X - La llamada.

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Levanté levemente la cabeza y ahí estaba ese pelirrojo, mirandome como si fuese un cachorro al que acaban de abandonar. Todo era su culpa, todo era su puta culpa. Hundí mi cabeza entre las rodillas y comencé de nuevo a llorar. Sentí como se sentaba a mi lado y me pasaba el brazo por encima del hombro, por un momento pensé en apartarme, pero entonces me acurruco en su pecho y en ese preciso instanté, comencé a llorar con más fuerza.

- Sueltalo todo Elena....- Sin despegar mi cabeza de su pecho comencé a hablar.

- Castiel, te quería, lo habría dado todo por ti e incluso me habría quedado aquí si no hubiese pasado todo esto. Eras la primera persona a la que me abría, mi primera pareja, mi primer amor, mi primer todo... Yo solo quería lo bueno para ti, y por lo que oí sabía lo que quería hacerte Debrah, sabía todo lo que planeaba y lo ultimo que quería despues de aquello era que tu sufrieras. Ya habías sufrido por ella, ahora estabas bien, estabas feliz, nadie tenía derecho de arrebatarte todo aquello. Yo solo quería protegerte Cass... Y tú, bueno, tu la preferiste a ella, preferiste creerla y arriesgarte a que te diese la patada en vez de creerme, de creer a la persona a la que querias... Bueno, ya incluso dudo de eso despues de todo. Y encima, despues de todos años rota, despues de todo este tiempo intentando sacarte de mi cabeza sin ningun tipo de resultado, me demuestras que tu ya has pasado pagina, que a la primera tía que ves te le acercas a ver si te a puedes follar. Pues ya está Cassy, ha quedado todo claro ya...

Para cuando quise darme cuenta, ya no solo estaba llorando en su pecho, estaba abrazada a el, agarrandolo con todas mis fuerzas. Derrepente sentí una gota caer en mi frente y cuando alcé la mirada, pude verle ahí, llorando. Había sido un capullo, pero no podía verle así. Me acerqué a él y le dí un abrazo más fuerte que con anterioridad, a lo que rompió a llorar. Le susurré que el tambien se abriese, que me dijese que pensaba, a lo cual no recibi respuesta. Cuando se tranquilizó abrió la boca.

- Vamos anda, que Lys está fuera esperando.- Me cogió de la mano y tiró de mi cuando yo me paré en seco. Mis ojos se clavaron en los suyos.

- Castiel... ¿Qué te pasa? Nunca te había visto llorar así...- El me dedicó una sonrisa.

- No te preocupes cielo, ya tendremos tiempo de hablar de eso, despues de todo, has vuelto para quedarte, ¿no?

En ese momento no pude evitar volver a abrazarle, le había echado mucho de menos. Tras un pequeño momento, salimos del sotano, saltamos la tapía del instituto y allí estaba Lys esperandonos con el coche. No pudé evitar sonreir y abrazarle, tambien le había echado de menos. Tras un par de minutos hablando les dije mientras cogía el casco de la moto.

- Bueno chicos, creo que es hora de ir yendo a casa...- Seguía borracha, por lo cual, al irme a montar a la moto casi me caigo, menos mal que Castiel me sujetó.

- Si vamos, te vamos a dejar coger la moto en estas condiciones ahora mismo. - Dijo Lysandro riendose.

Finalmente, me llevaron a mi casa, se sorprendieron al descubrir que era la misma casa qye cuando vivía allí. Me despedí de ambos y entre en la casa, despues de todas las emociones, no podía evitar estar molida. No me había ni quitado los zapatos cuando llamaron al timbre. Abrí y era Castiel, tenía un papel en las manos que me tendió.

- No te voy a obligar a que me hables, pero aquí tienes mi número por si me necesitas. Si mañana quieres, puedes llamarme y vamos a por tu moto al instituto- Sonreí. No sé si era el haberle visto llorar, pese a que no sabía por qué, si por mi estado de embriaguez o por el cumulo de emociones de hoy que cogí el papel y le dí un pequeño beso en los labios. Se sorprendió y se sonrojo, su cara podia camuflarse con su pelo. Me despedí mientras me reia y entre dentro de la casa. No me creía todo, no estaba del todo segura del porque le habia dado ese beso despues de todo lo que me había hecho, pero bueno, lo hecho, hecho está.

Me tumbé en la cama y caí rendida, no pensé ni en la ropa ni en el maquillaje, estaba demasiado cansada.

Cuando me desperté, tenía una de las mayores resacas de mi vida. Me desmaquillé y procedí a darme una ducha para despejarme. Cuando salí de ella, ví la nota que Castiel me había dado, la que tenía su numero. Una parte de mí no quería llamarle, pero otra necesitaba hablar con él, que me explicase todo lo que anoche había pasado. Cuando quise darme cuenta ya estaba marcando su número. Una voz se escuchó al otro lado del telefono:

- ...¿Si?...

Vuelta a la ciudad // CDM // CastielxSucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora