estremeciese y que cada centimetro de mi piel estuviese de gallina. Subí las pequeñas escaleras que daban a el portón principal. Un escalofrío recorrió mi espalda, no podia darme la vuelta ahora, estaba aquí, necesitaba saber dónde estaban. Llamé al timbre y pocos segundos despues un hombre alto de cabellos plateados me abrío la puerta. Sin duda, él era Jonathan. Su mirada se clavo en mi, noté como cogío de manera energica aire por la nariz y algo en su rostro cambió. Sus ojos pasaron de transmitirme curiosidad a desprecio. y una pequeña mueca en su rostro me confirmaba esto.
- ¿Jonathan?- Pregunté con la voz temblorosa.
- El mismo, ¿que se le ofrece joven?
- Esto... - Por un momento, me quedé en blanco, su presencia tenía algo que me atemorizaba- Yo, soy la novia de Castiel... Esto, hace unos días él, Lysandro y Leight desaparecieron y no nos dijeron ni a Rosalya ni a mi a dónde se dirigían y me preguntaba si...- No me dejó terminar la frase cuando me agarró con fuerza el brazo y puso su rostro cerca del mío.
- Asi que tu...- Comenzó a hablar con un tono totalmente diferente al anterior. Antes su voz desprendia cortesía, ahora lo único que desprendía era repugnancia.- Tu eres la pequeña joven que esta volviendo a Castiel loco....- Ante estas palabras me quedé totalmente de piedra. Ante mi reacción, él apretó más mi brazo.
- Señor, por favor, me está haciendo daño.
- ¿Daño? Creeme que vas a saber lo que es el daño de verdad.
Tras estas palabras tiró de mi brazó y me metió dentro de la casa. Me llevó practicamente arrastras hacía unas escaleras que descendian. Una vez las bajamos, lo único que podía ver era una enorme cantidad de puertas, cada una más intrigante que la anterior. Al fondo del pasillo podía divisar una puerta de metal con una pequeña ventana a la altura de la cabeza con barrotes. Claramente, ese era mi destino. Abrió la puerta y me lanzó al interior. Me caí al suelo y desde ahí le miré. Me dirigió una de las miradas más horribles que jamás había imaginado que nadie pudiese llegar a lanzarme.
- Te arrepentiras de haberselo hecho pasar mal a Castiel.
Tras esto, cerró la puerta de un portazo y cerró con llave. Estaba perdida, no sabía de lo que ese hombre era capaz, solo sabía que si me había tratado como lo había hecho y me había encerrado en aquel lugar, ese hombre era capaz de cualquier cosa. Recordé que llevaba el móvil encima y le mandé un mensaje a Rosa contandole la situación. Sabía que si la llamaba haría mucho ruido y que quizás él me podría escuchar y todo se tornaría peor. Me recosté sobre la pared y dejé que el cansancio y el sueño se adueñasen de mi cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Vuelta a la ciudad // CDM // CastielxSucrette
FanfictionElena era una joven de 20 años que volvía a la ciudad en la que vivió anteriormente tantas cosas para terminar sus años de universidad. La ciudad que la vio crecer, enamorarse y como le partieron el corazón. Volverá a ver a sus amigos, pero inevitab...